Estoy desesperada, y necesito vuestro consejo.
Os voy a explicar la situación.
Mi novio ya no quiere mantener relaciones sexuales conmigo.
Al menos es lo que deduzco yo, porque sí, he hablado con él, y todas sus respuestas son incoherentes.
Llevamos 4 años y dos meses de relación. Desde el tercer año, ha habido un cambio en su actitud. Ha pasado de querer tener sexo en cualquier ocasión, (aún estando sus padres en su casa, o en lugares poco íntimos como un parque), a dejar de pedírmelo, y directamente, a negarse cada vez que yo se lo propongo.
Las excusas que me da son cada día diferentes: que si le duele la cabeza, que si le duele el estómago, que si tiene sueño, que si está cansado. Él alega que es por trabajo o por enfermedad, pero ni descansa ni ha ido al médico. Incluso ha llegado a negarse en fin de semana o en vacaciones. Le he preguntado si es por mí, si ya no me encuentra atractiva, si el sexo se ha vuelto rutinario, y le he preguntado que podría cambiar o mejorar. Pero dice que soy perfecta, que cada día le gusto más, que me ama y que está muy satisfecho.
Le he preguntado si se masturba o le excitan otras mujeres, pero me jura que no. ¿Cómo puede pasarse semanas sin masturbarse, sin excitarse con otras mujeres, y sin tocarme?
Yo lo he intentado todo: Hacer ejercicio y dieta, cambiar de look, comprarme lencería erótica, preparar cenas románticas, adoptar un rol activo. Pero no sirve de nada.
La última excusa que me ha dado es que le asusta que nuestros respectivos padres nos puedan interrumpir, aún cuando sabemos que estamos solos en mi casa o en la suya, y cuando jamás nos han descubierto. Le he ofrecido entonces organizar algún encuentro en un hotel o viaje, pero también se niega. Dice que no va a malgastar el dinero en una solución temporal, y que prefiere esperar medio año a que tengamos un piso con el que independizarnos y vivir juntos.
¿Tengo que esperar 6 meses para tener sexo? Estoy tomando una píldora anticonceptiva por él, para que no tenga que usar los incómodos preservativos, cuando ni tan siquiera llegamos a hacerlo una vez por semana, y eso que nos vemos diariamente. Yo he intentado no presionarle, porque lo que más me importa no es que lo hagamos una o varias veces, lo que me preocupa es que haya cambiado y que no sepa explicarme qué está pasando.
En los últimos meses, cuando lo hemos hecho, ha sido de forma muy precipitada y abrupta, parece como si tuviera prisa por hacerlo y por terminarlo, asume el rol dominante e incluso llega a ser algo violento. También se ha vuelto muy cariñoso, pidiéndome constantemente besos y abrazos, pero reprochándome que no le hago caso o que le quiero menos.
Me siento impotente y culpable, no sé que hacer. Yo tengo necesidades y él parece no tener ninguna, incluso últimamente se enfada, y me tilda de obsesionada con el sexo y de superficial.
No sé si me está siendo infiel, o directamente, viendo que para mí el sexo no es sólo placer, sino que también se relaciona con mi autoestima, juega conmigo y me castiga.
Y no, de nada sirve hablar con él, cada vez que le he planteado el tema, ha reaccionado mal, y los motivos que me da son falsos, porque se contradicen con la realidad.
¿Qué hago?
Por favor, ayuda.