Hola, quiero contarles mi caso a ver si me pueden ayudar a tomar una decisión porque estoy hecha un lío.
Conocí a mi novia hace 4 años y medio. Al poco de empezar a salir con ella, cometió una infidelidad puntual y pasajera con un desconocido y a los cuatrodías me lo confesó. Yo entendí que era algo pasajero y además valoré su valentía al contármelo y lo acepté. Al principio, con reserva, dudas y molestia, pero al final lo acabé aceptando y seguimos adelante con más energías incluso.
Durante 2 años y medio vivimos juntos y muy bien. Al cabo de un tiempo, nos cambiamos de ciudad. Ella se quedó dos meses y medio todavía en casa, y yo me fui asntando en el nuevo hogar. Fueron muchos cambios en poco tiempo: en el nuevo lugar, yo no tenía amigos ni familia, estaba solo, un cambio de trabajo radical, hice papeleos para comprar un piso y firmar una hipoteca... mucho estrés y mucha soledad. Y una noche salí por ahí a dar una vuelta, llegué a una calle llena de prostitutas y no pude resistir la tentación. Más que deseo sexual, era ganas de escapar de la soledad.
Yo no le dije nada a mi novia. Al cabo de dos meses y medio vino y empezó un distanciamiento entre nosotros, ya que ella también acusó los múltiples cambios. Yo me sentía frustrado y ella igual. Nuestra pareja había dejado de funcionar, y, a pesar de que seguía (y sigo) sintiendo muchísima atracción física y sexual por mi novia, yo volví a esa calle a buscar escapar de ese sentimiento de frustración, de que habíamos cambiado nuestra relación a peor. Y volvía cometer infidelidad. Y aun hubo otra vez. Y la cosa fue degenerando, porque luego la pillé in fraganti ocultándome que se había convertido en una fumadora compulsiva. este hecho nos sirvió para reflexionar a los dos, analizar las causas del deterioro de la comunicación, y comprometernos a volver a levantar nuestra relación, con más fuerza incluso que antes. el resultado es que ahora nos quermos muchísimo, más que nunca, y estamos muy contentos con nuestra relación y sentimos mucha atracción física y sexual.
Pero, paradójicamente, el arreglar las cosas y ver lo mucho que nos estamos sacrificando me ha hecho sentir una tremenda culpabilidad por las infidelidades que cometí y que, a diferencia de ella en su día, yo no he tenido valor de confesarle. Y no sé qué hacer. Y aquí es donde pido su consejo.
Por un lado, pienso que debería ser valiente y decírselo. Me siento en deuda con ella porque ella sí me lo confesó (ahora entiendo más todavía el tremendo mérito que tuvo ahí) y yo no.
pero por otro lado pienso que eso, lejos de hacer que yo me sintiera mejor, lo que conseguiría sería hacerle mucho daño y que yo me sintiera peor todavía, al igual que un gran deterioro de nuestra relación, que ahora va muy bien. Además, yo tengo muy claro que he sido un miserable y no quiero volver a cometer el mismo error nunca más. Y tal vez la mejor manera de reparar el daño no sea decírselo, sino esforzarme al máximo para hacerla feliz y, a partir de ahora, no volver a hacerlo más. Además, ella tiene mucho complejos de inferioridad que podrían verse agravados, ella en su pasado fue prostituta durante un tiempo (y ve a los hombres que han estado con prostitutas, como lo ha vivido en primera persona, como el máximo grado de degeneración de una persona y pareja) y antes que yo, tuvo un novio al cual dejó porque él le puso los cuernos con otra (pero, eso sí, de manera continua, no esporádica).
Osea que no sé qué hacer. Yo, racionalmente, sé que tal vez lo mejor sea no decirlo, aprender de los errores y a partir de ahora que me sirva de estímulo para poner todo mi empeño en que todo vaya bien, como efectivamente estoy haciendo, y en no volver a repetir. Pero la conciencia es la conciencia, sobre todo cuando la otra persona te importa tanto y ella sí ha tenido valentía en su día para decirlo.
Gracias por las respuestas. Un saludo.