quiero compartirles mi historia
Observo a las chicas de mi edad y la mayoría son iguales, con preocupaciones banales de la vida, carreras universitarias, familias felices o tratando de ser felices, muchos amigos y gente conocida, muchas fiestas, muchas conquistas y novios, con éxitos en todo ámbito de la vida y con algunos tropiezos en el camino pero que son capaces de superarlos.
Luego están las chicas como yo, aquellas escasas mujeres que somos torpes, inseguras, indecisas, tímidas, soñadoras, diferentes y raras; con escasas o nulas experiencias en lo que se refiere al amor, como yo. A mis veinte nunca he experimentado la sensación de lo que significa tener un novio, nunca tampoco me he puesto en plan de conquistar a alguien, tampoco he experimentado un verdadero primer beso, si pequeños roces que duran un segundo pero nada más que eso.
Pero por otro lado sé muy bien cómo se siente el estar enamorada, volverse loca por un chico, pensar en él todo el día, soñar con él, imaginar los momentos perfectos junto a él.
Por mucho tiempo creí haber amado a un chico al cuál conocí en el colegio a los 16 años, para mí era el único chico que existía y lo siguió siendo hasta hace poco tiempo atrás, incluso luego de salir del colegio su recuerdo me atormentaba, sabía que era un amor prohibido así que nunca me atreví a confesarlo.
Cuando entré a la universidad ningún chico me parecía interesante, pues aún seguía pensando en el viejo amor de colegio que nunca llegó a concretarse, pero las situaciones cambian y ahora mismo creo haberme enamorado tonta y perdidamente de un chico de mi universidad, por cosas de la vida yo reprobé un ramo o materia X cosa que me retrasa un año y tengo que ir a clases de esa materia con los chicos que están en primer año de la universidad, ahí lo conocí, y mi mundo dio un giro en 360 es un chico maravilloso, la mayoría de las cosas que buscaba en un chico las tiene él y la mejor parte es que es igual de raro, diferente y tímido que yo.
Pero como no todo en la vida es color de rosa por cosas de la vida volví a reprobar ese maldito ramo o materia y estoy pensando seriamente en abandonar la carrera he ir a estudiar a otra ciudad así que una vez más tendré que hacer caso omiso al amor, solo que esta vez lo dejaré por algo que también me hará feliz debido a que por fin me decidí a ir a estudiar lo que realmente me gusta aunque tenga que ir en contra de todo el mundo.
Y si decido quedarme por alguna razón, ¿Quién sabe? Tal vez me decida y me atreva a conquistar a como dé lugar a aquel chico maravilloso de la universidad.