En tiempos modernos, donde la parejas tienden a la necesidad de trabajar ambas para poder lograr el sustento de la familia, y donde en la medida de que los hijos van creciendo y exigiendo cada vez mas, produce una gran presión que cae sobre los padres, que al ser tan inmensa, crea un proceso de rutina y monotonía, producto muchas veces de la frustración de no haber visto alcanzados algunos sueños, de la cual injustamente tendemos muchas a veces a culpar a nuestra pareja. Por otra parte, al basar nuestras vidas en el hecho de estar imbuidos en su propio mundo laboral del cual nuestra pareja no tiene participación, tendemos a ir dejando de lado nuestra vida en común, ya que pasamos mas horas en esta actividad que en otras áreas de nuestra vida, y por lo tanto los temas comunes se van agotando con el tiempo.
Es por esto que se requiere un alto nivel de madures emocional, así como que las parejas desarrollen sus vidas espirituales, basándose en un relación directa con Dios nuestro creador, donde él sea el guía espiritual de nuestra vida de pareja. De esta manera las parejas al mantener una vida espiritual común, y al apelar a un ser superior, tienen a depender de éste para el desarrollo armonioso de sus vidas y al congregarse a la comunidad y asumir retos de tipo social y altruista comunes, donde encuentran también participación sus hijos, permite que haya una cohesión, es decir, una unidad sinérgica que lejos de distanciarla la une, ya que la misma es vista como un todo dentro de su comunidad, reconociendo que tu familia es lo mas importante para ti después de Dios.
Otro factor, es emprender proyectos de negocios comunes, ya que los objetivos de vida financiera son compartidos, y por consiguiente hablan un mismo lenguaje y los aciertos y desaciertos que pertenecen a los dos y por consiguiente todo es compartido.
Si tu relación, esta en una situación de desgaste producto de la situación antes descrita, el primera paso consiste en pedir a Dios guía espiritual, a fin de alcanzar el estado de gozo y bienestar que proporciona estar en él, así como incorporarse a la comunidad asumiendo un reto común, tanto de crecimiento espiritual, así como de labor o trabajo comunitario.
Finalmente, dar los pasos para juntos emprender un proyecto de negocios común, que involucre la totalidad de la familia. De esta manera nunca habrá un distanciamiento comunicacional y al estar Dios en sus vidas, podrán adoctrinarse juntos, lo que permite comunión de pensamientos, fe y esperanzas, que basados en lo mejores ideales de la vida cristiana, como son el deseo del bien y el amor al prójimo, permitirá el paso por la vida de una manera llena de gozo, pleno desarrollo y felicidad.