Hola, soy médico interina en un municipio rural de Cantabria. Tengo 24 años y trabajo allí desde mayo. Además de la consulta, tengo que ir por alguna casa o cabaña para realizar curas. Una de ellas es a una señora de setenta años que llevo postrada en cama desde hace 4 años, y tengo que ir 3 veces a la semana a curarla las llagas que le produce su situación. Vive con su marido, un hombre rudo de 73 años, ganadero, poco hablador y con actitud más bien de persona arisca y dominante.
Yo suelo ir a trabajar con un vestuario recatado, no tengo mal cuerpo pero no me visto en el trabajo como pudiera hacerlo un fin de semana de marcha. Tengo novio, que está terminando un doctorado en Francia.
Al mes de empezar a trabajar fuí a casa de estos señores, hice mi trabajo y, cuando llegué a mi casa, eché en falta una muñequera que llevaba, pero no estaba segura si me la había dejado en esa cabaña o dónde. Pasados unos quince días fui, como siempre, a donde la señora y subí la montañita y llegué, y, a pesar de que el perro ladró como siempre, el anciano no salió a saludarme. Bajé el coche y como pensé que no me habría oído me imaginé que estarái en la cuadra con las vacas. Me asomé y le vi, pero mi sorpresa fué que estaba con los pantalones y calzoncillos bajados, masturbándose con la muñequera que me había olvidado días atrás. El no me vio, pero a mi me dio tal vergüenza que me volví al coche a esperar que saliera. Pasado un ratín salió y me saludó, y entramos a casa a curar a su esposa.
Esa escena cambió mi situación, porque desde entonces no se que sensación tengo, pero he llegado a tener fantasías con ese hombre. Me masturbo imaginándome que me hace de todo, no se si porque me han infundido respeto siempre ese tipo de hombres tan rudos y ariscos, pero tengo una sensación "semimorbosa" cuando estoy en su casa.
Algún día he dejado caer el tema del sexo, muy sutilmente, y el me ha contado que al tener a su mujer en su situación, suele bajar a un club que hay cercano y allí se alivia.
Yo estoy confundida porque me dan tentaciones de insinuarme y dejar que haga lo que quiera conmigo, pero cuando lo pienso en frío me da cierto repelus porque tiene olor a vacas, y no tiene aspecto de ser muy limpio. Además tiene 73 años, pero aquella visión masturbándose como un animal en la cuadra (así llamamos en Cantabria al establo), me excitó. No se si dar rienda suelta a mis instintos y hacérmelo con él o visitar a algún psicólogo porque tengo miedo a no estar en mi sano juicio.