Hola, me llamo Nei y ésta es mi historia. Tengo 33 años soy Diseñadora en artes y dibujante de sueños, de melancolías pasadas, de esperanzas que tal vez no existen. Madre de un niño hermoso de cuatro años y casada con un hombre de lo más apático e indiferente de lo que se pueda mencionar sin distraer mi relato hacía él, porque aquí, mi esposo no es el protagonista. Sin embargo debo decir que me casé con él a los 27 años porque no soportaba la presión de mis padres y jamás le oculté mis motivos. A pesar de ser independiente económicamente y con estudios universitarios no me dejaban salir, ni tener amistades, me criticaban todo y me hacían responsable de los arranques de ansiedad de mi madre. Casarme no fue la solución, la presión de ellos me alcanzó hasta mi matrimonio al grado que al nacer mi hijo, he tenido que educarlo y seguir las reglas de mi madre. Tuve que dejar mi trabajo porque la presión que ella ejercía sobre mí, era asfixiante pero nunca he tenido el corazón para lastimarla. Siempre fui destacada en mis estudios y en lo profesional, así que me las arreglé para obtener un empleo en el que trabajo desde mi casa y así no desatiendo a mi hijo, el resultado: una tremenda soledad y casi nulo contacto con personas y el mundo exterior.
Hace seis meses, decidí empezar a colocar mis obras de dibujo en una página de internet, bajo mi seudónimo que usé desde la secundaria. Rápidamente conseguí bastantes seguidores que comentaban positivamente cada una de ellas y que se sentían muy identificados con los significados que expresaban cada una de ellas. Puesto que en casa una palmo lo que guarda mi corazón, lo que me atañe desde mi juventud. De manera que poco a poco el margen de mis seguidores se fue centralizando en un rango específico de edad que se sentía identificada. Jóvenes entre 14 y 26 años eran los que más comentaban y admiraban mis dibujos, mismos que lo único que sabían de mí era que soy mujer y que guardo un sentimentalismo tremendo. Desde un principio mi perspectiva era permanecer en el total anonimato. Pero con los días, las expectativas crecen. Empecé a hacer amigos y ellos venían a mi buscando un consejo, un dialogo, me confesaban cosas que en su mundo habían sentido y yo les respondía al pie de mis obras.
Me volví tan importante en la vida de éstos chicos que si no me conectaba en dos o tres días, saturaban mi perfil de preguntas llenas de sentimientos preguntando los motivos de mi ausencia. Y a cada uno les empecé a valorar y tomar mucho respeto. Porque a pesar de su corta edad sienten y necesitan ser escuchados. Ellos estaban interesados en saber cada vez más de mí, así que para que no se sintieran intimidados me creé un personaje que tiene una edad de 19 años que aún seguía estudiando, porque temí que si sabían mi verdadera edad me rechazarían. Y ha sido la peor decisión que tomé en mi vida.
Así conocí a Leu de 16 años, otro artista destacado, a pesar de su juventud es un dibujante extraordinario. Al principio no quería saber nada de él. Intercambiábamos respecto al arte nada más. Hablábamos todos los días, reíamos, hasta que él me pidió sacar nuestra amistad de ésa simple y limitada página que no permitía el envío de mensajes privados, porque allí todo es público. Incluso es contra las reglas intercambiar correos. Me puse muy nerviosa, pero le había tomado tanto cariño que accedí a darle mi email. Y empezamos a chatear y él quiso conocerme. Yo, le envié mis fotos. Repito soy una mujer de 33 años, pero como no tengo vicios, corro 6 km diarios y voy al gym. Supongo que no me veo tan vieja, pero es obvio que no debo parecer una mujer de 19 años, sin embargo, me arriesgué y lo hice, pensé al fin y al cabo él es sólo mi amigo, lo más irónico es que él me dijo que le parecía una mujer hermosa tanto por fuera como por dentro . Y al enviarle mis fotos, él me envío también las suyas. Es un niño obviamente. Pero hablar con él me daba tanta felicidad que continué haciéndolo. Y lo hacíamos todos los días, hablábamos de noche y si era fin de semana nos quedábamos hasta el amanecer. Un día de ésos tuve un problema personal, me asaltaron y se lo dije. Él estaba desesperado quería hablarme por teléfono, estar conmigo. Y yo trataba de tranquilizarlo hasta que me dijo que lo único que le tranquilizaría sería tenerme entre sus brazos y estarme besando. Cuando él lo escribió, mi corazón latió con tanta fuerza que no pude evitar decirle que a mí también me gustaría que eso sucediera. Nos describimos en un beso virtual y a partir de allí nuestra amistad tomó un significado diferente.
Sé que él y yo jamás podremos estar juntos no sólo por la diferencia enorme de edad, sino porque le he mentido y he sostenido mi mentira por tres meses. Él piensa que sigo estudiando, que tengo 19 años y que soy soltera. No sé cuánto tiempo pueda seguir sosteniendo esto. Me pongo muy nerviosa en las videollamadas porque puede descubrirme mi esposo y armar un gran lío. Así que las hacemos muy poco. Sólo en momentos especiales. Hace un mes él me ha pedido que sea su novia, y hace planes para que en un par de años venga a mi ciudad. Me siento tan miserable. Lo quiero mucho, pero tampoco quiero ridiculizar sus sentimientos. Intenté cortar con él y ambos nos deprimimos tanto que dejamos de comer. Yo sé que él es muy joven, y encontrará el amor en una chica de su edad (por más que me diga que nunca va a amar a alguien como me ama a mí). Me siento tan miserable. Y no pienso coherentemente. Desde ya les doy las gracias por sus comentarios y por permitirme contar éste secreto de mi vida que está presente ahora mismo.