(Para quien no lo sepa esta es una sección diaria, que comencé ayer, donde cada día contaré una anécdota curiosa de las tantas que pasan en la vida y en la historia)
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La inexplicable clarividencia de Edgard Cayce.
La vida de Cayce, una de esas cosas que se quedan en nuestra vida como esas asignaturas pendientes que no somos capaces de resolver, una de esas anécdotas que rompen con nuestra visión de la vida y las cosas y que mejor dejarlas ahí aparcadas porque no cuadran.
Edgard Cayce nació en marzo de 1877 en el estado de Kentucky en los EEUU. La historia de su vida que voy a contar puede parecer una invención pero os aseguro que es rigurosamente cierta. A su muerte en 1945 se estableció en Virginia la "Fundación Edgard Cayce " que aún persiste y que podéis consultar en esta dirección de Internet:
http://www.edgarcayce.org/.
Cuando era niño perdió la voz de manera inexplicable. Los médicos no encontraban la forma de curarle, al final cayó en coma. Pero en una ocasión en que el médico estaba a su lado, haciendo mil y una pruebas empezó a hablar: "Me he dado un golpe en la columna vertebral con una bola de beisbol. Hay que hacerme una mezcla de hierbas y aplicármelo en el golpe, dando a continuación la lista de hierbas ". El médico "alucinaba en colores" pero por si acaso le hizo caso. Esa misma noche estaba curado. Cayce era un campesino ignorante y parecía imposible que conociera aquella mezcla de hierbas. De hecho, dijo que conscientemente no las recordaba. Aquí empezó todo. Su familia empezó a darse cuenta de que cada vez que caían enfermos bastaba con pedir a Cayce que entrara en estado hipnótico y él daba remedios y medicinas de los que jamás se había oído hablar y que curaban las enfermedades.
Muchos médicos le estudiaron y algunos pensaban que era un médico disfrazado de curandero que les tomaba el pelo. Y lo más curioso era que como Cayce intentaba no ejercer de curandero y prefería seguir con su rutinaria vida de fotógrafo cada vez que pasaba tiempo sin hacerlo ¡volvía a quedar afónico! en cuanto curaba de nuevo a alguien se le pasaba. Cayce jamás quiso curar, pero eran los demás quienes le convencían, jamás cobró un centavo a nadie.
En una ocasión un millonario de los ferrocarriles acudió a visitarle, James Andrews. Cayce cae en estado hipnótico y le recomienda "agua de orvale". El millonario busca por todos los laboratorios y nadie conoce el medicamento, hasta lo publica en varias revistas médicas. Al final el propio Cayce dicta una extrañísima fórmula que le cura.
Posteriormente Andrews recibe la carta de un médico francés que le dice que había leído una de las revistas médicas donde solicitaba el medicamento y que esa fórmula la inventó su padre hacía 50 años pero que jamás la comercializó ni nadie que no fuera la familia tenía conocimiento de su existencia.
En otra ocasión prescribió un medicamente llamado "Codirón" dando la dirección de un laboratorio de Chicago. Cuando el enfermo llama allí los médicos se quedan estupefactos ya que acababan ese día de terminar la fórmula y ponerle nombre y lo había llevado en el más absoluto de los secretos. El secretario del Sindicato de Médicos de su pueblo convocó a un comité de tres médicos que siguieron muchas de sus sesiones asombrados por sus aciertos.
Su muerte fue igual de espectacular que fue su vida. Tras curar a cientos de personas, contrajo una enfermedad incurable que ningún médico fue capaz de pronosticar, él dijo que sí la conocía y profetizó mucho tiempo antes el día y la hora exacta de su muerte. El día 5 de enero de 1945, pocos minutos antes de la hora que el había profetizado, Cayce, que siempre había vivido asustado por ese don que él nunca llegó a comprender dijo: "Dentro de poco estaré curado, curado del mal de ser algo distinto", pocos minutos después falleció. Ha sido uno de los casos de clarividencia reales más increíbles de la historia.