Hola a todos
He leído muchas historias en este foro y me he masturbado con varias de ellas, así que hoy me he animado a compartir con vosotros mis experiencias, quién sabe si así le alegre la tarde a alguien...
Me han pasado bastantes cosas, pero hoy quiero hablarles de uno de mis momentoa más calientes. Sucedió hará cosa de un año. Quizás un poco más. Como casi cada fin de semana fui con mis amigos al cine: tres chicos, mi amiga Belinda y yo. Nos sentamos en una fila en la que había una pareja. Al lado de la pared estaba la chica, luego el chico, yo, mi amiga B y luego mis tres amigos. Lo cierto es que la película era bastante subidita de tono y en seguida me contagié de la erótica que desprendía. La sala, afortunadamente, era bastante oscura y pequeña (es un cine algo viejo), así que me atreví a poner mi abrigo sobre mis piernas, mientras las abría y cerraba ligeramente. Con este movimiento notaba cómo se había mojado mi ... Os prometo que jamás pendé que pudiera pasar lo que ocurrió esa noche.
Estaba tan caliente que aproveché para deslizar mi mano entre mis piernas. Dios, la puse sobre mi sexo ardiente y cerré las piernas nuevamente. En la pantalla seguían apareciendo imágenes de sexo, así que pasé un dedo sobre mis braguitas, de arriba a abajo mientras notaba cómo se pegaba a mi sexo, colé un dedo en mi ... empapado y me sobresalté, aunque no sólo de deseo. Belinda había puesto su mano sobre la mía. Pensé que era porque le molestaba que lo hiciera, pensé que tendía que haber tenido más cuidado, pensé que me moriría de vergüenza, pero lo que más jamás pensé fue que mi amiga, mi confesora, me masturbaría esa noche en ese cine. Metió su mano bajo mis braguitas, me miró a los ojos, sonrió y siguió mirando la película. Sus dedos no me daban tregua... Resbalaban entre mis labios mayores y repartían el flujo a lo largo y ancho de mi sexo. Yo no sabía qué hacer: estaba excitadísima, pero al mismo tiempo sorprendida... las dos somo heterosexuales, así que no entendía nada...
Sólo sé que metió un dedo en mi vagina, luego otro... hasta tres. Mi boca estaba seca, al contrario que mi entrepierna, que parecía un río desbocado, y yo sólo quería ahogarme, que el placer me inundara. B se acercó a mí, como para comentarme algo de la peli, cuando lo cierto es que aprovechó para pellizcar mi duro pezón y decirme al oído: "Córrete para mí". Un gemido escapó de mi boca, no lo pude evitar. No fue muy alto, pero sí lo suficiente para que el chico que estaba a mi lado me mirara y buscara con su vista entre mis piernas la razón de mi rostro arrebolado. Todo pasó muy rápido: su chaqueta emuló la mía y cubrió sus piernas. Sé que si no lo hubiera hecho él, lo habría hecho yo. Mientras los dedos de B imprimían más velocidad en sus entradas y salidas, mi mano cubrió el sexo erecto de mi joven vecino. Para mi sorpresa, estaba duro, enhiesto, como si hubiera estado esperando que lo tocara, pero recordé que la temática de la película bien podría haberlo llevado a ese estado.