Están tan mal realmente las cosas?.Es que me hace pensarme mucho a visitar a mi familia que además viven en Lanús.
(Agustín Bottinelli | corresponsal | buenos aires) 26-06-2004
Según las últimas estadísticas, siete de cada diez habitantes de la capital federal de Buenos Aires y sus alrededores (el llamado conurbano bonaerense) fueron víctimas de la violencia que alcanza estos días sus picos más altos en la quinta provincia de Galicia. Y esta ola de secuestros, asaltos y asesinatos afecta también a la numerosa colectividad de gallegos.
Los delincuentes pueden ser apenas niños de 15 o 16 años, como el Paco o el Chipi, los dos asesinos de José Gallardo García, un comerciante pontevedrés que llevaba más de 30 años en Argentina. Fue sorprendido por los dos asaltantes el pasado 12 de mayo, a la seis de la tarde, cuando salía de casa de su hermana, en la localidad de Lanús. Subieron a García a su coche y lo ejecutaron de dos tiros en la cabeza. Según los peritos, habría intentado quitarle el arma a uno de los asesinos, ya que en sus manos tenía restos de pólvora. Luego tiraron el cuerpo con el auto en movimiento y escaparon. Estas dos bestias están detenidas, pero nadie devolverá la vida a José. Vivir en Buenos Aires es un oficio de riesgo y cada día transitar sus calles es, sin exagerar, una aventura donde la vida está en juego.
El robo a comercios, edificios de departamentos y los secuestros con extorsión son las modalidades delictivas que más auge han cobrado. El último es el delito que más impacta en la sensación de inseguridad y muestra una tendencia generalizada al alza. Mientras en el año 2001 se registraron 190 casos en todos el país (15 por mes); en el 2002 crecieron un 15%, llegando a contabilizarse 220 (18 por mes); en el 2003 fue cuando más se incrementaron, en un 43%, hasta 390 (32 por mes). En los primeros dos meses y medio del 2004 fueron 90 (36 por mes); es decir, más de una persona es capturada por día en Argentina para luego exigir un rescate como condición para liberarla. Y estas cifras no incluyen los secuestros que no se denuncian porque la familia de las víctimas, por temor, no da aviso a las autoridades.
Un oficial de la policía bonaerense confió a La Voz que en la zona sur del conurbano, donde habita una numerosa colonia de gallegos y sus descendientes, tienen lugar aproximadamente 16 casos diarios de secuestros con extorsión cortos, también llamados exprés, en los que los secuestrados permanecen en manos de sus captores sólo algunas horas.
Los ciudadanos mudan sus hábitos de vida para eludir ser víctimas del delito, pero los criminales pronto se adaptan a los cambios para seguir robando y matando. Casas enrejadas, alarmas, guardias urbanos privados, altos muros y puertas blindadas son algunos de los elementos a los que hay que acudir para obtener un poco más de seguridad. Sin embargo, en Buenos Aires, nada resulta demasiado efectivo ante una delincuencia cada vez mayor y con complicidad policial.