Casado con hijos, trabajo en el extranjero y me he enamorado de otra...

Hola, soy otro hombre metido en este foro... la verdad que encuentro que aquí hay gente muy maja y que tiene el interés de leer historias como la que estoy a punto de contar.

Como le ha pasado a muchos españoles, debido a la crísis, he acabado trabajando en el extranjero. Estoy en una multinacional española trabajando en un proyecto en Latinoamérica a muchos kilómetros de mi familia en España. Tengo un niño y una niña que quiero montones y hecho mucho de menos.

Antes de partir al trabajo estaba en una situación muy difícil, sin trabajo y con una relación muy fría con mi mujer. De hecho, hacía ya mucho tiempo que ella me decía que ya no me quería ni me respetaba, supongo que por ser incapaz de tener un trabajo estable que sirva para mantener a la familia. Yo creo que sigo queriéndola, pero ella no me corresponde y nuestra relación se ha ido enfriando. De hecho llevamos años conviviendo juntos (ahora a la distancia) sólo para cuidar de los niños. Nos tratamos de forma muy cordial, nos contamos muchas cosas pero sin el cariño que nos teníamos de novios o recién casados.

El trabajo en el extranjero llegó de una forma inesperada y no me lo pensé mucho para irme aunque me ha partido el corazón separarme de mis hijos. Ofrecían un muy buen sueldo y perspectivas de tener algo estable. Y aquí estoy desde hace nueve meses, compartiendo oficina y vivienda con otros españoles, hombres y mujeres, y como estamos en un país extranjero, con costumbres diferentes vivimos muy unidos y hacemos muchas cosas juntos.

En este punto de la historia es donde aparece ella, una compañera del trabajo, también española. Al principio ni me fijé mucho en ella aunque me cayó bien. Poco a poco, conforme no íbamos tratando nuestra relación se ha ido estrechando.

Ella llegó al país, tres meses después que yo y en un principio vivió en la misma casa que yo, en una habitación "comodín" que la empresa tiene para alojar a los recién llegados mientras los ubica en otra casa. Por ese motivo nos veíamos a todas horas, día y noche. No fue difícil hacernos amigos, pero como soy hombre casado ni se me ocurrió fijarme en ella. La veía simplemente compañera de trabajo y compatriota en el extranjero.

Todo cambió cuando regresé de mis vacaciones de verano y al llegar a la casa me enteré que ella había encontrado vivienda y había dejado la habitación comodín. Me sentí desilusionado y a la vez confundido por sentirme así. Cuando la vi, ella me dio un abrazo y un beso que me hizo estremecer. ¡Hacía tanto tiempo que no sentía eso! ¡Tanto tiempo sin sentir el tacto de una mujer! Caí en la cuenta de que con mi mujer ni siquiera nos tocábamos. Llevaba años sin recibir caricias que no fueran las de mis hijos. Sentí como si su abrazo me hiciera despertar.

A los dos días, al salir del trabajo la llevé en el coche de empresa a su casa y me invitó a pasar. Estuvimos un rato conversando... la verdad que estábamos muy a gusto... quizás demasiado, por lo que me empecé a sentir nervioso. A fin de cuentas soy un hombre casado y nunca hasta ese momento me había pasado por la cabeza serle infiel a mi mujer, ni siquiera estando a 10 mil kilómetros de distancia. Inventé una excusa de que tenía que madrugar al día siguiente y dije que me iba. Ella insistió en que me podía quedar más tiempo si quería, pero me fui con la sensación de que ella esperaba que algo sucediera.

Ya no soy el mismo desde entonces. Me siento enamoradísimo, como no me había sentido desde hace 15 años. Ella también parece más pendiente de mi. Con una excusa que no acabo de entender se ha cambiado el puesto de trabajo a la mesa que está a mi lado. Hablamos mucho y a veces se nos cruzan las miradas de una forma especial... pero siempre me pesa mi situación de hombre casado para dar un paso más. Por un lado está el miedo a que me rechace, pero también me preocupa lo que pensarán todos en la oficina, tanto los españoles como los nacionales.

Hace tres días tomé la determinación de irme desvinculando, al menos simbólicamente, de mi mujer y he guardado mi alianza en un cajón... y ahora no sé que más hacer... ¿Cómo me acerco más a ella?