El hombre mágico
No estaba segura de ir, realmente tenía que estudiar mucho Sin embargo, mi amiga me había insistido tanto que la acompañara a la boda de su prima que no pude negarme, en definitiva sería un fin de semana distinto. Subí al auto y seguí la ruta, sabía que era mejor salir temprano, así no estaría muchas horas de noche en carretera.
A mitad de camino tuve que desviarme del camino, me quedaba poca nafta y no había una estación cerca, ya era de noche. A los pocos metros había una casa, estacioné, al bajar del auto noté que no había otros autos, y que estaba la calle sola. Toque la puerta y no me contestó nadie, pero la puerta estaba abierta, así que entré.
Al pasar me encontré en una habitación no muy grande, en la esquina se encontraba un sofá con una mesa no muy alta. Había poca luz en la habitación, era tenue y con un fuerte olor a madera
Ahí me encontraba yo, parada al lado de la mesa sintiendo como la soledad del lugar me hacía sentir intranquila. El olor de la habitación me hacía sentir como mi cuerpo vibraba y mi corazón comenzaba a latir rápidamente, por todo mi cuerpo empezó a subir una calentura era una sensación rica. Por mi mente comenzaron a pasar miles de imagines, pequeñas historias eróticas que me hacían calentar más y más.
Al darme cuenta mis pezones estaban duros, y lentamente comencé a tocármelos, los acariciaba suavemente por encima de la camisa. Con los ojos cerrados, me trasladé a un lugar donde había hombres tocándome, otros besándome y agarrándome fuertemente.
En ese instante, escucho como una voz gruesa y fuerte me dice suavemente al oído que me ayudaba y que me dejara llevar.
Me asuste, por un instante sentí que estaba en peligro, en una casa desconocida y un extraño viéndome así. Sin embargo, fue excitante
Ese momento me calentó aún más, él se encontraba a mis espaldas no podía verle la cara, y al no saber quién era esa figura imponente que había descubierto mi momento más íntimo, hacía que me calentara aún más.
Desde atrás me abrazó y pasaba sus manos por mis brazos hasta que llegó a mi cuello, apartó mi cabello y suavemente roso sus labios por mi oído, sentía su respiración y sus labios húmedos, sus manos tocaron mis pechos y delicadamente se metieron dentro de mi corpiño, mi piel se estremecía
Lentamente me quitó el vestido, dejándome en ropa interior, sentí como con un pañuelo tapó mis ojos y ató mis manos por atrás con otro pañuelo Sentía como mi corazón latía con mucha fuerza
Comenzó a besar cada centímetro de mi espalda, bajando hasta llegar a las caderas y después subiendo por la panza Llegó a mis pechos chupándome lo pezones y apretándomelos fuertemente con cada mano.
Yo tenía muchas ganas de soltarme, quería darle el mismo placer que me estaba dando, necesitaba sentir que él también estaba disfrutando de éste momento, que también sintiera como yo- lo placentero de recibir pasión.
Me apretaba fuertemente la cola, sentía la fuerza de sus manos apretándome hacia él, se agachó y empezó a pasarme la lengua entre las piernas, yo estaba totalmente mojada, la bombacha estaba húmeda, y él comenzó a pasarme la lengua por mi concha sobre la tela de la bombacha. Yo estaba demasiado excitada, le pedía más, que me quitara todo y terminara de hacerme suya, pero su respuesta fue un largo beso de lengua y en ese mismo instante su dedo acariciaba mi clítoris.
Volvió a bajar y siguió besándome la concha sobre la bombacha, sentía como exprimía la humedad de la tela, que sensación tan excitante. Después con sus dientes, me la fue corriendo hasta dejarla totalmente al descubierto, me la abrió con las dos manos y sentí como me penetraba con su lengua y succionaba con mucha fuerza pero tan delicadamente que sentía como se tragaba todo mi jugo.
Después me recostó en la mesa y abrió mis piernas totalmente, mi concha estaba tan abierta que sentía como el aire rosaba mis labios vaginales, eso me calentaba más imaginar cómo se veía mi concha abierta. Comenzó con su dedo a jugar, metió un dedo, metió dos, los metía suavemente hasta metérmelos todos, yo me mojaba cada vez más.
Mis gemidos eran cada vez más fuertes, sentía que no los podía controlar, hasta que siento su mano en mi boca tratando de controlar mi manera de expresar todo el placer que él me hacia disfrutar, sin darse cuenta que eso me excitaba más.
En ese instante siento como con la punta de su pene juega con mi concha, sin penetrar acaricia mis labios y el clítoris siento cómo me mete y me saca la cabecita.
Tenía muchas ganas de agarrar su pene, de metérmelo en la boca, de chupársela toda. Se lo pedía, pero no me hablaba sólo me metía sus dedos en la boca.
Siguió jugando con mi concha, era irresistible lo que yo sentía, él jugaba con mi fantasía, sabía que esa espera me enloquecía. Cuando sin más, estando los dos mojados de mis jugos, me la metió toda con fuerza, sentí sus bolas chocando con mi concha Me empezó a dar duro, suave, duro, suave, así hasta que yo estaba a punto de acabar, y en ese instante me la sacó, le grité que no, que por favor siguiera, que estaba a punto de llegar.
Suavemente me tomo en sus brazos y me llevo hasta el sofá, me puso en posición de perrito y me la metió así desde atrás. Yo seguía con los ojos vendados y las manos atadas, era su prisionera, su esclava sexual, y eso me volvía loca; me daba el máximo placer sexual, pero con sus tiempos y a su manera, eso era lo más ardiente de ese encuentro.
Estando agachada me daba duro, me agarraba por el cabello y sentía como cabalgaba sobre mí con tanta fuerza que su pija entrando y saliendo de mi concha me enloquecía, estaba desesperada, necesitaba quitarme la venda y desatarme las manos, comencé a sentir que necesitaba tomar un poco el control, pero no podía, él no me lo permitía, sin embargo eso me excitaba mucho más.
Cuando en ese instante, siento un cosquilleo que me recorre el cuerpo, siento que la piel se me estremece y no puedo parar de gemir y gritar, estoy llegando al clímax.
Después de acabar, siento que él se aparta de mí, y por un segundo de preguntarme que estará haciendo, siento cómo me acaricia mi boca con su pene, era mi turno, al fin había llegado el momento de devolverle tanto placer.
Comencé a chuparle la pija con gran placer, primero le pase la lengua por la cabecita, bajando por todo el tronco hasta llegar a las bolas, no puedo negar que se me complicaba un poco porque aún tenía las manos atadas. Pero era su esclava sexual, así tenía que ser.
Con la lengua logre meterme las dos bolas en mi boca, y suavemente se las succionaba. Subí nuevamente y me metí toda la pija en la boca, subía y bajaba suavemente y después con mucha intensidad. Sabía que lo estaba disfrutando, con su mano en mi cabeza me hacía sentir cómo le gustaba que se la chupara.
Empezó a gemir, eso me excitaba, gemía mucho hasta que me llevó nuevamente a la mesa y me acostó totalmente sobre ella. Cuando siento su cuerpo encima de mí, me puso su pija en la boca y a su vez me empezó a chupar mi concha. Así estuvimos, los dos nos chupábamos con la misma intensidad, y algunas veces nos turnábamos. Después siento como a su vez de succionarme jugaba con sus dedos, me los metía y sacaba, yo volvía a soltar muchos jugos, no se podía controlar. En ese momento, siento cómo me empieza a tocar por atrás, estaba tan caliente y concentrada chupándole la pija que al darme cuenta tenía sus dedos en mi ano. Que placer, estaba demasiado caliente, muy excitada.
Los dos comenzamos a gemir, estábamos totalmente desbordados de calentura y placer, nos gustaba, queríamos más e íbamos por más.
Después me volteó, y poco a poco me fue metiendo su pija en mi culo, suavemente me metió la cabecita, y poco a poco me la fue metiendo toda. A él le gustaba, me apretaba fuerte la cola, sentía que disfrutaba demasiado ser mi dueño, hacerme lo que quería y yo poder disfrutarlo.
Sentirse con ese poder lo excitaba mucho, yo lo sentía. Cuando logró meterla toda gritó. Estaba llegando a su máximo momento de placer, me agarro por los hombros y empezó a darme duro, con mucha fuerza. La presión que le hacía a su pija lo volvía loco, le encantaba, seguía gimiendo, gritaba hasta que me agarró con mucha fuerza y sentí cómo su leche caliente se derramaba en mi ano.
Había llegado, habíamos llegado. Sin embargo, después de un segundo siento cómo comenzó a moverse nuevamente, quería más
Siguió cogiéndome por el culo, me la metía y sacaba con fuerza, A mí me encantaba. Después me la volvía a meter por la concha y me daba duro hasta que no daba más. Acabé muchas veces, perdí la cuenta ya. Él volvió acabar, ésta vez cogiéndome por el culo y por la concha, y al estar cerca de su clímax, se acercó a mi boca y me derramo su rica leche en mi boca, tragándomela toda.
Después comenzó a vestirme, le pedí que me desatara y me quitara la venda de los ojos, me susurro al oído que no me desesperara, que disfrutara hasta el último segundo.
Yo lo quería ver, quería saber quién era ese hombre que me había excitado tanto y hecho vivir un momento tan ardiente.
Me colocó suavemente la bombacha, después el corpiño y por último el vestido. Sutilmente me arreglo el cabello y me hizo caminar hasta un lado de la habitación.
Me dio un beso en la mejilla y me agradeció por ese mágico momento. Le dije que igualmente, que yo también la había pasado espectacular, pero que me desatara, lo quería ver.
No me respondió más. Me pregunte si se habría ido, empecé a asustarme, cuando muevo los brazos, estaba desatada
Miré alrededor y estaba sola, no entendía por dónde o cómo se había ido
Sin embargo, me di cuenta de que estaba parada en el mismo lugar antes de que este hombre mágico llegara y el lugar estaba intacto, como si no hubiese pasado nada. Salí hacia la calle, no había nadie, todo estaba tal cual antes de comenzar a vivir esta locura. ¿Realmente había pasado o sólo fue una fantasía? ¿Estaba tan concentrada en el placer que puedo dudar de la certeza del hecho? ¿Me estoy volviendo loca?
En fin, después de un gran rato de desconcierto decidí volver al auto y seguir mi ruta Pasando un par de kilómetros había una estación de servicio, cargue nafta y seguí mi camino, pero siempre con la seguridad de que había sido la mejor experiencia sexual que he tenido, aunque haya sido sólo una fantasía.
