En respuesta a oana_8482142
He pasado por eso...
Aunque de manera diferente, he pasado por eso. Mi marido era siempre el que me buscaba a mi y no porque yo no lo deseara, sino porque para mi nunca era el momento.
Me explico: en ocasiones a mi me apetecía y él tenía trabajo y no podía dejarlo, en otras ocasiones teniamos algún compromiso que nos impedía dedicarnos el tiempo que nos gustaría el uno al otro... y así siempre, siempre había una excusa, y siempre dejaba el sexo en último lugar, aun y sabiendo que era una parte fundamental en una relación. Sólo él me buscaba en las noches y a mi no siempre me apetecía, porque o estaba cansada del trabajo o arrastraba mal humor de cualquier cosa del día... La cuestión es que él se cansaba de ser siempre quien iniciara nuestras relaciones, tanto que al final se sentía incluso rechazado.
Tengo que decirte, que aunque yo era consciente de esto, tampoco sabía como cambiarlo. Quería hacerlo, pero no sabía cómo... y ahora nos hemos distanciado y ya no vivimos juntos, pero desde que eso ha pasado he comenzado a valorar más todos esos momentos en los que me sentía tan agotada que ni se me pasaba por la cabeza disfrutar de un buen momento de sexo con él y ahora empiezo a ver que esa pasividad sólo estaba en mi cabeza.
Mi recomendación es que cuando pienses que estás agotada o en que te apetece irte a dormir,te plantees primero si no sería un buen momento para hacer feliz a esa persona que quieres. Hacerle feliz a él (sexualmente hablando) te hará feliz a ti también, disfrutaréis ambos y luego descansarás más relajada aun si cabe. El sexo no requiere tanto tiempo como para no poder dedicarle un ratito de vez en cuando...
Yo esto lo he descubierto tarde, prácticamente ya he perdido a mi marido, pero sé que merece la pena descansar un poco menos, pero mejor, sabiendo que ambos estáis bien.
Caso parecido
Por lo que me cuentas la situación es parecida. ¿Fue ésa la causa principal de vuestra separación?
Yo soy consciente de mi problema pero como tú no soy capaz de darle un cambio y actuar de otra manera. Ya son más de diez años en esta situación con numerosas peleas por el asunto. Él tiene mucha paciencia conmigo y siempre nos perdonamos y sé que sufre y esto le duele. Pero soy incapaz de romper mi monotonía. Lo puedo intentar y lo consigo un día determinado pero la cotidianidad hace que vuelva a la pasividad y sé que le hago daño