Entro por la puerta de casa, empapada, y de mal humor. Mi novio me fue a recoger al colegio en su nueva moto y se empeñó en que me montara con él, con lo que llovía!! Con la discusión perdí el bus y al final me tocó empaparme todo el camino. Para colmo, estaba a punto de llegar el profesor particular. No había nadie en casa, así que decido esperarle y luego ya me daré una ducha calientita.
En lo que tardo en ponerme un bocata, llaman a la puerta. Es Arturo, mi profe de matemáticas. Lleva un par de semanas ayudándome a preparar la selectividad. Necesito una media muy alta para entrar en la carrera que quiero, y las mates son mi punto flaco. Es un chico joven, veintipocos, está acabando químicas. Es un lumbreras, pero me cae bien. Es muy gracioso y me explica las cosas de un modo muy fácil de comprender.
Desde la cocina le grito que pase, que estoy merendando y le ofrezco algo. Le oigo acercarse a la cocina, me giro para hablarle y me sorprendo de su aspecto. Se ha puesto lentillas, dejando a la vista sus preciosos ojos azules. Lleva puesto un polo rojo y unos vaqueros, y el pelo húmedo le sienta muy bien. Está hasta guapo!!
En mi cara se podría leer la sorpresa por su aspecto, porque empezó a excusarse, que si luego tenía que ir a no se donde y había quedado con no se quien,... que rico, se ha puesto nervioso!
-No te preocupes, si hoy te tienes que ir antes no pasa nada, yo no estoy de mucho humor, y como puedes observar, estoy empapada!! Me había pasado una toalla, pero llevaba los calcetines empapados, la falda del uniforme pegada a las piernas y me había retirado la rebeca porque daba más frío del que quitaba.
-Cris, creo que deberías cambiarte, estas empapada, vas a enfermar.
-Ya, hombre, acabo de llegar. Estaba esperando que vinieras, no hay nadie en casa y me pienso dar una ducha calentita. Qué? Te iba a dejar afuera esperando?
Rió, de forma melodiosa. Me sorprendí pensando en lo guapo que estaba y la voz tan sensual que tenía... Tía! Qué es tu profe!. Algo le debía estar pasando a él también, porque no era capaz apenas de sostener mi mirada, se le veía nervioso. Para romper el hielo me voy al baño y le indico que se puede ir yendo al estudio arriba, o ver un poco la tele mientras yo me cambiaba. Se decide quedar abajo.
Me meto en el baño y descubro la razón por la que Arturo estaba tan nervioso, se me marcaban los pezones! Dios mío, que vergüenza, tenía los pezones duros, erizados del frío, marcándose bajo la camisa como dos pulsadores. A pesar de estar sola, me puse roja como un tomate.
Acababa de retirarme la camisa del uniforme y escuché como sonaba el teléfono de casa, sin pensarlo dos veces, salí corriendo del baño y choqué con él. Tenía el auricular en la mano. eh....mmm... es tu mamá..... que se va a retrasar,......- cogí el teléfono pero apenas oía lo que mi mamá decía. Solo que iba a tardar al menos 2 horas en llegar a casa.
Colgué el auricular y el seguía, plantado delante de mi, como embobado con mi cuerpo. Ningún chico me había visto así. Bueno, mi novio. Pero aparte de él nadie. Eso me empezó a dar morbo. Estaba enfadada con mi chico y se me presentaba la oportunidad de vengarme.
Me acerqué a él, le cogí una mano y se la coloqué sobre mi pecho, en la parte que el sujetador no tapaba. La retiró. Cris, no, esto no está bien,...- Sus palabras decían una cosa, pero su mirada otra. Con el valor de quien se sabe con el mando, me acerqué a él y pase mi mano por encima de su paquete. Se estremeció. Pude sentir como algo enorme crecía bajos sus pantalones. Me agaché abrí su cremallera y se la saqué. Era enorme!!! Ni se lo que le mediría, pero seguro que mucho más que la de mi chico. Me asusté un poco, me levante y me alejé.
-Que Cris, no me vengas con que nunca has visto un miembro.
-No, visto si los he visto, pero nunca uno tan grande!!.
-Ahora no te echarás atrás, verdad??
La verdad, es que ganas me daban. Con mi novio apenas habíamos llegado más allá del sexo oral, las veces que habíamos intentado que me penetrara, me había dolido tanto, que lo acabábamos dejando por imposible.
Me acerqué a él, con cierto respeto, y se la volví a agarrar. Pude sentir como esa cosa reaccionaba con furia ante mi caricia. Me agaché y la besé en la puntita, con cuidado y poquito a poco. A Arturo se le escapaban gemidos de placer según lamía yo su miembro. - sigue nena, sigue así métela toda en tu boquita.- Siguiendo sus indicaciones fui introduciendo el miembro en mi boca, chupándolo como si fuera un helado, lamiendo todo su tronco y jugando con mis manos con las bolas. Poco a poco sus gemidos aumentaron de volumen y empecé a sentir espasmos y movimientos involuntarios en su sexo. Antes que me diera tiempo a reaccionar, me la clavó en el fondo de mi garganta y descargó todo su semen dentro de mi.
Me gustó la sensación de ahogo que me provocó. La fue sacando poquito a poco a la que yo succionaba los restos de semen que quedaban en el miembro. Me levantó del suelo, me limpió la boca con su mano y me plantó un beso.
- Muchas gracias Cris, la mejor chupada de mi vida. Ahora vuelve al baño y duchate, que aún tenemos mucho que estudiar.