Llevábamos ya mucho tiempo separados, casi un año, las circunstancias que nos hicieron terminar fueron definitivas, sin embargo, él había sido el primer hombre en mi vida y siempre nos había ido muy bien entre las sábanas, así que como era inevitable deseaba una de esas noches nuestras.
Nos vimos una tarde lluviosa, yo lo llamé con la escusa de devolverle su bufanda favorita. De inmediato sentimos esa tensión sensual emanando de cada poro, nos deseábamos y sabíamos cómo terminaría este encuentro. Pero disimulamos y fuimos por un café para hablar de trivialidades, de nuestra nueva vida, hasta que empezamos a recordar los encuentros más calientes de nuestra relación, no sé cómo llegamos a ese punto, pero mientras hablábamos nuestras miradas se dijeron lo que nosotros no nos atrevíamos de pronto ya estábamos en su carro camino a uno de nuestros sitios secretos para hacer el amor, esta vez iba a ser diferente por supuesto, ahora solo había deseo
Llegamos a nuestro mirador situado a media hora de la ciudad; en mi mente se repetían una a una imágenes de sexo en su más pura expresión, el penetrándome en todas las posiciones posibles y yo tratando de apagar ese fuego creciente con movimientos escandalosos para alcanzar el placer que me consumía, lo que me hacía excitarme muchísimo, estaba muy mojada, incluso podía sentir como empezaba a mojarse mi pantalón.
Nos detuvimos y comenzó a besarme, ambos sabíamos que sería solo sexo, así que le dije con una voz entrecortada por mi excitación:
- Recordemos viejos tiempos, vamos despacio, tu sabes que siempre me han encantado tus dedos- y le guiñé un ojo. No era una invitación era casi una orden y él lo entendió y comenzó a desabrocharme el pantalón, era un jean celeste muy pegado al cuerpo (dejaba ver mis curvas perfectamente y note como veía mi trasero cuando yo fingía no darme cuenta al caminar delante de él) sin previo aviso metió bruscamente su mano por debajo de mi tanga sin bajarme el pantalón para poder apoyarse en el y ejercer más presión con su mano, yo di un gemido casi inaudible y cerré mis ojos para concentrarme en la sensación.
- Estas muy mojada, justo como me gusta- me dijo al oído, mientras metía dos de sus dedos en mi sexo- porque no me llamaste antes, solo tenías que decirme que tenías ganas, sin compromisos, yo te hubiera hecho el favor- y comenzó a besarme y morderme la oreja izquierda mientras con sus dedos exploraba mi interior y subía el ritmo cada vez más.
- Por hacerme esperar tanto ahora vas mi prisionera y vas a ser todo lo que yo quiera para complacerme- mientras decía esto metía otro dedo en mi cueva; yo que hasta entonces tenía abierta las piernas las cerré para sentirlo mejor, a él empezó a molestarle mi pantalón pues sus movimientos eran cada vez más bruscos y rápidos y me ordenó mientras sacaba sus dedos:
- Date la vuelta- yo lo hice de inmediato, bajé el asiento para estar más cómoda y me acosté boca abajo.
- Bájate el pantalón- cada palabra era una orden, eso me excitaba muchísimo me sentía sometida pero sabía que tendría mi recompensa así que obedecía gustosa, me baje el pantalón y él me dio dos fuertes nalgadas y dijo No he olvidado que te excitan- y empezó a bajarme la tanguita rozada que me cubría. Abre las piernas mi zorrita privada- obedecí, él me metió tres dedos de un solo tirón, mientras me decía que me abra las nalgas para que entraran mejor.
El ritmo era bastante rápido yo estaba a mil cuando puso su otra mano encima de la mano que tenía tres de sus dedos en mi y comenzó a empujar con más fuerzas, apoyándose en el asiento para no perder el equilibrio; él sabía que eso me volvía loca así que no tarde en tener mi primer orgasmo, fue increíble, yo gemía y le pedía que lo hiciera más fuerte, no me importaba si alguien nos veía, estaba oscuro y nuestras ventanas estaban totalmente empañadas.
Sus manos estaban empapadas de mi y por su frente se desprendían gotas de sudor por la excitación, mire su paquete y parecía que iba a estallar dentro del pantalón. Sácate la blusa- ordenó de nuevo, yo no sólo que me saque la blusa sino que me desabroche el brassier y le deje ver mi bien proporcionados senos, se quedó sin aliento. Tócatelos- dijo.
Comencé a tocarlos con voluptuosidad, como invitándolo a hacerlo por el mismo, me metí a la boca las puntas de los dedos y luego recorrí con ellos mis pezones parados, me estaba excitando aún más de lo que ya estaba, el empezó a abrirse el pantalón y saco su pene latiente, grande y bien parado, lo vi y lo desee de inmediato. Mi ex adivinó mi intención y se pasó a mi asiento, mientas se sacaba el pantalón junto con el bóxer. Yo me sostenía como podía para dejarlo sentarse Date la vuelta- dijo otra vez. Métetelo que está parado solo para ti- y dándole la espalda me abrí mis nalgas y lo dirigí para que me penetrara lo que hizo de inmediato.
Sus movimientos eran fuertes y rápidos, me tomaba de la cintura y marcaba su ritmo, yo sentía su enorme verga en mi, entrar y salir, mis brazos estaban sobre el panel debajo del parabrisas y me sostenía como podía, porque se movía cada vez más rápido, me enderecé completamente y podía sentir su pecho en mi espalda, al sentir mi cercanía, puso sus manos en mis senos y los apretaba mientras pasaba su lengua por mi cuello, yo estaba disfrutando como nunca; puso su mano en mi nuca y me empujó para que pusiera mi cara en el panel y el pudiera observar mi trasero abrirse frente a él, de reojo observe que se metía el pulgar a la boca, sabía que seguía y me abrí una vez más las nalgas; metió su dedo pulgar en mi culito, me dolió apenas y súbitamente empecé a sentir más y más placer y podía oír sus gemidos y cosas como dale así preciosa, más fuerteeeee, quiero terminar dentro tuyo, muévete más, aaahhh-
Y llegó su orgasmo, sus movimientos eran tan fuertes que tenía que sostenerme con la mano izquierda del volante y con la derecha del parabrisas para evitar golpearme la frente, aunque no me preocupe mucho por eso porque yo terminé casi simultáneamente.
El sacó su pulgar y su pene increíblemente mojado, me dio una nalgada fuerte, bajo el asiento y me abrazó por un buen tiempo, me ayudó a vestirme y me dijo que podíamos repetirle cuando quisiera me llevó a mi casa y soñé con el toda la noche.