Infidelidad - varias cuestiones

Quiero comenzar por decir que nunca he sido una persona de hablar de mis problemas (ni los más pequeños), pues ahora ya no puedo más y leyendo varios post aquí, he visto contención y consejo. Quisiera que me ayuden, pues deseo salvar mi pareja. Es largo, pero espero su ayuda, la necesito y no puedo buscarla en otro lado porque no sé cómo hacerlo, nunca supe. Y he decidido contarlo con lujo de detalles y total sinceridad, para que no quede nada colgado y su ayuda sea con la mejor información.

Como he mencionado, nunca he sido abierto a hablar de mis problemas, ni con mis viejos, hermanos, hermana, amigos y ni siquiera mi psicólogo. La cuestión es que llevo nueve años de novio con una dama de la cual me enamore a los 16 años (ahora 27) y, todo el noviazgo ha transcurrido a lo largo de once años, en los cuales sufrimos algunas separaciones debido a mi falta de compromiso. Nunca le fui infiel, pero como buen pendejo me gustaba salir y no apreciaba que me esté exigiendo todo el fin de semana para ella.
Siempre estuvo detrás de mí, siempre, luego corté después del primer año y volví al año porque la extrañaba demasiado. Cuando llevábamos 6 meses de regreso me contó que había tenido un pequeño desliz con mi mejor amigo, luego de una semana de separarnos y que no había ocurrido nunca más. Por supuesto lo enfrenté al susodicho amigo y terminé por los golpes y nunca más hablé con el a pesar de su insistencia. Durante un año y medio traté de seguir con ella, quería saber qué le había pasado, por qué había hecho eso. Por supuesto que no tiene carácter de infidelidad, ya que no estábamos de novios, pero el dolor es similar y quería conocer los detalles del acontecimiento. Lo único que pude sacarle es que se besaron a escondidas en la fiesta de 15 años de una amiga y nada más, no pude saber de sus sentimientos o de más detalles. Cosa que me mortificaba.
La relación se puso áspera durante ese año y medio y yo no confiaba en ella y en consecuencia ella comenzó a desconfiar de mí. Inicié la facultad de derecho y, ella (un año menor) con su desconfianza, me prohibía tener acercamiento académico con mujeres. Cosa que cumplí ya que yo le exigía lo mismo. Cuando ella comenzó la facultad, le recordé sus solicitudes y aceptó pero al poco tiempo me enteré, por una amiga de ella que siempre andaba tonteando con un compañero, nada serio pero tonteando en fin y ocultándomelo. Pasaron varios meses y el problema anterior con mi amigo se juntó con este y terminé por quedar destruido por la falta de confianza y corté la relación.

Durante un año nos separamos y solo la vi dos veces, salía poco y estudiaba mucho, pero esas dos veces me alegraron el mes. Nos separamos en diciembre de 2003 y regresamos después de hablar un mes, en diciembre de 2004. Ella me dijo que no podía vivir con la desconfianza y yo le dije que no quería eso, por eso pedía su sinceridad, la cual tenía antes de que nos pasaran todas estas cosas. Ella, desde siempre ha sido, a mi parecer, la persona más buena que existe. Y no solo lo digo yo, lo dice todo el mundo. Yo nunca le volví a recriminar lo de mi amigo o su compañero y comenzamos de nuevo muy bien.
Al mes, ella se va de vacaciones a una playa que queda en el interior de la provincia y al regreso, por los vestigios celosos que aún pululaban en mi ser le pregunto si había trabado alguna amistad con el sexo opuesto, su respuesta fue que no. Pero esa misma noche, revisando fotos en sitios que recopilan la noche, la vi a ella y su grupo de amigas, en varias fotografías, muy charlatanas y danzantes con un grupo de chicos. Ahí inició todo el mal, ella. Yo se lo restregué luego de hacerla mentir nuevamente y lo terminó admitiendo con la excusa de que seguía creyendo que yo era muy celoso. Lo cual es mentira, ya que en casi 6 años de haber vuelto, nunca le hice una escena tal o le mencioné el tema de mi amigo ni nada. Yo volví y acepté las reglas y cambié totalmente porque la quería, de verdad.
Durante estos años se acumularon un sinfín de estos mini episodios de mentirillas y me fui volviendo un detector de falsedades para ella, casi nunca fallaba, o mejor nunca. Lo peor es que nunca perdí la confianza, peleábamos y seguíamos y yo volvía a confiar. Aunque ella siempre me dijo que no confiaba en mí, ya que la había dejado dos veces antes y tenía miedo de que quiera algún día vengarme de ella. Yo, en su momento, le prometí ganarme esa confianza. La cual nunca gané hasta estos días, lo cual añoré pero conseguí de la peor forma y a un precio muy alto.
N del A: La metodología se daba de esta forma, yo descubría otra mentira y me dolían las anteriores, entonces ella confesaba algo más de las predecesoras y decía que ya había dicho toda la verdad y yo le creía hasta que surgía otra cosa.
Promediaba el año 2008 y me faltaban unos meses para recibirme de abogado y, entre esto y el trabajo de periodista, terminaba muerto de stress pero siempre tenía tiempo para verla, salir a comer, tomar, a bailar o al cine con ella. Por ese entonces, se acercó a mí para decirme que en su grupo de estudio se iba a incluir un compañero, cosa que nunca me permitió y que por eso me lo preguntaba. Yo, que toda mi carrera la había hecho solo, ni mujeres ni hombres, no tuve resentimiento y por su acercamiento accedí sin drama. Seguí con mi trabajo y el estudio y a un mes y medio de terminar mis estudios ya era una bolsa de nervios, pero siempre calmado y cerrado. Por supuesto que a ella le contaba todo, era la única persona que sabía todo de mí y que había leído mis cuentos y novelitas cortas. Era mi novia, amante, compañera, amiga y confesora. Pero no quería agobiarla tampoco, ella era muy nerviosa con el estudio, al punto de largarse a llorar unos no sé nada para el examen final cada vez que rindió y le faltaba un año para terminar su carrera de contadora. Por eso evitaba ponerla de la forma que yo estaba.
No salí mucho por ese tiempo y, cuando ella quería salir, le decía que lo haga, yo sabía que en un año iba a estar de la misma forma que yo y quería que se divirtiera antes de ser un manojo de temblores y lágrimas en sus últimos finales. Yo me quedaba contento sabiendo que ella no desaprovechaba ese último año y tuve razón, al año siguiente sus salidas fueron tan esporádicas como las mías en esa situación. Pero la noté algo extraña y traté de hablar varias veces, a lo cual siempre recibí un estas viendo fantasmas donde no hay. Otra vez dejé mis instintos de lado y le creí, confié.
En diciembre de 2009, a poco menos de una semana para su último examen, salimos luego de su anteúltimo final y al regreso yo recibo un mensaje que decía: Te estuve esperando, Javier. Se puso loca, me dijo de todo y que yo a ella no la volvía a ver y me cortó sin que pudiera dar una explicación. Se tomó un taxi y se fue. La verdad es que no tenía explicación para darle.
Al otro día me llamó y me dijo que quería hablar si yo así lo pretendía y le dije que sí. Vino a mi casa a comer y luego discutimos. Me dijo que me entendía, que ella, a fines del 2008, más precisamente octubre, noviembre y diciembre, se había confundido con un chico, pero que no había pasado nada y que era lógico que a mí me pasara lo mismo. Yo le respondí que no me pasaba nada y que el mensaje no era para mí. Me dijo mentiroso y que mi nombre estaba ahí y que casualidad y esto y lo otro hasta que me dijo para revisar el celular y se lo cedí. Me reprochó haber borrado el mensaje y le dije que no lo había hecho, pero solo figuraba un mensaje de mi hermana. Discutimos un rato más hasta llegar a ese punto de impasse y silencio atroz, donde decidí revisar el celular de nuevo suponiendo que mi estado de ebriedad había provocado su desaparición. Para mi sorpresa, el mensaje de mi hermana era el mensaje en cuestión, pues su novio se llama igual que yo.
A misterio develado, caso cerrado y a volver sobre su confesión. Me juró que no había pasado nada y me dijo que el chico que la había confundido era el compañero de estudio con el que había estado estudiando desde mediados de 2008 hasta diciembre y, para mi mayor dolor desde julio de 2009 en dos ocasiones y para la última materia que corría en esos días. Es más luego de comer y hablar conmigo, debía ir a su casa a seguir estudiando. Ese fue el último día que estudió con él puesto que rendía el jueves y ella siempre hacía el último repaso sola.
Expresado antes, recordado ahora, yo era un detector de mentiras. Pero por no azorarla en su última materia, no dije nada y dejé que termine. Así lo hizo y se recibió de contadora. Ese mismo día tuvo su fiesta de recibida en un club deportivo con su compañero y otra amiga. Me opuse, pero por previa planificación, pago y falta de tiempo, se dio así de todas formas.
Durante el verano, enero y febrero, hubo ciertas inconsistencias en el tratamiento del tema y por conocerla tanto y su modo de operar con las mentiras, me volví menos tolerante a su método y no le dejaba pasar cuando pisaba el palito. A fines de febrero me confesó que sí había pasado algo con este compañero de estudio. Que se habían besado apasionadamente tres veces después de salir en grupo todos los que estudiaban. Y que todos los hechos habían sucedido a lo largo de fines de octubre, donde volvió por primera vez a su casa sola con él y trató de besarla y ella no accedió. Luego a fines de noviembre se volvieron a ver y ahí si pasó, estacionados en un parque, luego de ir a un boliche y más tarde en la puerta de su casa cuando se despidieron. Las otras dos veces, de forma similar, pero solo afuera de su casa. Y dos encuentros que ella propuso pero que él rechazó debido a que según ella-, ella sufría mucho. Y que hablaba mucho de lo mal que hacía (cosa que no le creo), y que le pedía a él que no la acepte y demás cuentos.
Todo esto que he contado no sucedió esa noche que me confesó su infidelidad bucal, sucedió a lo largo de seis meses al día de hoy. Con el procedimiento, yo encuentro una mentira en ella, saco el tema y ella confiesa algo nuevo y yo me destruyo. Sé que no hago bien en volver y volver sobre el asunto, que remo contra corriente para solucionar. Pero ya conozco el resultado de esta operación y es mi persona cortando la relación. Por eso le pido y le ruego sinceridad y no tomo los malos caminos que me llevaron al rompimiento anterior. Sigo sin ser celoso y no le hago problemas si sale con sus amigas, aunque a veces me muera por dentro.
Lo peor es que en febrero de 2009 me encontré con una chica que había conocido en la facultad en 2004, seis meses después de cortar por segunda vez con mi novia. Me flechó un poco, por así decirlo, ya que no fue un sufrimiento no tener nada con ella (esto en 2004). Cierto, me hubiese gustado tener algo con ella, pero dejó la facultad de abogacía y se fue a otra provincia a estudiar psicología. Bueno, volviendo al tema, la vi de nuevo 5 años después, cuando volvía de jugar al poker con mis amigos. ¿Dónde? En mi propia casa, a las 5 de la mañana, se había hecho amiga de mi hermana y yo ni enterado. Me abrazó y felicitó, que mi hermana le había contado que me había recibido de abogado y demás, que ella no tenía idea de que yo fuese el hermano de su nueva amiga hasta que vio una foto en casa esa noche.
Lo cierto es que me buscó toda la noche y se quedó hablando cada vez que pudo, yo, algo reacio a este tipo de situaciones (siempre dije: el que juega con fuego), y pasó lo que menos me esperaba. Se terminó la noche y limpiábamos la casa, mi hermana se fue a dormir y apareció ella a ayudarme. Me preguntó dónde estaba la pieza de mi hermana y se la mostré, abrí la puerta y no estaba. Mi hermana se había ido a dormir con aire acondicionado a la habitación de mis padres (que no suelen estar por razón de trabajo). Le dije que iba a tener que dormir sola y me propuso que la acompañe y le dije que no, orgulloso de mi decisión. Lo sigo estando aún hoy, sabiendo lo que podía pasar y lo que me hicieron, aunque en ese momento no lo sabía. Se lo conté a mi novia, hoy odia a esta chica con todo el alma.
Hoy, mi novia, me expresa su dolor pidiendo perdón por no haberme permitido tener compañeras, salidas con grupos mixtos (ella si las tenía), etc. Yo le respondo lo mismo de siempre, si hubiese querido, lo hubiese hecho. La verdad, no me arrepiento. Pero sigo creyendo que me miente y no me ha contado toda la verdad sobre los cuernos; sobre que volvió a estudiar con él, el año pasado; sobre todas las mentirillas que orbitan la galaxia de simulaciones y demás.
Y hay otro dolor, a fines de 2008 comencé a escribir mi primer novela larga y, para fines de febrero de este años (13 meses después), estaba en el último capítulo, me faltan unas 15 hojas. No he podido escribir ni una palabra desde su confesión. A fines de marzo renuncié y cambié de trabajo, me fui a otro diario. En este tiempo ascendí de redactor a Jefe de Redacción, luego a Editor en Jefe de los turnos mañana y tarde. Trabajo también en un estudio jurídico por insistencia de mis padres. Sigo teniendo tiempo para ella. Siento que cada vez odio más a la sociedad, siempre lo había pensado y había desistido por ella, hoy vuelve esa sensación. Le pido que se acerque ella a hablar y descubrir sus mentiras, pero jura que no tiene nada que decir y siempre surge algo por error de ella, una amiga, redes sociales, etc. Sobre el tema de los cuernos y otros temas. Hace unos días me dijo que ahora ella confía en mí, que mi esfuerzo por seguir a pesar de que me defrauda seguido, es su seguridad. N del A: Les dije que me costó caro.
Les pregunto y endoso mi actual parecer:
*¿Es posible que haya dicho toda la verdad o debo seguir mi instinto que tanto negué y nunca me defraudó? Lo lógico es siempre lo más probable, creo que aún miento.
*¿Es posible que algún día desnude la verdad sobre su infidelidad? ¿Toda la verdad? No lo creo, no está en la naturaleza humana.
*¿Puede existir de nuevo la confianza? Ya no siento que pueda, he luchado varios meses en este tema y varios años en general.
*No le he sido infiel por venganza y no deseo hacerlo
*¿Tienen algún consejo? Cualquiera que me quieran dar, es mi primera vez que pido ayuda y estoy dispuesto a escuchar.

Gracias por detenerse a leer. He desabrigado mi alma frente a ustedes, espero hagan lo mismo con mi pena.