Anoche volví a ser feliz, volviste a ser mía, aun estando con él... No existen palabras de alegría para expresar lo que sentí en aquel momento, al perderme de nuevo entre tus labios. Esa sensación de felicidad, de bienestar, de tener el mundo a mis pies volvió a recorrer cada centímetro de mi cuerpo.
Entonces abrí los ojos y el corazón se me hizo de nuevo pedazos, al volver a ser consciente de la p*** realidad. No hubo lágrimas que consolasen mi tristeza, que calmasen ese sentimiento de desesperanza e impotencia. Cuando se te forma ese nudo en la garganta y casi no puedes respirar de la ansiedad, deseas morirte y dejar de sufrir.
Corazón, ¿Por qué me haces esto? ¿No habíamos hablado ya? ¿Por qué no dejas de joderme y haces caso a la mente de una vez?
Quizá porque en los sueños digo lo que siento en lugar de lo que pienso.