Hola a tod@s, mi historia es una como tantas de las que gira por la red. Me ha parecido buena idea comentarla con ustedes para que las personas que chatean sean conscientes de que no siempre es todo tan bonito ni tan idílico como algunos de los ciber conquistadores nos hacen creer.
Hace dos años, una tarde, conocí en un chat de amigos a un chico. Señalo que no era un chat de buscar pareja ni de temática sexual.
El chico se describió a si mismo como un arquitecto de 30 años, soltero y con mucho sufrimiento en temas de amor.
Empezamos la comunicación, cada día charlábamos, nos contábamos nuestros problemas, etc... Él siempre muy educado, y mostrándose muy interesado en charlar conmigo.
Pasaron los días y me dijo que no sabía qué le ocurría conmigo pero que aunque era muy precipitado hablar de enamoramiento él creía que empezaba a estarlo.
Le dije que no nos conocíamos en persona y que estaría confundido, pero él me aseguró que con saber como era mi forma de pensar tras todas nuestras conversaciones, había sido más que suficiente para enamorarse de mí.
Pasaron los días, él empezó a mostrarse romántico, y yo me sentía tan halagada que esperaba como una tonta la hora en la que él se conectaba como si lo necesitara para sentirme bien y feliz.
Un día me pidió mi número de teléfono y yo ilusionada se lo di, para mi sorpresa me llamó con número oculto. Eso me dejó muy desconcertada, y en conversaciones posteriores le pedí su número, a partir todo fueron excusas, " es que me gustas tanto, y te quiero tanto que tengo miedo de acercarme más a ti y que luego esto salga mal etc..." Esta fue su excusa para no darme su número de teléfono, diciendo que él era tan sensible que temía que le hicieran daño.
Continuó con mensajes de "estoy enamorado", "me encantaría que tuviéramos una relación estable", etc... Pero no hacía ningun intento de quedar personalmente, y yo pensaba que quizás todavía estaría recuperándose de su ruptura anterior y que necesitaba algo más de tiempo.
Para ponerle a prueba, le digo que por motivos laborales tenía que ir a su ciudad una semana, y él me responde encantado, diciéndome que lo va a organizar todo para que sea la mejor semana de mi vida.
Misteriosamente, cuando se acercó la fecha el desapareció. Al cabo de un mes vuelve diciéndome que lo sentía mucho pero que tuvo que ausentarse más de un mes del país, pero que no me preocupara pues ya nos veríamos en breve.
A todo esto yo pasandolo mal por una persona con la que sólo había hablado por msn, y de la que sólo había visto una foto.
Pasaba el tiempo y él continuaba con sus "te quiero, mi amor, estoy enamorado, creo que seremos la pareja perfecta..."
Finalmente, una amiga lo agregó desde una cuenta y él aceptó. Ahí descubrimos que no era quien decía ser, que estaba casado, que tenía 10 años más de los que decía, y que su distracción era charlar con chicas por msn. Tenía muchas chicas agregadas con las que hablaba a diario.
Me decepcioné, pero por otro lado tuve la información que necesitaba para olvidarle definitivamente y aprender de todo esto.
Lo que yo no puedo entender es: qué ganan estas personas con egañar así a la gente? En mi caso no hubo encuentro físico, ni tampoco cibersexo; por eso me costaba tanto entender qué sacaba él con todo esto, prometiéndome una relación de pareja cuando yo no se la había pedido.
Dejando de lado el mundo del chat, posteriormente conocí a otra persona de mi ciudad con la que he empezado una relación de carne y hueso, y es un alivio no vivir con ese sufrimiento esperando a verle on line.
Disculpad por este rollo, gracias por leerme.
Un abrazo