En estos tiempos que corren parece que la felicidad ha quedado atrapada en una jaula con espacio para dos. Sabes que quieres entrar, entrar con alguien a quien amas. Pero cuando la puerta se cierra y te das cuenta que sólo uno de los dos tiene la llave para salir y que no eres precisamente tú ¿Qué pasará si él decide salir y tú no entras en sus planes? ¿Qué pasa si os quedáis tú y la felicidad solas y atrapadas? ¿Cómo es posible que la felicidad escape de la jaula sin tener la llave, y finalmente quedes tú, sola para siempre? ¿Tan desgraciados somos que ya no podemos ser felices ni en singular? Qué es una mujer rechazada, tonta o sólo sola.
Vivir el rechazo en primera persona es algo aterrador, aunque más lo es el rechazo sistemático. En el mundo de hoy en día, un hombre medio normal sólo piensa en una cosa en comida, orden gestionada por el estómago y sexo, un impulso que aunque parece mentira se gestiona con un órgano que normalmente desafina. A veces da la sensación de que vivimos en un mundo dual: cuando en un hemisferio es invierno, en el otro es verano, cuando unos duermen los otros trabajan y finalmente cuando los unos buscan sexo, los otros no saben dónde encontrarlo ¿es científicamente posible semejante disparidad? Preguntas como esta son las que te hacen replantear qué te llevarías a una isla desierta; ¿un hombre? No. ¿Muchos hombres? Sí, pero con un equipo de caza de fieras para regocijarte en el dolor del género opuesto, cada vez que hieres a uno le haces un favor al mundo (y de paso a la isla o al universo en general).
¿Qué pasa en un mundo donde los salidos se quedan dentro? ¿Qué se supone, que debemos picar el sedal de la caña como si de sardinas enlatadas estuviéramos hablando, y perder la poca dignidad que nos queda? ¿A caso de ese modo saciarían su gula de forma completa esto es la del estómago y la del otro pequeño cerebro pensante?
A la mayoría de personas les cuesta ejecutar todo ese protocolo de cortejo que te debe llevar al destino final (el que sea), porque tienen miedo a ser rechazados. Al fin y al cabo una mujer sin relaciones sexuales no está sola aunque lo esté realmente lo que cuenta y marca, como si de leprosos del nuevo milenio se tratase es el rechazo. Como decía antes una mujer sola está sola a secas, mientras que una mujer rechazada está sola por partida doble: sola y rechazada. Encontramos etiquetas en la ropa, en los artilugios a pilas, en los vibradores No es bastante humillante llevar pachuli donde las otras llevan Chanel, que por ende te tienen que excluir del grupo como si de infección contagiosa se tratase el problema. ¿Y si todo esto es cierto, dónde encajamos nosotros como seres individuales? ¿Debemos rechazar el premio dejando de buscar? Sin armaduras, sin amigos, sin hombres; solas y felices con exclamación. Es difícil, en algunos momentos sientes con claridad esa exclamación, y en otras ocasiones sientes un gran interrogante ¿si el ser humano es un ser social, por qué nos es tan difícil vivir todos juntos? La vida es cambio, puede que el solas y fabulosas exclamación o interrogante sea como los péndulos ¿Delega esto nuestro destino al mero azar dependiendo del lugar en el que está el péndulo cuando conoces a alguien que realmente te interesa, o somos los que al final decidimos el camino a escoger? Tratando de semejante tema es difícil no caer en el tópico de buscar allí donde están las grandes preguntas, pero ¿cómo es que a nadie se le ocurre editar algo así como: el rechazo, cómo manejarlo? ¿Necesitaremos algún día una especia de guía Michelin sobre el rechazo?, ¿habrá rechazo folclórico o simplemente regional? Pocas cosas tengo claras en esta vida, saber si alguien llamará algún día a la puerta de mi corazón no es una de ellas es triste asistir al funeral de tu propia esperanza, aunque esto no quiere decir que deba acabar el flirteo, más bien hay que adaptarse a las circunstancias: las citas por la noche y los huevos con beicon por la mañana.
¿Es a caso enfrentarse a la realidad, una forma más de huir de ella, o es cierta la leyenda que cuenta que al final del arcoíris hay una olla repleta de oro? ¿Y una vez tenemos el oro, qué hay que hacer con él? Una pregunta responde siempre a otra pregunta, lo único que sabemos es que nunca sabremos nada.
Saludos!