Recuerdo como lo conocí.
Caían los primeros copos de nieve, silenciosos pero copiosos, estábamos en el final de una misión , para nosotros era importante, siempre he odiado a los asesinos, quizás por eso insistí tanto en llevar el caso.
El cielo amenazaba intranquilo, así que decidí irme a casa antes de quedar atrapada por el espesor blanco, mañana seria un gran día, ya lo teníamos, ya era nuestro.
Mientras conducía pensaba lo que haría al llegar a mi loft, tenia que calmarme, estaba demasiado excitada pensando que al día siguiente se abría acabado el sufrimiento de muchos inocentes.
Solo recuerdo que puse música clásica, me acomode en el sofá y luego, luego ese olor mareante.
Así es como lo conocí, desperté con nauseas, sin poder ver ni moverme, lo único que intuía era una respiración cerca de mi, todavía mareada y con un hilo de voz pregunte, ¿donde estoy? Como respuesta obtuve un ¿quién eres?, es entonces cuando fui consciente de que tanto él como yo estábamos en la misma situación.
Intenté sin éxito deshacerme de mis ataduras, con un sentimiento de fracaso total, acabé entablando conversación con aquel tipo que no paraba de moverse hasta desliarse de sus cuerdas, ¡al fin era libre! Y entonces le vi, era extraño, parecía salido de los reportajes de entreno de la central, con una risa nerviosa me presente y le di las gracias por lo que me pareció una gran proeza, quedamos en que lo mas sensato fuera intentar salir de allí, siempre me han gustado los mutuos acuerdos, así que sin perder tiempo buscamos una salida, pero parecía sellado por todos los lados, quizás ayudaba el echo de que aun estábamos bajo los efectos del mareo .
Nunca pensé que el localizador de mi nuevo móvil fuera tan eficaz, gracias a el y al agente jbond volvimos a empaparnos de los silenciosos copos de nieve.
La misión tuvo un buen final, aunque como siempre no puedo dar detalles, lo tengo prohibido.
Desde ese día el tipo raro paso a ser colaborador indispensable de la central, yo lo suelo llamar amistosamente Stormi aunque se que a el no le hace ninguna gracia.
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