Maduras del destino: serie de relatos
cAPÍTULO I: La primera, la que duele
"Es un edipo no resuelto", me dijo Agustín, mi amigo psicólogo y confidente con una cerveza de por medio, cuando le pregunté por qué siempre me sentía traído por mujeres mayores. después de una larga reseña sobre Freud y el complejo finalizó: "Estás intentando reemplazar a tu madre. Si querés te atiendo algunas sesiones y vemos de resolverlo".
- "No quiero resolverlo, lo disfruto", le respondí. Quedó unos segundo en silencio.
- "Bueno, como quieras. Pero te puede traer problemas si estás en parejas. Esto no termina con una noche de sexo con alguna mujer casada. ¿Qué vas a hacer cuando alguna te vuele la cabeza y te enamores? Tenés 20 años. ¿Te imaginás con una "novia" de 40? ¿Que va a decir tu familia? Además, tenés algunos rasgos de una persona adicta al sexo. No termina acá"
- Por el momento estoy bien. Salgo con una mujer, lo hacemos en un hotel y listo, a otra cosa.
- Como quieras, pero si se te complica consultame. En serio -dejó su vaso- parece una pavada pero a la larga puede traerte problemas
- Al fin un problema que disfruto - le respondí al final
Ambos reímos con ganas y comenzamos a charlar sobre nuestra próximas vacaciones con nuestro grupo de amigo.
Era 20 de Febrero de 2004 y hacía unas semanas había tenido mi primera experiencia con una mujer mayor. Técnicamente no era una "madura" o MILF, como las llaman, pero la diferencia de edad era grande, unos 12 años. Ella tenía 32.
Por ese año vivía sólo en mi departamento en el centro rosarino y permanentemente concurrían amigas y amigos y que era uno de los pocos que contaba con una casa propia.
Volviendo a la mujer, como decía, tenía 32 años y yo tan sólo 20. Nos conocimos en un chat que esa época estaba al tope de visitas: VíaRosario.
Unos días antes a la charla con Agustín, había ingresado con mi nick en su honor "Agos_Rosario". Siempre me gustó su nombre, pero con una leve modificación: la O por la U. Era una noche calurosa, sin remera y con sólo un short, me dispuse a charlar con los cybernautas, aunque el calor invitaba para "algo más" que sólo charlar.
Busqué por la larga lista alguna persona interesante e intenté comenzar a charlar con varias mujeres, aunque raras veces contestaban. Por otra parte, y contrariamente a esto, abundaban los "¿H o M?" que me llegaban confundiendo Agos con AgostinA.
Pasaron alrededor de 2 horas, el sueño me estaba ganando la batalla y eran cerca de las 1 de la mañana. me disponía a abandonar mi intento pero ví un nick que me llamó la atención: MaryCasada32 (el nombre era otro)
Ya resignado, le envié un tímido "Hola". "Hola -me respondió- ¿Como estás?". Nos presentamos mutuamente según el caso, aquí sólo nos interesaba: Edad, Zona, estado civil e hijos. Tenía bastante sueño ya que había sido un largo día en las playas rosarinas así que, contrario a las buenas costumbres, apuré el trámite: "¿Qué andas buscando?". Un poco directo, pero al instante respondió: "Estoy sola, mi marido salió y estoy buscando hacer algo"
-Algo como que?
- jajaja sos chiquitoooo!!!
- No te entiendo, linda
- Que busco hacer algo ya
- Ah! Entiendo. Conmigo hacé lo que quieras
- Tenés lugar? - Me preguntó
- Si, vivo solo
- Pasame la dirección y nos vemos. si querés.
- Si, seguro. pero no te conozco. Tenes foto?
- Si, pero no es más lindo sorpresa?
- No sé. Pasame una foto
- No, lindo. No quiero perder tiempo que no tengo. Pasame tu celu
- Ok. 555-8765
- Ahí te llamo
Cuando sonó mi celular me corrió un escalofrío por toda la espina dorsal. Atendí.
- Hola
- Hola Agos! Soy Mary. Ves que soy mujer jaja Como estás? Que vas a hacer?
- Si querés venite, estoy solo. Pero que querés hacer?
- Nada, charlar. me caiste re bien. Pasame tu dirección
- Paraguay 999999
- Estamos cerca! En 20 estoy ahí. Esperame abajo
Cuando corté caí en la cuenta que podía ser una ladrona, una asesina serial, una psicópata o una asesina. Los hombre nunca pensamos las consecuencias hasta que ya está consumado el hecho. de todas maneras, no tuve mucho tiempo para pensar. Bajé y me prendí un cigarrillo en la puerta de acceso al edificio. No me bastó, prendí otro. La noche estaba hermosa: Calurosa y rara. Esas noche que invitan a hacer lo prohibido por las calles, esas noche que puedes llamar a tu mejor amiga y proponerle acostarse juntos, noche en que las fantasías vuelas estimuladas por el calor y la poca ropa.
El taxi que paró frente a mi me devolvió a la realidad. Estaba pagando, pero no distinguía su rostro. Una eternidad. Finalmente bajó.
"Todo en su lugar. Espero que no sea una asesina ni una psicópata", pensé.
- Agos? Como estas?
- Eehh! Como andas
Y nos saludamos, fingiendo conocernos para el taxista no sospechara. Como si al taxista le importara o si sabría quienes éramos. El calor, lo prohibido y los nervios te llevan a eso.
- Pasá, pasá - la invité y subimos a mi dpto.
No recuerdo que hablamos en el ascensor. Sólo tengo la imágen. Por tener 32 años, estaba muy bien, pensaba en ese entonces. Ahora que estoy cerca de esa edad me doy cuenta que era muy muy joven pero quiero que esta historia quede inmortalizada en su homenaje, la mujer que me abrió las puertas.
Su rostro era hermoso, ojos marrones, boca amplia y pelo lacio castaño oscuro. No era delgada, tenía unos kilitos demás, pero eso le agregaba belleza. Llevaba un vestido negro con un escote redondo. Sus pechos eras medianos, pero turgentes. Su piel estaba tostada por el sol. Recién al otro día pude verle la cola debajo de su vestido, en este momento intenté no mirar para extremar los cuidados y que no se ofenda ya que no sabía que íbamos a hacer.
No sé si llegamos a cruzar dos oraciones en mi departamento, apenas ingresamos se dio vuelta y me besó, fue un largo beso que me excitó por lo inesperado, por ver cumplido mi anhelo e tener sexo esa noche y por su edad.
Lo más fácil fue sacarle el vestido, de una sola pieza. Comencé a besarle sus hombros, su cuello y su boca. No sé si era el calor de enero pero su piel ardía como el mismísimo infierno. Estaba muy excitado, sobre todo por encontrarme a minutos de tener sexo con una persona a la que, prácticamente, no conocía.
Bajó sus manos hasta mi entrepierna y apretó muy fuerte. Sólo escuche un "Aaahhh, pendejo" que me susurró en mi oído.
- Vamos a mi pieza - le dije
- No, no. Si todavía no vamos a hacer nada, pendejo. Quiero conocerte primero
Me tomó de mi cabeza y me forzó a lamerle sus senos. Varias veces había hecho esto mismo a algunas mujeres a las que, así, le indicaba que quería sexo oral. No sabía lo que se sentía. era perturbadoramente placentero. Sus senos parecía más grandes sin su corpiño, al que nunca ví ni quité. Eran redondos y hermosas. Duros.durante días creí que no había llevado corpiño, hasta que me día cuenta de los contrario.
Si para mí fue fácil quitarle el vestido, para ella lo fue más quitarme mi bermuda y arrodillarse. Me besó profundamente, su lengua era hierro candente.
Abrazado, besándonos, no fuimos a mi cama. La verdad. Mucho no resistimos sin llegar los dos a un gran orgasmo. No seguimos besando durante minutos hasta que el calor insoportable nos obligo a abrir la ventana y el post-sexo salvaje ocasional nos obligó a encendernos un cigarrillo.
¿Por qué será que charlamos más luego de tener sexo? Seguramente, ya hemos quitado, al menos por unos minutos, la barrera del deseo irracional y se puede hablar más francamente, He conocido gente que ha llegado a proponer matrimonio antes de tener sexo y, una vez cometido el acto, se arrepintió al instante.
- Así que sos casada...
- Si - Pitó largamente su cigarrillo
- Entonces?
- Nada. Mi marido hace meses que no me toca. Debe tener otra. Ahora, debe estar con otra. Según él, está comiendo con amigos
- Que problema
- Ajá. Pero igual, me encantó estar con vos. Al principio quise estar con vos por despechada. Ni te conocía. Pero me gustás. Sos lindo, dulce, me encantó como me lo hiciste.
- No mientas, che. Fue rápido.
- Si, pero a mi me pasó lo mismo. Estábamos muy excitado. La situación ayudó mucho. no nos conocíamos. El calor de enero es mágico
Los dos nos reimos durante un largo rat
- Yo estaba pensando lo mismo.
- Más allá de eso. Me encantó estar con vos, pero viste como es esto. Por ahí no nos volvemos a ver más. no nos tendríamos que volver a ver más.
- Por?
- Me olvido que tenes 20 años. Tenés novia?
- No
- Bueno, yo estoy casada. No quiero engañar a mi marido todos los días y, menos, tener un amante fijo porque trae muchos problemas. No nos vamos a volver a ver.
Nunca había esperado verla todos los días, pero en ese momento se me vino el mundo abajo. Me hubiera gustado seguir viéndola en lugares prohibidos, a escondidas de su marido, con la carga sexual que todo eso trae.
- Bueno - Dije
- Te lo tendría que haber dicho antes
- No, esta bien. como dijiste vos: Ni nos conocemos. Ni siquiera te llamás Mary. ¿No?
- No. Vos tampoco te llamás Agos
- No
Nos reímos los dos, perdonándonos porque ambos habíamos mentido, lo sabíamos y no nos importaba. Nos paramos y nos apoyamos en la ventana (vivía en un 9no piso). Miramos abajo.
- Que vértigo - me dijo
- Te acostumbrás. Esta lindo acá arriba. No hace tanto calor y el vientito es hermosa.
- Si - y cerró sus ojos para disfrutar la brisa.
La tome de su cintura y la besé. Sabía que era nuestra primera y última noche. Recorrí su espalda. Sentí su olor a mujer para recordarlo. Navegué por su nalgas, su entrepierna, sus piernas. y Volví a empezar desde su boca. Volvimos a la cama y de apoco la temperatura volvió a subir pero ya no estábamos ciegos de deseo. Nos mirábamos a los ojos como intentando grabar el rostro del otropara recordarlo, conscientes de que no nos volveríamos a ver. Ella volvería su vida de casada, yo a la mía de soltero. pero siempre nos recordaríamos.
No nos dijimos nada más. Nos despedimos en la puerta del edificio. Tomó su taxi y se perdió por Avenida Pellegrini. Creía que no volvería a verla.
Volví y me acosté, abracé la almohada y todavía tenía su perfume. La abracé y traté de retenerlo. Así me dormí, pensando en ella.
Ver también
Capitulo ii: los angeles conducen ecosport
Ahhh!!! Noche de miércoles, Noche de reunión de amigos. Sin novias, sin familiares: sólo nuestro grupo. Play Station, pizza y cerveza para disfrutar de una cálida noche de enero. Las noches de miércoles eran (son) un ritual al que ninguno puede faltar, a riesgo de ser tildado de pollerudo (en caso de estar en pareja) o traidor (en caso de no tener pareja).
La noche era increíble, la ST esta cercana a los 35. No había mucho para hacer, excepto agotar la noche en casa de mi primo Luciano en Funes. Hacia allá partimos con todo el entusiasmo, el camino fue muy rápido entre charla y planes.
La noche pasó entre ceveza, pizza y piscina aunuqe soy un poco friolento y cerca de la 1 AM salí para ponerme a resguardo de la casa. Me sentpe en el sofá y encendía la TV, sobre la mesa ratona, olvidada, estaba la notebook de Luciano. La abrí. Cerré varios exploradores de publicidad pero me detuve en uno que se encontraba en una conocida red social de encuentros.
"No creo que se enoje si miro un poco", pensé. Click en la sección de búsqueda y dí los detalles: Sexo: Mujer; Edad (aquí me detuve a pensar) 40-55; Cerca de: Rosario. Clickee en Buscar.
Apareció una larga lista de mujeres que, en sus descripciones, buscaban "Sólo amistad o chatear".
Aquí hago un paréntesis: ¿Alguien puede creerle a una mujer u hombre, mayor de 40, casados, que se registran en una red social de "levante" y "sólo buscan chatear o amistad"? Todos sabemos que no. Imaginémonos que su marido entra y ve su perfil. ¿Le diría "esta bien amor, estabas registrada en una red social de levante, chateando a las 1 AM, pero no hay problemas, sé que sólo buscabas alguien con quien chatear o amistad porque estas todo el día en casa atendiendo el hogar"? Poco creíble. Fija: Si una mujer esta a esa altura de la noche en una red de levante busca un hombre, depués discutimos si quiere sólo sexo, un amante o un marido nuevo o si tiene sexo la primera noche, la segunda o la tercera. Pero convengamos que busca hombre. Ni hablar si el que se registra es un hombre. ¿Nunca probaron crearse un perfil con nombre de mujer y poner una foto de alguna inocente jovencita en bikini? Se rompen records de visita.
Volviendo al tema, envié un tímido "Hola, que tal?" a varias mujeres, varias respondieron:
- Hola
- Holis! Bien.Vos?
- ola bien bos? (?)
- Sos muy chiquito. Chau
- Hola bb
- Lindoo! como estas? Yo bien
- holalucianocomoestas? (?)
Recordemos que estaba navegando con el perfil de Luciano, mi primo, por eso me llamaron así. Respondí a todas. Con un "Bien, Bien. Al pepe en Funes. Vos? Que haces?". Respuestas:
- Nada
- Estoy enfermissss
- aka sin nada ke acer
- Sos muy chicoooo!!!!
- Caliente bb
- Acaaaa conociendo genteeee
- nadaestoysinhacernada
Necesitaba filtrar resultados urgente, sino estaría hasta las 6 de la madrugada. Usé la pregunta filtro para descartar a las que no buscaban los mismo que yo (sexo): "¿Que andas buscando?"
- Nada
- Nadisssss, estoy enfermisssss
- un chiko para conoser
- Un hombre
- Sexo bb
- amistaaaaddddd con genteeee
- nadaestoyconmifamilia
Listo. Descarté la primera opción y la segunda porque me irritan las personas que hablas todo con I, las que dicen camis, enfermis, autis, comidis, tontis. ¿Dirán pijis o petis también?. Tercera opción, out ya que detesto los horrores de ortografía. Cuarta opción, adentro, a pesar de la frialdad. Quinta, también, aunque sospechaba que podía ser un hombre porque pidió sexo demasiado rápido. Sexta y séptima afuera, ya que no eme interesaba conocer a la familia de nadie ni arreglar barras espaciadoras.
Respuesta a la primera que buscaba "Un Hombre": "Bueno, yo soy un hombre y lo mejor de todo es que estoy , salvo que te gusten los casados y quieras a una esposa enfurecida buscándote por todo internet"
Respuesta a la segunda que quería "sexo: "Yo también, pasame tu cel."
- Hay lindo, sos muy chiquitooo. pero sigamos hablando
- Mi cel? no jajaja
La que quería sexo era un flaco. Fija. El "sigamos hablando" me jodió un poco, pero seguí insitiendo con preguntas básicas y risas que no existían. En limpio saqué que era de Roldán, casada, con dos hijos, que tenía 47 años y andaba buscando a alguien para esa noche. Me ofrecía al instante y me dijo. Bueno, vemos. Pasame tu cel. Le di mi cel y me llegó un sms al instante. Era ella. Marcela, su nombre real. Quedamos en vernos cerca de las 3AM, en Roldán.
Por las dudas chequee sus fotos antes de partir, nada de otro mundo. Pelo castaño claro, rellenita, buena cola. La curiosidad me mataba y le ganaba a los tributos físicos. Iba a ir, estaba decidido. Sobre todo después del caliente encuentro con Mary, el cuál me dió un gusto especial por la mayores aunque esta mujer, era mucho mayor: 47 años. Mi primera madura oficial.
Salí hacia el patio y mis amigos ya empezaban a cerrar la noche, se iban despidiendo. No dije nada, les dije s quienes había ido conmigo que vuelvan en el auto de Agustín y llegó el aluvión de gastadas. No les presté atención. Subí a mi auto y salí para Roldán.
Le envié un sms: - Ya estoy acá
- Estoy frente a la plaza en Calle 1 y Calle 2. Ecosport.
- Voy
Di varias vueltas, pocas veces había estado en Roldán. Finalmente la ví. Ecosport color champagne. Estacioné detrás de ella y bajé. Lo primero que ví fue parte de su rostro en el espejo retrovisor, observéndome. Fui del lado del conductor, bajó su vidrio.
- Subí - me dijo a secas.
"No hay onda", pensé aunque no tardaría en darme cuenta de lo equivocado que estaba. Subí y la ví. exactamente como en la foto pero con una remera blanca escotada, aunque no mostraba nada. Sus senos evidenciaban su 47 años. Nos saludamos y al instante me dijo: "Vos no sos el de la foto".
Caí en la cuenta que había estado chateando con el perfil de Luciano. "Sos un trucho", me dijo y me ví venir lo peor.
- Bueno, si no te gusto me voy y listo. Disculpame - Intenté explicar la situación pero fue en vano.
- No importa. Quedate.
Pfff. No puedo explicar el calor de ese momento. Un error inconsciente, pero error que podía tirar todo por al borda, aunque no me hubiera importado. No era ninguna modelo, pero era una mujer de 47 años, casada. Una delicia.
Hablamos largo rato, abundaron los "es primera vez que hago esto". Ninguno de los dos caíamos en lo que ese encuentro desataría en nuestra vidas. Me hice el tonto, intenté pasarle un brazo por detrás.
- La manitoo - me dijo.
Poca onda, lo sabía.
- No te enojés, pero no me gusta - Al instante me dio un largo beso. Sentí su aliento a menta, su perfume que, meses mas tarde volvería a sentirlo y lo reconocería: Carolina Herrera 212. Nos besamos como adolescentes, nos recorrimos los cuellos.
- Basta - me dijo - no quiero seguir. No seas malo.
- Malo? Por qué?
- Porque no tenemos lugar para ir.
- Bueno, esta bien. Pero podemos vernos otros día - Retruqué cayendo caía otra vez en el mismo error. Tenía que aprenderme El mandamiento: Una vez y chau.
- No sé pero... - bajó su mano hasta mi entrepierna que, a través de mi pantalón deportivo, se apreciaba mi miembro duro, de gran tamaño
Me volvió a besar. Busqué sus senos y los acaricié. Estaban caídos, pero me los imaginaba dulces. Los busqué con mi lengua. Poco pude hacer. Quitó mi cara de ellos, acomodó su remera y con su boca abierta se avalanzó sobre mi pene.
Me transportó a otro mundo. MI glande estaba a punto de estallar. Su lengua era un látigo bien entrenado. Con su mano derecho lo sostenía y con la izquierda buscaba más abajo. Encontró lo que buscaba y comenzó a jugar. Cerré mis ojos y comencé a acariciar su pelo.
Nunca había tocado un pelo tan fino y con esa suavidad. Mi respiración se aceleraba y mi mente salía de la Ecosport para llevarme al cielo. Uno faros me trajeron de vuelta. Sólo un coche que circulaba en dirección contraria pero no lo notó. Siguió con su trabajo celestial y se concentró en mi glande que ya tenía el tamaño de una frutilla grande.
Era imposible tener conciencia de algo, creo que si alguna persona se paraba a mirar hubiéramos seguido hasta el final. No estábamos ahí. Llegó el momento y la aparté. Se resistió.
Fueron dos palabras: -Voy. -Si - repondió.
Segundo que no recuerdo nada y otra vez estaba ahí, con Marcela besándome mi entrepierna. Hizo lo propio fuera del coche y volvió.
- Para que no me olvides - me dijo.
- Así, no te olvido más
Nunca me percaté de que esa frase se iba a cumplir. Hablamos de nuestras vidas por largo rato, hasta que nos despedimos con un largo beso. Quise continuar peor me dio un rotundo NO. Nos hablamos. Bajé y la ví partir. Volví a ver sus ojos en el espejo retrovisor. Volví a mi auto, volví a la Chicago Argenta. Llegué a mi departamento, me recosté y no pude olvidarme de sus ojos cuando se iba.
Me quiete mi remera y la olí, tenía su perfume. Últimamente me estaba quedando con sólo el perfume de las mujeres. Esta vez no sería así.
Desperté al día siguiente, desayuné, aún sentía el perfume de Marcela. Escuché mi celular, un SMS: "Esta noche ceno con unas amigas en Rosario. ¿Tenés planeado algo? Marce". no pude evitar sonreír.
Capitulo iii: su primera vez, mi primera vez
Mierda, mierda, mierda Me levanté gritando. No podía creer que me hubieras quedado dormido. Me vestí lo más rápido que pude, cerré mi departamento y llamé al ascensor que estaba cinco pisos debajo. Es curioso, cuando más apurado estás, más tarda en llegar.
Se abrieron las puertas del ascensor y ahí estaba ella: Marcela. Mirándome, entre enojada y contenta por verme.
- Subí - me dijo
- Marce, disculpame me quedé dormidísimo
- No hay problemas, total ahora tengo las llaves del edificio
- Cómo?
- Si, me las diste vos. El noviazgo es así
Me desperté. Miré hacia todos lados, todavía era de día. La siesta había sido profunda, de esas que cuando te despertás no sabés en que lugar del planeta estás, ni que año es. Me tomé el rostro, pensando en el sueño. Me causó gracia. El oral que me había practicado la noche anterior me había llegado hasta mi subconciente. Me preocupó que mi mente elija, para despertarme, la palabra noviazgo. El lógico, estaba huyendo al compromiso después de una tormentosa relación de tres años con una mujeres tres años mayor que yo. Fue de esas novias (bah, concubinas) con la que te vas por primera vez de vacaciones en pareja, convivis por primera vez como pareja, planeas como pareja... y ahí se terminó todo. Quería hijos urgente, yo quería posponerlo hasta que mejore nuestra situación económica. Los dos estábamos estudiando, trabajábamos pero para pagar nuestros gustos y el alquiler. Hablar de hijos excedía nuestro presupuesto. No porque sea un Sin-Corazón ni un insensible, sino porque, simplemente, en ese momento no se podía. Le pedí unos años para pensar en formar una familia. Aceptó. Pero nada volvió a ser lo mismo. Las peleas se hicieron mas periódicas y un día, se fue. No hablamos más, hasta que la casualidad no reunió unos años más tarde. Era lógico que huya a los compromisos. No quería compromisos, no lo necesitaba, no lo deseaba.
Después de levantarme me duché, a diferencia de mi sueño, estaba en horario... Muy en horario, recién eras las 20:30 y tenía cita con Marcela a las 2 de la mañana, cuando terminaba de cenar con sus amigas. Maté el tiempo viendo unas películas, cené liviano con frutas y verduras. Sobre todo Kiwi y Ananá.
Las horas eran eternas, ya había cerrado todo el trabajo de la semana, no tenía nada que hacer. Tanto es así que decidí acercarme al lugar de encuentro a las 00.00. El encuentro era en Pellegrini y España. Me senté en un bar cercano a tomar algo. Miré la gente pasar.
Es increíble como contrasta la vida nocturna de calle Pellegrini con el centro rosarino, mas precisamente la peatonal, mucha gete buscando algún lugar para comer, volviendo a su casa o yendo a algún bar para esperar la apertura de los boliches.
Finalmente, a las 1:45 le envié un SMS. Corto, para no generar sospechas:
Estas?
- Sí me respondió 5 minutos mas tarde
-Avisame cuando salís
- ok
Pagué la cuenta. Salí y esperé instrucciones. Llegaron al instante
- Esperame en la estación de servicio.
Ahi fuí, Esperé. Ví la Eco Sport. Me puse nervioso. Me hizo señás. Subí. No la besé ni me besó.
La invité a ir a mi departamento. Me dijo que no. Que quería estar conmigo ahí mismo.
Doblamos por calle Montevideo. Es Oscura, no pasa nadie.
Me llevó al asiento de atrás. Yo obedecí como una mascota. Me besó.
Lentamente comenzamos a besarnos, no nos dijimos nada. Deseaba hacerle el amor. Hizo lo mismo que la noche anterior, me retiró los pantalones. Me besó el placer, cobijó en su boca el placer. La tomé de su nuca. Estaba empezando a amar esos cabellos finos. No la guiaba hacia abajo y arriba, sino que acariciaba sus cabellos. Eran hermosos, excitante. Me encantaba, sobre todo cuando sentía sus senos tocar mi pierna. Esos senos con tantas historia hoy eran míos.
Se levantó, me besó.
- Dale - me dijo
- Lo primero que atiné fue a visitar su entrepierna con mi lengua. Me tomó de la barbilla. Me dijo:
- No, pendejo. Cogeme. No me gusta eso.
Busqué pararme en el piso del asiento trasero, me golpee la cabeza con el techo. Ella se apoyó sobre la puerta trasera, mientras yo me colocaba el profiláctico, abrió sus piernas, me recliné sobre ella. Ayudó a mi pene a entrar. Un largo Ahh me indicó que me había recibido
Comencé a balancearme, no era la posición, ni el lugar más cómodo. Me retiré un poco para verla gozar, sentía su vagina cerrada, fruto de años de poco sexo. Me excité. MI glane creció de golpe en su interior. Lanzo un gemido placentero. Comenzó a moverse frenéticamente. Me abrazó como buscando meterme en su interior. Me grito al oido.
- Si, pendejo, te amo, te amo. Damela toda. Así, así. Ahhh
- TE gusta? - le pregunte
- Me encanta, dale, me vengo toda, pendejo.
Eso me hizo excitar comencé a moverme más rápido y duro. Me golpeaba la cabeza pero no me importaba. Estallé en su interior, ella estalló en mi pene. Nos besamos. Transpiramos. Abrimos un poco las ventanillas. Sentimos la brisa fresca a pesar de los 35 grados. Encendimos un cigarrillo. Eramos felices.
- Así que no te gusta que te lo haga con la lengua pregunté. Me había quedado con eso en la cabeza.
- No es eso, mi vida. Es que nunca me lo hicieron y no me gusta
- Como sabés que no te gusta
- jaja No lo sé
- Querés que te lo haga?
- No, me gusta coger.
Nos quedamos en silencio. El no, para mí fue un desafío.. Tiré el cigarrillo, me recosté sobre sus senos maduro. Me miró. Con mi mano comencé a masturbarla. Me seguía mirando. Metí mis dedos, toqué su punto G. Cerró los ojo. Otra vuelta de sexo.
La toque. Frote su ano. Besé su vientre. Mi objetivo era practicarle sexo oral, pero para eso tenía que estar muy excitada, al punto que no pueda decirme que no. Continué un rato. De repente, sin avisar, abrí mi boca y me tragué sus labios.
- Ayy!! No, No, No decía, imploraba
No la dejé quitarme. Al minuto dejó de oponer resistencia y comenzó a moverse y a gemir. Era su primera vez.. Me esmeré. Usé mis dedos, mi lengua, metí su clítoris entre mis labios, succioné y gritó de placer.
- Pará, Pará
No le hice caso. Se contrajo en su abdomen. Gritó largo, sentí que se humedeció de golpe. Estaba hecho, se vino en mi boca. La sequé con mi lengua. Me levantó.
- Pendejo, hijo de ... Que malo que sos me dijo entredientes. Todavía estaba gozando
Me agarró de la cara, me beso con furia. Me dolieron los labios. Al instante me miró tiernamente.
- Gracias me dijo- pero vos quedaste a mil, nene. Ahora me toca a mi
Bajó, tomó mi pene y, mientras me miraba, lo hizo desaparecer en su boca. Succionó con fuerza. Me hizo estremecer, ya no sentía mis piernas, me arquee. Le acaricié el rostro mientras la miraba y ella me miraba. Metió sus manos debajo de mis nalgas y me tiró hacia delante. Comenzó con mis testículos. Desaparecieron en su boca. Me dolió.
No lo esperaba. Fue mi primera vez No me había percatado que mi ano había quedado descubierto. Bajó aún más. Pasó su lengua. Me estremecí. Mi pene se puso muy duro, mi glande casi estalla. Grite. No soy de gritar ni de gemir muy fuerte. Pero su beso negro me hizo gritar de placer. Mientras me masturbaba, con su lengua jugaba en mi cola. Me estaba viniendo. Vi como mi pene, a punto de estallar, despedía semen de a poco.
- Acabo, acabo alcancé a decirle.
- Si, pendejo, acabame toda. Dale. En mi boca. Te juro que me lo voy a tragar.
Cumplió su juramento.