Y aquí estamos de nuevo para antes de nada, saludar a todos esos contertulios que forman esta pequeña mesa camilla y que no voy nombrar...(jamás me perdonaría dejarme alguno de tan sublimes nicks en el tintero), el saludo desde mi pequeño lado del monitor, generalizado para todos vosotros.
Pues bien, aquí anda uno metido..."donde dije digo, Diego quise decir", y es que todo depende del punto y la perspectiva. Si algo he aprendido en estos últimos meses ha sido descubrir que madurar es el hecho de saberse imperfecto y aprender a aceptarlo. Asumir las propias debilidades como gajes del oficio de vivir y saber mutilar convenientemente nuestro auto concepto en pro de un tipo lo más parecido posible al que deseábamos ser.
La vida es un pestañeo, y mirando a la quijada del caballo, uno se da cuenta que para fortuna o desgracia la tristeza y la alegría viajan casi siempre en un mismo tren.
Y os puedo asegurar que después de la tempestad, siempre llega la calma.
Cuando más me alejaba del gran concepto "estabilidad sentimental", de golpe y porrazo te recuerdan que por encima del respeto y el cariño queda la necesidad y el deseo de no perder aquello que nunca te paraste a pensar que te resultaba tan necesario, y que ni corto ni perezoso (o más perezoso que corto) no te preocupaste en darle la savia bruta necesaria ( y qué importante es regar esa plantita día a día...)
En fin, ante semejante hallazgo, imaginaros mi terrible pesadez mental. Cual inútil se sabe uno cuando deja perder todo lo que le hace bien y cuanta seguridad otorga la inutilidad.
Lo curioso es que a pesar de no mentir mi nariz crece lo suficiente como para haber averiguado que una mentira a medias es menos atractiva que una media verdad, y que el tiempo es una bella prostituta que a todos sonríe y que a nadie pertenece. Ante todos estas variables sólo se me ocurre batirme a modo de redención y ser más prosa y menos poesía, más guiño y menos mirada...más yo en definitiva. Uno sólo intenta ser uno mismo aunque las cotizaciones se coticen al alza.
Ya solo me queda admitir que este corazón tonto nunca me perdone por esto y siga ejerciendo de funambulita por la cuerda floja que media entre tu cama y la mía, si bien también me doy cuenta que este plato no lo pago porque no lo he roto. A veces los platos se rompen sin que nadie los toque...también la vajilla tiene su eclipse. Uno siempre llega a la parada justo cuando el autobús acaba de salir, pero ya no es algo que me preocupe, siempre queda un próximo autobús.Me niego a ser ese anciano que deambula por la estación ofreciendo indicaciones a los turistas. Prefiero ser el que coge los trenes reclamando indicaciones.
A buenas horas me acorde del olvido, prometo que mañana vestiré mis mejores ojeras para discrepar al olvido.
No intentéis buscarles tres pies al gato. Sólo quiero decir lo que digo sin decir nada, es solo una resaca sobre el caucho. Un modo de deciros que siempre estuve sin irme y que no hay mal que cien años dure.
Esta caja de Pandora se cierra aunque siempre tenga un hueco para tod@s vosotr@s
Corsarioazul
