Foro / Pareja

Relato, mi primer

Última respuesta: 29 de marzo de 2006 a las 3:59
E
eidur_5456164
29/3/06 a las :27

Acá va mi primer relato, no se por qué o hice, pero creo que es porque estaba recordando y me di cuenta de que me acuerdo de memoria esa noche y fue algo muy fuerte. Este es el comienzo, algún día posteo la continuación.


Un sábado nos encontramos en un bar. Hacía mucho tiempo que nos conocíamos, pero nunca había pasado nada. Estaba realmente preciosa y excitante. Una cara hermosa y alegre y muy bien vestida; llevaba una camisa bien ajustada sin nada abajo, una falda a la rodilla, unas medias que me hacían imaginar como terminaban más arriba, y unas botas negras debajo de la rodilla con unos tacos bien finos. Yo estaba muy sencillo, pero creo que también le resulté atractivo.
Con un poco de coraje nos empezamos a decir cosas subidas de tono y ninguno de los dos aflojaba. Hasta que finalizamos diciéndonos lo mucho que nos atraíamos sexualmente y como deberíamos estar gastando el tiempo en una cama. Los dos estábamos con más gente por lo que no nos podíamos escapar solos. Por esto le prometí que si el lunes venía a mi casa vestida como estaba, o en forma similar, le honraría tanta belleza y sensualidad. Ella dijo que ella haría lo mismo conmigo.
El lunes por la noche me preparé, pero sólo un poco dado que no esperaba que viniese. Pensé que lo que nos habíamos dicho el sábado por la noche era sólo una patoteada y que la deberíamos continuar en una situación similar. De todos modos cumplí mi parte y me vestí de manera similar al sábado, un jean bastante marcado sin nada abajo, y una remera bastante ajustada. Para comodidad me encontraba descalzo.
Para mi sorpresa cerca de las 22:00 llegó ella. Estaba tan hermosa como el sábado. La situación parecía prometedora. Se notaban sus pezones duros bajo la camisa. Le hice pasar. La música sonaba de fondo. Ella dejó su cartera sobre a mesa, apagó su celular. Segundos después ocurría la primer sorpresa de la noche; a mí me pareció cortés ofrecerle algo para tomar, o hacer algo como mirar un DVDella me dijo: yo vine por lo prometido, y a cumplir mi promesa y me tomó en sus brazos y me dio un beso bien caliente. Le respondí tomándola yo también y apoyándola contra la pared que tenía tras de ella. Nuestras bocas y nuestras manos estaban fuera de control. Nos explorábamos por completo. La tomé por la cintura y la di vuelta poniéndola de cara contra la pared y le hice sentir mi miembro totalmente duro apoyado sobre su cola. Liberó un profundo suspiro. Mientras le besaba con mucho cariño el cuello, ella respondía ahora apoyando ella su cola sobre mi miembro con mucha fuerza y con un movimiento perfectamente sincrónico. Ambos jadeábamos con mucha fuerza, ni una sola palabra. Separé un poco sus pechos de la pared y comencé a tocarlos suavemente con mis manos. Sí aflojaba mi cabeza, era capaz de acabar en ese momento. La temperatura estaba elevada por ambos lados.
Se dio vuelta, me tomó con fuerza y me apoyó de espaldas contra la pared. Comenzó a besarme y, mirándome a los ojos, puso su mano en mi entrepierna por encima del jean y me frotó suavemente. Luego comenzó a pasarme la mano por debajo de la remera, por mi abdomen y subiendo al pecho, para finalmente sacármela. Con sus labios calientes y húmedos bajó hacia mi pecho y comenzó a besarme las tetillas. Nunca me habían realizado eso. La sensación estaba más allá del placer, las piernas se me aflojaban. Me sentía al borde de un orgasmo, pero sin ninguna sensación de eyacular.
Con un movimiento bastante ágil, me desabrochó el jean y se agachó metiéndose mi miembro en su boca. Muy profundo, podía sentir su boca húmeda y caliente y su garganta. Las sensaciones ya eran demasiado para mí. Me resultaba una situación incontrolable. Tenía la sensación de haber acabado más de una vez y todavía no había eyaculado. La miré y me di cuenta que tenía una de sus manos dentro de la pollera. Es hermosa, estaba hermosa ese día, vestida muy sensualmente, y por sobre todo estaba en llamas. La levanté tomándola por la cabeza y le dije que paremos un rato porque sino iba a acabar ya mismo. Me miró, se sonrió, se puso nuevamente en cuclillas sobre sus botas de taco, me tomó de los glúteos con ambas manos y nuevamente se tragó por completo mi miembro. Sentí que me iba, la tomé por los pelos en la base de la nuca y comencé a mover la pelvis. Tuve el orgasmo más intenso que había experimentado. Eyaculé una cantidad enorme de semen, mis piernas se aflojaron deslizándome contra la pared quedando casi en cuclillas y todavía estaba dentro de ella.
Comenzó a masturbarme y besarme las tetillas nuevamente, pero la detuve. ahora me toca a mi darte cariño le dije. Yo estaba semidesnudo (sólo con mi jean desabrochado) y ella todavía estaba vestida. Mientras se levantaba y sin soltar mi miembro me miró y me dijo es lo más ancho que vi en mi vida siempre estás sin nada bajo el pantalón? Me excita mucho. A mi también me excita, por eso cada vez que puedo estoy así. Cuando quieras me podés imaginar de esta manera le respondí.
Le indiqué el camino a la cama. Parados enfrente de esta, le saqué la camisa que tenía prisionero a los pechos que querían escapar. Tomándola con ambas manos por las axilas, comencé a lamer sus pezones. Muy lento. Estaban muy duros. Sus gemidos surgieron de a poco hasta que gemía y se movía en forma muy pronunciada acariciando mi cabeza. Con mis manos le saqué su pollera y quedó sólo con sus botas de taco y una tanga que era un hilo. Esto me daba ganas de penetrarla en ese mismo momento, pero aun faltaba jugar un rato. Al momento habíamos cruzado pocas palabras. Me calentás mucho, así como estás te cojería por horas. Tengo que hacer honor a tanta belleza le dije al oído. No sabés todo lo que te voy a hacer me dijo. Me sacó el pantalón dejándome desnudo y jugó un rato conmigo. La senté sobre el borde de la cama y la recosté hacia atrás. Me senté en el piso, le corrí su tanga y comencé a lamer su sexo. El olor era hermoso. Estaba muy caliente y muy húmedo. Su clítoris estaba muy duro. Sus gemidos ya eran escandalosos. Se movía de una manera muy sensual. Estuvimos largo rato, hasta que me pidió por favor que la penetrara. Se acomodó en la cama y yo me puse encima. En la pose del misionero le pasé los brazos por debajo de su cuerpo y la penetré abrazándola. Los dos gemíamos demasiado y ella aun más que yo. Nos movíamos acompasados y nos decíamos barbaridades al oído. La excitación era demasiada pero hacía intentos de concentrarme para no acabar, hasta que me tomó con ambas manos por los glúteos, esto me excito demasiado y terminé por acabar en forma bastante rápida y aun mejor que la primera vez. Le pedí perdón. Ella aun estaba muy excitada y mi erección no descendió. Mi intención era seguir hasta no poder más. Como estábamos seguimos. Yo estaba volviendo a la excitación, pero ella seguía intacta hasta que acabó. Nunca vi a una persona en ese estado. No tenía control sobre su cuerpo, ni sobre su respiración. Me clavó las uñas en la espalda, lo cual era como un premio. Gemía y me besaba y mordía el cuello y me dijo no pares por favor. A ese momento ya había vuelto a mi excitación.
La di vuelta y la puse en cuatro. Le di una palmada y ella ya estaba moviéndose como si la estuviese penetrando. La tomé por la cadera y la penetré. Nuevamente estábamos ambos gimiendo y moviéndonos al compás. Me di cuenta que ella aun tenia sus botas puestas. La vista era preciosa. Noté que su ano estaba dilatado así que jugué un rato con mis dedos. Luego de un rato en esta posición la tomé por el pelo y le levanté el torso. Quedamos ambos arrodillados en la cama, con una penetración por detrás. Esta pose es algo incomoda para la penetración, pero es muy excitante. Acariciaba sus pechos y le besaba el cuello. Sin retirar mi miembro nos recostamos suavemente quedando ella acostada boca abajo y yo encima de ella. La penetración era bien profunda y ella estimulaba su clítoris. La excitación ya era demasiada. Y ambos nos movíamos desenfrenadamente, ella estaba totalmente apresada debajo mío pero de todos modos se movía en busca de una mayor penetración. Nos íbamos juntos. Ambos jadeábamos mucho, ella pedía por favor que pare ya que no podía respirar. Yo seguí hasta el final. Acabamos juntos, nunca había gritado en esa manera. Me sentía sin control de mi ser, y a ella la sentía de la misma manera. Nos quedamos en la misma pose moviéndonos con el resto de energía que quedaba. Ella seguía dentro del orgasmo, gimiendo suave y moviéndose con más ganas que yo. A mi se me fue yendo la erección a los minutos y terminamos frente a frente besándonos y acariciándonos para no apagar el fuego. La noche recién comenzaba..

Recien son la 24:00, continuará.
Termina a las 8:00.

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L
lyda_6070286
29/3/06 a las 3:06

Oye donde vives
no te puedo creer enserio viviste eso que ricoooooo....
ojala y me pasara a mi, cuantos años tienes

E
eidur_5456164
29/3/06 a las 3:59
En respuesta a lyda_6070286

Oye donde vives
no te puedo creer enserio viviste eso que ricoooooo....
ojala y me pasara a mi, cuantos años tienes


Argentina, 28 para esta altura.
Vos?

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