La guerra del fútbol.
Hay una canción que dice que "todo arde si le aplicas la chispa adecuada", esto les pasó a Hondureños y Salvadoreños, que arrastraban problemas limítrofes desde hacía tiempo, y les bastó una pequeñísima chispa para que sus países se encendieran.
Una de las páginas tristes de la historia de Hispanoamérica se escribió en 1969. En ella se vio lo difíciles que son las relaciones humanas y la facilidad con que las personas somos capaces de enzarzarnos en una cruenta guerra sin medir las consecuencias. Además en esta historia se verá con qué facilidad cualquier incidente aparentemente poco importante puede encender la mecha cuando los políticos previamente han calentado el terreno.
Lo que voy a contar pasó a la historia como "La guerra del fútbol" o "La guerra de las cien horas".
En el mes de julio de 1969 las selecciones nacionales de fútbol de El Salvador y de Honduras se jugaban en una eliminatoria a dos encuentros, como es habitual, su posible calificación para el Mundial que se iba a celebrar en México. Ya en el partido de ida hubo muchos incidentes y en la vuelta que se celebró el 14 de julio en Tegucigalpa la pasión de las hinchadas de ambos países terminó en una tragedia.
Durante el partido hubo gravísimos incidentes entre partidarios de ambos equipos con enfrentamientos en las gradas que terminaron con varios hinchas muertos y heridos.
La tensión diplomática no se hizo esperar y después del partido los ánimos de la población de ambos países se encresparon. Cuentan que en Tegucigalpa algunos automovilistas, por citar un ejemplo, se pegaban un adhesivo que rezaba: "Hondureño, toma un leño y mata a un salvadoreño", con la población indignada por los incidentes. Mientras que en Salvador, por ejemplo, tampoco se quedaban atrás y muchos periódicos de gran tirada animaban al Gobierno a que mandara al ejército a invadir Honduras y dar una lección a esos "bárbaros" que habían provocado los graves incidentes. En realidad los dos se echaban la culpa de los incidentes, los unos a los otros, como suele pasar en estos casos.
Las cosas se fueron complicando y al final el Gobierno de Honduras decidió expulsar de su país a 11.000 campesinos salvadoreños, que en gran número se enteraban en ese momento que eran extranjeros, pues jamás habían tenido un documento de identidad propio.
La reacción del Gobierno de El Salvador no se hizo esperar y empezó a bombardear algunos puertos de Honduras penetrando en algunos pueblos de la frontera a tiro limpio. La guerra duró unas cien horas, de ahí el nombre, y terminó en una gran tragedia con cerca de ¡¡¡cinco mil muertos!!! y gran número de heridos y personas desplazadas de sus hogares.
Además, la semilla de la discordia siguió reinando entre los dos países hasta muchos años después, generando anécdotas tan curiosas como la de Salomón Vides, un salvadoreño que vivía en Honduras que se escondió en la selva de Guatemala huyendo del conflicto y que no se enteró que había durado sólo cien horas, siendo encontrando en estado semisalvaje en el año ¡2001!. Cuando unos cazadores le encontraron, según la prensa, Salomón Vides gritó, pensando que eran hondureños que aún le perseguían: "Si vienen por mí, aquí me tienen. Ya no huiré más. Si quieren matarme, mátenme de una vez ".
La guerra de las 100 horas se convirtieron en 11.000 días para Salomón Vides, 32 años oculto en la selva.
Ya veis qué triste historia, y que empieza por algo tan banal como un partido de fútbol, desgraciadamente, como digo muy a menudo, el ser humano está lleno de defectos y vacío de virtudes, seguro que de todo esto se puede sacar alguna moraleja, no se, no he pensado en ello, pero seguro que a todos nosotros nos ha ocurrido lo mismo alguna vez, seguro que nuestras mayores peleas con los demás han surgido por algo tan trivial como les ocurrió a los Hondureños y Salvadoreños, o no?
Saludos queridos forer@s ................!!!!!!!!!!!!!!