Primer relato erótico: la playa (intento que sea para mujeres )
El siguiente relato es el primero que hago en mi vida, ha sido a todo correr, sólo espero que si tienes tiempo para leerlo lo disfrutes, he intentado que sea para que a los mujeres les guste, no se si lo he conseguido, igualmente disfrutarlo si se puede.
TU (MUJER) EN LA PLAYA
Por fin llegaron tus más que merecidas vacaciones, y como siempre, vas a la casa que tus padres tienen en la costa. Ante ti se plantea un verano como tantos otros, viajar con tus padres a los mismos sitios, ver a los mismos amig@s cada vez más gordos y con menos pelos ellos y ella, "tu mejor amiga" seguro que tan guapa como siempre, con alguna nueva operación y su fantástica vida con su fantástico marido...
Y ahí estás tú, sentada en el coche, llegando por fin al apartamento y con el desánimo de vivir un monótono verano más, al llegar observas que las ventanas de tus amigos están todas abiertas, lo que quiere decir que ya han llegado y que habrán quedado todos en la terraza del bar de Juan a las 20:00. Descargas el coche, colocas las cosas de las maletas, del neceser, entras al baño y te das los últimos retoques con la cuchilla y las pinzas, te duchas, te pones guapa, tan guapa como siempre, con una sonrisa que deja a los hombres tumbados, pero que no sabes por qué últimamente ni se te acercan.
Apuras hasta el último segundo hasta que ya son las 20:15 y sales de casa con el pelo suelto, un poco de maquillaje y con el vestido que te compraste el día antes de hacer la maleta. Te hace estar bellísima, resalta el color de tus ojos, la tela es tan fina que deja ver la piel a través de ella pero en ningún momento enseñas nada, sólo sugieres, sólo enamoras... Llevas unas sandalias que muestran la belleza de tu pie, demostrando lo bien que te cuidas, de complementos unos pendientes y un collar tipo hippy. Tu madre que está en el patio con las amigas al verte te dice lo guapísima que estás y lo buena hija que eres mientras sus amigas, algunas dan su aprobación con la mirada y otras parece que quisieran matarte con ella.
Llegas a la terraza y ahí están todos, parecéis los de verano azul después de veinte años, Juan como siempre, Pepe más gordo y más calvo, Alberto y Sara embarazados, y tu mejor amiga ahí sentada, con la mirada agachada que ni te mira, saludas a todos y en seguida notas que algo pasa, están todos como muy formales, muy uffff ahora te contamos, tu amiga por fin levanta la mirada y te mira, está destrozada, la cara llena de lágrimas, los ojos hinchados de llorar durante días, super delgada, ni siquiera se ha pintado los labios, parece que lleva con la misma ropa desde hace 20 días, te dice hola y rompe a llorar, miras a Sara y te niega con la cabeza, la acaricias y te sientas a su lado.
Tu amiga te mira, te trasmite su pena, y empieza a contarte que la vida le ha cambiado mucho, te cuenta que un día su marido (ese tan perfecto y tan guapo) se fue a la oficina y que a las dos horas apareció su abogado y le llevaba una demanda de divorcio, que ella no se lo esperaba, que sólo le dijo que no podía vivir más así, que la vida en pareja se le había venido grande.... PRRUUUUMMMM todo el verano se ha terminado, te toca pasarlo encerrada en casa de ella criticando al marido, bueno ex-marido y consolándola, parece ser que el verano no va a ser como siempre, pero va a ser un infierno.
Efectivamente al día siguiente llaman a la puerta y es ella, destrozada que necesita hablar, llorar, y restregarte cual perfecta era su vida hasta hace dos semanas.... Ya se convirtió en monotonía, tus quince días de vacaciones se plantearon así, por la mañana consolarla, comer con tus padres, dormir la siesta, arreglarte e ir a la terraza de Juan, ¡¡¡¡ni siquiera estás tomando el sol, vas a volver a la ciudad blanca!!!!! O eso creías.....
Sólo quedan siete días para regresar a la ciudad, llevas siete en los que tu amiga te ha absorbido para usarte de paño de lágrimas, cansada, aburrida, metida en la cama hasta que tus padres se vayan y sacar a tu consolador, lo único que durante este tiempo parece que te va a tocar, cuando de pronto oyes la puerta, adivina, es tu amiga, se ha adelantado, oyes a tu madre que la dice que estás en la cama y se va, oyes como sus pasos corren veloces hasta tu puerta, entra sin llamar, y OH SORPRESA, trae una sonrisa de oreja a oreja, lleva el bikini y el pareo, abre tu armario, te tira el bikini y otro pareo a la cara y te grita que corras, que te vistas que ha quedado con dos chicos que quitan el hipo.
De camino a la playa te cuenta que son del supermercado de la esquina, dos chicos nuevos, un poco más jóvenes que vosotras, pero con mucho morbo y ganas de disfrutar, que es justo lo que necesitáis, un lio de verano y ahora que quedan tan pocos días el tiempo vuela.
Llegáis a la playa, ella parece un animal en celo, estresada buscándolos, corre de un sitio a otro, te va arrastrando, tu piensas sólo en la perdida de tiempo que ello supone y en que con tu consolador todo es más fácil y rápido, siempre dispuesto y no se cansa ni termina antes que tu... Cuando de repente tu amiga pega un frenazo, se va hacia ti roja, se coloca el pelo y te pregunta - ¿Cómo voy? - a lo que le contestas, - ¿Tú? igual de divina que siempre - y es verdad, no se le nota lo mal que estaba hace tan sólo unas horas. Vais con ellos, te presenta, son dos chicos normales, cuerpo atlético, morenos, con acento de la zona, uno de ellos con una cara de niño adorable, el otro con cara de pícaro y una sonrisa y mirada que te están haciendo temblar las piernas.
Ahí estás tú, dos horas llevas en la playa tomando el sol, tu amiga no deja de restregar su cuerpo en el de los dos chavales en el agua, jugando a salpicarse, a capuzarse, y tú lanzando sonrisas para indicarles que estás a gusto. Te tumbas hacia atrás, cierras los ojos y sigues en tu teoría del que el consolador da menos problemas, cuando de pronto... Notas una gota de agua fría en tu frente, es el chico de cara picarona, agachado junto a ti y con la mano encima de tu cabeza para juntar una cantidad de agua suficiente como para que el peso le haga caer hasta tu frente. Le sonríes y entablas una de las conversación que más ha conseguido tranquilizarte, la voz de ese muchacho tranquiliza, su tono, el tempo con el habla, los espacios entre frases, como te mira a los ojos y te hace sentir arropada, tienes una sensación de protección que te hace desinhibirte por completo y mostrarte tal y como eres, te ríes, le miras, te mira, cruzáis miradas de complicidad, sentado junto a ti y mirándote a los ojos pasa su mano por tu hombro, tu cierras los ojos y te inclinas hacia su mano mientras él con una gran suavidad te va recorriendo toda la espalda, parece como si acariciara los pétalos de una rosa, como si tan sólo quisiera robarte la fragancia y luego recordarte mirando al mar, PUM. Llega tu amiga corriendo y empapándolo todo, gritándote: - venga vámonos que no llegamos a comer-. Empezáis a recoger, los dos chicos se despiden con dos besos y comenzáis a apartaros cuando cruzas una mirada con ese chico, no te dice nada, sólo te mira, pero está siendo capaz de volverte a llevar a esa complicidad en un segundo.
De camino a casa comentas con tu amiga lo sucedido, ella lo bien que se lo ha pasado, te pincha con la última mirada, te dice -vamos que tú te enamoras de ese crío, ¡cómo os mirabais, por favor...!- tu le dices -bueno da igual, mañana voy con mis padres a ver mis tíos, pasado comemos contigo y tus padres, al otro quieren ir a no se que y en breve estaré haciendo la maleta, y no tenemos sus números de teléfonos ni nada-.
Te despiertas de la siesta por los gritos de los niños en la piscina, te levantas y empiezas a colocar las cosas de la playa, abres la bolsa y metes la toalla seca, el pareo y te dispones a guardarlo hasta el año que viene cuando de pronto cae un papel. Lo abres y descubres que es un pedazo de una hoja de un libro y parece que ahí algo escrito, pero no se ve muy bien, un número de teléfono, pero esta marcado como con la uña en relieve, empiezas a mover el papel para encontrar una posición que se distinga bien y copias los números, por fin los tienes. Te sientas delante de ellos y los miras, no sabes que hacer, si llamar o no, no sabes si es el del chico con cara de pillo o el otro, esperas que los números te den la respuesta, pero no aparece.... Cuando de pronto y sin darte cuenta, has marcado y está dando tono, hay que nervios, se te ha acelerado el corazón, no sabes que hacer, colgar... -Si dígame- dice la voz sensual de aquel chico que está mañana te ha echo alucinar -Hola soy la chica de está mañana- dices con la voz entre cortada, - hola guapísima! veo que encontraste mi nota, no sé cómo has sido capaz de descifrar los números, no tenía bolígrafo...- dice él - No te preocupes, jejeje- dices con una sonrisa inocente -bueno pues ya que me has llamado tendré que pedirte una cena o unos minutos para volver a hablar, me ha encantado compartir ese tiempo contigo esta mañana- trasmitiendo tranquilidad y seguridad al mismo tiempo; - A mí también me ha gustado, lo que pasa que no se yo si voy a tener tiempo y me vuelvo al trabajo en unos días- trasmitiéndole pesimismo, -ufff pues a ver como lo hacemos porque yo también andaré liado con los turnos del super, pero mira, hacemos una cosa, yo me guardo tu número y cuando tenga un hueco te aviso, que tu también puedes, pues ya vemos que hacemos, ¿te parece?- mostrándose optimista y entusiasta, - por supuesto, si puedo quedamos, un beso guapo - , -Otro para ti guapa-
Siguieron pasando los días, y sin rastro de este chico, ya sólo queda está tarde, mañana montarás en el coche para regresar a tu monotonía, así que pones una escusa tonta en casa y vas a por esa tontería al super de la esquina, a ver si te lo encuentras, recorres todas las secciones y sin rastro de él, sales del super incluso sin haber comprado la chorrada a por la que ibas y tras invadirte el pesimismo de no volver a verle llegas a casa, entras en tu habitación y ahí está tu móvil, ¡te lo habías dejado! y en la pantalla una llamada, que no sea de él que no sea de él, suplicas en tu interior para así evitar que él piense que no se lo has cogido aposta. No es de él, es de tu amiga, se entremezcla en ti una sensación rara, por un lado la alegría de no haber quedado mal, y por otra, que tienes que seguir esperando a que te llame, deseando que el móvil que sostienes entre tus manos luzca y muestre el número de ese chico, igual que lo está haciendo ahora mismo, ¡¡¡TE ESTÁ LLAMANDOOO!!!!
En un intento rápido de aclararte la voz y quitarte el tono de nerviosa, fuerzas dos toses y descuelgas el teléfono -¡Sí! ¿Quién es?- preguntas haciéndote la interesante -soy el chico de la playa del otro día, he conseguido cambiar el día libre con un compañero y nada, como me dijiste que ti irías mañana, por si te apetecía quedar para pasear por la playa- ¡Cómo! ¡para pasear por la playa! que romántico.... -Si, no hay ningún problema, ¿a qué hora?- contestas -Pues mira, conozco un sitio donde podemos tomar algo y hablar mientras esperamos que se ponga el sol y luego si quieres paseamos por la playa con la puesta de sol y de ahí pues ya decidimos luego, conozco varios bares y sitios donde podemos ir- dice él, -por mi estupendo, pero ya son las 19.00, ¿a qué hora quieres quedar?- preguntas deseando ir a comprar algo que ponerte, ducharte y arreglarte, -pues....¿en media hora te viene bien?- ¡¡¡aaahhh!!! en media hora, ¿está loco? no tengo tan poco tiempo, necesito más -¿Dónde?- pero bueno, seré tonta, ¡¡qué no tengo que ponerme!! -Pues en el bar que hay enfrente del super y ya de allí nos vamos a donde te he dicho- sugiere él -vale, ahí estaré-.
Corriendo vas a ver a tu amiga, le pides su mejor conjunto, una blusa y un vaquero corto que seguro realzarán tu figura, baja contigo a tu casa para prepararte las cosas mientras tu te duchas y te preparas a conciencia, sales y te ha preparado un tanga que ya ni te acordabas que tenías, muy sexy y provocador, y un sujetador que te realza el pecho, te vistes corriendo, te pintas los labios y la raya del ojo y sales escopetada por la puerta mientras tu amiga te grita: -¡¡¡SUERTE!!!-
Por fin estás con él, te ha llevado a un sitio de ensueño, una terraza sobre la arena, con el agua a pocos metros y mantienes una conversación entretenida, alegre, intercambias opiniones, os contáis cosas de vuestra vida, a que os dedicáis (él aparte de trabajar en el super estudia) y en eso que ves como el cielo cambia de color, en ese momento él deja un billete en la mesa, te coge de la mano y te lleva a andar. Paseáis mientras la luz se agota, él te lleva hacia la zona donde más gente ahí, parece que te ha tocado un cursi y te vas a volver a la ciudad como viniste.... Te indica que te sientes en la arena, él se sienta enfrente de ti y seguís conversando, parece que no se os terminan los temas en común, cuando de pronto ves que te quita la sandalia y te empieza a masajear el pie.
Ahí seguís tu sentada mirando romper el mar y contemplas las estrellas, él frente a ti mirándote a los ojos mientras su mano presiona tu pie y consigue relajarte y excitarte por igual, está consiguiendo que lo desees, que llegues a tener la necesidad de pedirle que te bese, que te posea ahí mismo, tu respiración se acelera por segundos, tu cuerpo empieza a tener sus reacciones, él sube lentamente la mano por la pierna, pasa por la rodilla, el muslo, eres capaz de notar como él también ha reaccionado, en su pantalón algo se marca con fuerza, como si quisiera escaparse de esa cárcel de tela. Él se incorpora y se acerca a tu cara, se detiene a unos palmos y con la mano apoyándose en tu hombro hace que te recuestes en la arena, observándote con una mirada que te tiene inmovilizada.
Sientes como dos puñales ardiendo sus ojos clavados en los tuyos, sudas, respiras pero el oxigeno no es capaz de llegar a los pulmones pues tanto calor lo hace desvanecerse, ansías un beso suyo, le miras a los ojos, te devuelve la mirada, los ojos de ambos realizan movimientos para contemplar la boca del otro y volver rápidamente para evitar, sin ningún éxito, que se de cuenta, en este juego de miradas perdidas, de respiraciones ansiosas, va cayendo su rostro sobre el tuyo, tu giras la cabeza, es un movimiento apenas apreciable pero que en esos segundos de eterna pasión, dulzura, respeto y amor hacen que parezcan días, por fin quedan escasos milímetros para llegar al primer beso, donde ambos a la vez, como si fuesen pasos de una coreografía mil veces ensayada, os movéis al son de la música que los timbales de vuestros corazones han marcado, y sientes, la dulzura de sus labios carnosos, juntándose con los tuyos y acto seguido retirándose para volver a contemplar tu mirada. Repetís este baile una y otra vez, alargando el momento en el que vuestro amor es mostrado y disminuyendo cada vez más la espera entre beso y beso, llegando al punto en el que tras retirarse vuelve a tus labios, los entreabrís y las lenguas comienzan a explorarse durante largos minutos.
Ya ha pasado un tiempo, habéis vuelto a caminar para encontrar un punto apartado en la playa, lejos de miradas indiscretas, donde vuestro amor pueda mostrarse. Después de caminar durante varios metros llegáis junto a un coche, él lo abre, cortésmente te invita a subirte y te lleva a su casa. Es una casa típica de playa, con poca decoración, los utensilios justos para pasar el día, pero muy bien recogida y ordenada. En la mesa se pueden ver lo que parece una montaña de apuntes junto a un ordenador. Te invita a una copa y os sentáis en el sofá.
Él te acaricia la espalda con una mano mientras con la otra está atento a lo que necesites, el vaso, una servilleta. Tú te giras y le das la espalda, te recuestas sobre él mostrándole tus pechos, él que parece haber perdido su inocencia de pronto, con una mano ahueca la blusa y te acaricia la parte superior del pecho mientras tú le acaricias la barbilla, el cuello En esas carantoñas románticas estabais cuando de pronto aumenta su nivel de rebeldía, te desplaza dejándote caer suavemente al suelo, se tumba a tu lado y comienza a acariciarte todo tu cuerpo, tu intentas hacer lo mismo pero él te mira a los ojos y te dice Esta noche es para ti, sólo concéntrate en disfrutar-. Estás palabras salieron de su boca con un susurro que trasmitía dominio y educación. Comienzas a sentir su pene apoyado contra tu muslo, mientras una mano acaricia levemente el hombro que queda junto a él, la otra se apresura para recorrer todo tu cuerpo y liberar botones, cremalleras y demás impedimentos que encuentra a su paso.
Te tiene desnuda en el suelo del salón de su casa, tu respiras excitada, contemplando como él se ha levantado y con cierta torpeza y gracia pero sin perder el erotismo se desviste ante ti, se tumba sobre tu lateral derecho, te diriges a besarle cuando en ese momento te aparta, eso te descoloca, no te ha excitado pero si ha provocado más deseo, te besa el cuello, muerde el lóbulo de tu oreja mientras aprisiona su pene contra ti y desliza una pierna entre las tuyas, con una presión justa realiza suaves movimientos sobre tu ... unido a mordiscos por tu cuello, hombro, escote, pecho, cambia de pecho y sus manos sujetan las tuyas, sube y te besa, va un lado del cuello, al otro, su pierna presiona, continua bajando, gira hacia una pierna, salta a la otra, sus manos en tus pechos, tus manos en su cabeza, busca sorprenderte, te estresa, le pides que vaya a donde tiene que irummmm Notas su lengua a lo largo de tus labios, se acerca al clítoris, lo rodea, lo busca, lo roza, comienza a estimularlo con la punta de su lengua mientras lo conjuga con bajadas a los labios y desde ellos va introduciendo levemente la lengua, continua estimulándote los pechos con sus manos y el clítoris con su lengua, cuando éste ha aumentado su tamaño, lo abarca con los labios y realizando una absorción intensa consigue mantenerlo en su boca y juega con la punta de su lengua, una mano permanece en tus pechos , la otra se desliza por tu vientre y baja hasta la entrada de tu vagina, tu jadeas, él respira entrecortado sin soltar tu clítoris succionado y la punta de sus dos dedos juegan con la entrada de tu vagina, con tus jugos. Tu mueves tu pie para buscar su pene, está enorme, duro, le notas ansioso de penetrarte, se lo pides, él escupe en ese momento tu clítoris de su boca, te sonríe e introduce de forma rápida y contundente sus dos dedos en tu lubricado ... te retuerces de placer mientras notas que ha ido derecho a un punto interior que hace que te tiemblen las piernas, mantiene esa presión mientras juega con la yema de sus dedos. Tú agarras con ímpetu su cabeza y lo bajas al clítoris donde vuelve con esa maestría a conjugar lametones con chupadas, escuchando qué es lo que más te gusta y mantenerse en esa línea, te está llevando al estasis con la vagina y el clítoris notas como los dos se acercan al colapso y comienzas a mover las caderas para ayudarlo, gimes, lubricas, le miras como te lo está haciendo y de pronto sientes como el clítoris te hace doblarte de placer, aaaahhhh!!! Acto seguido ves como se pone un condón y dirige su pene a tu vagina y empieza a moverse con ansía, con velocidad, mirándote a los ojos y debido a su arte con los dedos empiezas a notar que puedes volver a llegar, le clavas las uñas en la espalda, ves como gime, como se excita, tu haces lo mismo, los dos sudáis, las respiraciones se sincronizan, las pieles chocan, notas su pene en tu interior y como tu clítoris se pega y despega con cada empujón de su pubis depilado, contemplas su torso, sus hombros, sus brazos, acaricias su culo y él se sostiene mientras contempla tus ojos, tus labios, te besa, notas como su pene se endurece, te escitas, notas que te viene, le muerdes el labio inferior y él te introduce el pene hasta el fondo llegando juntos a encontrar el máximo placer
Ambos estáis en el suelo del salón desnudos, empapados en jugos y sudores, ardientes del deseo y placer que habéis experimentado y os juntáis en un beso de complicidad único.
Espero no haberles aburrido mucho y espero sus opiniones buenas o malas, gracias por dedicarle unos minutos y ansió haberte echo disfrutar.
Ver también
A nadie le gusto???
Inspiración
A mí si me ha gustado, para ser tu primer relato está muy bien. Te animo a que leas algunos de esta página
http://www.pasionis.es/relatos-eroticos
A mí me gustan mucho y te pueden servir para inspirarte!