Llevo ya 5 años de casado y hasta ahora todo ha ido a las mil maravillas con mi esposa. Al inicio, ella era muy recatada, puesto que así son todos en casa de mis suegros (bueno, eso había sido así), y hasta después del primer año, nuestra sexualidad comenzó a ser realmente algo rico y frecuente. Debo confesar que en esa etapa estuve tentado por probar por fuera de mi matrimonio con alguien que fuera más pasional, pero pudo más mi amor por ella y juntos hemos aprendido a disfrutar nuestra sexualidad en todo su esplendor.
Mi problema radica ahora en las nuevas generaciones de su familia. Les cuento rápidamente, antes de casarnos tuvimos un noviazgo de 2 años, asi que tengo 7 de conocer a la familia. Pues bien, mi sobrina favorita tenía tiernos 9 años cuando entré por primera vez a casa de mis suegros, y de inmediato nos hicimos muy afines porque sus papás viven separados y ella me seguía mucho a mí como figura paterna. Grave error de mi parte haber sido tan cariñoso con ella, porque ahora, a sus casi 17 años, la chica ha desvirtuado ese trato y me está metiendo en problemas muy fuertes por su forma de manejar su 'cariño'.
Conforme fue creciendo, comentabamos entre toda la familia que la niña sería muy guapa y tendría bonita silueta, pero al llegar a sus 14 era todo un bombón de mujer; alta, morena, simpática, bonita y con un cuerpo escultural. La verdad, nunca la he visto de otra forma puesto que para mí sigue siendo mi 'niña', o mi Princesita como yo la llamo. Obviamente, nadie en la casa piensa mal de ninguno de los dos puesto que desde pequeña tuvimos mucha cercanía, pero ahora, cada vez que viene a casa, en vez de alegrarme, me siento muy presionado.
Mi mujer es un lindura; estatura media, muy bonita, cabello incríeblemente sexy y un cuerpo muy estético (me encantan sus piernas y sus nalgas). Por estas condiciones, y más aún desde que comenzamos a explorar nuestra sexualidad, me ha tenido cautivado y no me veo con la ocasión, o necesidad de serle infiel. Pero ahora se convierte en una sombra en esta estabilidad matrimonial la Princesita. No entiendo porque se ha comportado así, pero de un tiempo para acá me provoca en el aspecto sexual y hasta se me ha ofrecido en más de una ocasión. Los fines de semana que viene a quedarse a la casa han sido un suplicio, porque a pesar de no verla como mujer, me excitan todas las trampas que me pone para hacerme caer.
Normalmente cuando están sus primos o su hermano en nuestra casa se contiene un poco, pero ya ni me meto a nadar con ellos, porque esos momentos donde puede acercarse y abrazarme, son los más peligrosos para mí.
Se ha metido a bañar en el baño común, cuando mi esposa se baña en nuestra recámara o está ocupada en alguna otra actividad, y me grita para que le lleve cualquier cosa que pone de pretexto, para poderse mostrar desnuda ante mí.
Lo último que hizo el fin de semana anterior, fue que pidió ver una película en nuestra recámara y se metió a la cama entre mi mujer y yo, y se abrazó a mí como cuando era una niña. Seguramente algo le ha dicho a mi esposa; que ya no la quiero o algo así, porque mi mujer me reclamó diciéndome que si estaba enojado con mi sobrina porque ya no le pongo atención como antes. Tuve que decir que todo estaba bien, y hasta manejar un tipo de disculpa por mi falta de tacto. Nos hizo que nos diéramos un beso para firmar la paz entre nosotros y esto lo aprovechó la Princesita para comenzar a tocarme por debajo de las sábanas. No supe que hacer o decir, puesto que mi cuerpo reaccionó, pero mi mente y mi corazón buscaban la manera de alejar el peligro.
Creo que algunos me tacharán de ... por no aprovechar la oportunidad, pero creánme que en primer lugar, soy muy feliz con mi bella esposa, y por otro lado, veo a la sobrina como una niña, o mejor dicho, como si fuera mi hija (tal vez por no tener hijos nosotros, malentedimos nuestro papel con ella, y ahora yo pago las consecuencias).
No he encontrado la forma de decirle a mi mujer lo que pasa, dado que todos dudarán de mí, y no de la niña, y lo peor es que de un momento a otro, ella dejará de jugar y si comienza a decir disparates o levantar falsos, puedo perder hasta mi matrimonio. Tiene además reacciones muy feas cuando está enojada.
Ya he hablado con ella, pero está encaprichada conmigo; cabe mencionar que me ha confesado que no es virgen, pero siento que lo que siente por mí ha sido solamente un fetichismo, fantasía o fijación.
Es cuestión de tiempo para que alguien se de cuenta del porque he dejado de frecuentar la casa de mi cuñada, porque me pongo serio cuando mi sobrina cerca, y no veo como poderme quitar este peso de encima.
He llegado a pensar que si cedo una vez, ya sea por debilidad o por intentar calmar la tensa situación, esto se vaya a complicar más, porque las mujeres encaprichadas pueden reaccionar de mil maneras.
Hasta ahora ha sido muy hábil y ha sabido esperar, pero creo ver que comienza a desesperarse y también he notado su enojo cuando abrazo o beso a mi mujer.
No solicito consejo, ni busco quien me oriente; simplemente quise expresar esto que me ha atormentado por algún tiempo y a nadie le he podido confesar porque en cada ámbito voy a recibir opiniones encontradas.
Gracias por 'escuchar'...