Cuando un hombre y una mujer deciden casarse, tienen un objetivo común, formar una familia, tener hijos, estar juntos en las buenas y en las malas, amarse y respetarse. No hay terceras personas en ese futuro.
Qué ocurre en una infidelidad?
El hombre, el esposo, se convierte en el ser más ruín de la tierra, es muy probable que por SEXO, sólo por sexo, empiece a mirar un poco más por fuera, haciendo peligrar la estabilidad emocional de su familia, y exponiéndose a lo peor que le pueda pasar a un ser humano, perder a su familia. Con esas acciones daña a la esposa, a los hijos y falta a Dios. Se convierte en un hombre debil, que no puede proteger a su familia, que ante los problemas del matrimonio huye, no demuestra el suficente valor e inteligencia para resolverlos. Algunos se confunden, y hasta se creen listos para la mentira. Arriba el más grande lo está mirando, ante el nadie se puede ocultar. Pobre, pobre ..la vida le cobrará, siempre.
La amante, la disponible, la dispuesta a todo, la perdedora , un ser de baja autoestima, que sólo espera su gran día: su premio. Es un ser egoista, pequeño, reducido a ser la sombra, que espera, que está al acecho, que se escuda en un sentimiento llamado amor, pero que no tiene nada de eso. No es amor, es deseo, satisfacción sexual, es un sentimiento que le daña y que no le importa si daña a otros. Es el ser más aberrante de la tierra, sucio y desolado, si se mira al espejo tendrán dos proyecciones: el de la mujer seductora, importante, la arrasadora, la que es amada y deseada pero eso es solo un espejismo, su cruel realidad solo la ven los demás: una serpiente que se arrastra y está lista para engullir a sus presas: una familia. Pero ella no ve a la familia solo tiene hambre.
Pero si hace feliz al que está allá abajo y que seguramente aprueba y goza con ella de sus actos disfrazados de amor. Estas personas aceptan todo, se olvidan de ellas mismas, ingresan libremente por la puerta falsa o por la olvidada de cerrar y jamás se sienten culpables. Solo ven su estado de perdedoras y disponibles.
La esposa, es la víctima, la confiada, la que descuido al esposo, por las tantas tareas y responsabilidades del hogar, de la familia. Ella ha sido engañada y ningún ser humano merece una falta o una mentira de esa naturaleza. Su descuido no justifica la falta del hombre amado. Si a alguién le pasa eso no se sienta menos jamás, sea fuerte, y adelante. Sólo la fortaleza del más Grande le ayudará.
La infidelidad es un acto de desleatad en una pareja y hay una tercera siempre implicada (la dispuesta a todo) y nada lo justifica, Si realmente ya no amamos dejemos libre al otro ser para que pueda buscar su felicidad, no expongan a su familia, a sus hijos ante esta lacra de la sociedad.
Que la sociedad, la humanidad no siga decayendo más, enseñemos a nuestros hijos a vivir dentro de la verdad, a dialogar, a comunicarnos, a ser leales con nosotros mismos y con los demás. Sí todos decidiéramos ser mejores seres humanos y transmitirlos a nuestros hijos este mundo sería mejor.