"Los Hombres:
No me gustan los hombres que te conquistan con velas y palabras bonitas. Me gustan los chicos malos (ojo, con eso no quiero decir que me gusten los cabrones) que saben muy bien lo que quieren en la vida y que luchan por conseguirlo. Así son los hombres que me han conquistado. Ninguno me susurró poemas al oído ni me llevó a pasear bajo la luna. Con eso lo que más probablemente hubiera conseguido es que me riera en su cara.
-Me gustan los hombres que saben conquistar con su mirada, que seducen con su forma de comportarse, de moverse, pero que no son dados a dedicar frases bonitas a nadie. Tipos duros a los que no les gusta mostrar sus sentimientos y que, por muy locos que se vuelvan por alguien, nunca lo reconocerán en público, sino que siempre dan a entender que no les importas demasiado. Esos que presumen de no depender de ninguna mujer y que luego, a solas, se tornan niños pícaros que se pierden en tu piel en una mezcla de pasión y ternura. Sabes que en el fondo no pueden estar sin ti que, por muy duros que pretendan parecer, se mueren por tus huesos.
Nunca me han atraído los románticos, es más, he tendido a huir de ellos. No me gusta que me intenten conquistar con cenas a la luz de las velas, ni que me escriban cartas de amor, ni la mayoría de esos actos llamados románticos. No, a mí se me conquista de otra manera. No me gustan aquellos que te adoran a cada minuto, que no paran de decirte lo maravillosa que eres para ellos y que se desviven por hacerte feliz, renunciando incluso a lo que les gusta si no coincide con tus preferencias. No me parece una buena manera de demostrar amor, más bien de demostrar dependencia o falta de personalidad. Esos hombres se pueden convertir en peleles en tus manos. Salí con uno así, que siempre hacía lo que me apetecía y que se entregaba a mi voluntad de tal manera que acabé despreciándole. No importaba que hiciera ni como le tratara, todo me era perdonado. No me siento orgullosa de haberle tratado así. Por eso, pronto recapacité y decidí que lo mejor era que cada uno continuara su camino bien lejos del otro.
No me gusta que me digan te quiero continuamente, y no me gusta decirlo; sí me gusta que salga por si sólo en mitad de un momento de pasión. No quiero promesas de amor eterno pues nunca he creído en él. El nunca te voy a dejar de querer me parece un sin sentido, puede que dentro de un mes me aborrezcas y estés ensalzando a cualquier otra.
La mejor forma de sentirme querida es mirar a los ojos de ese que está a mi lado, pues en ellos se puede ver toda la verdad. Si alguien te quiere lo notas en sus besos, en su forma de acariciarte, en la manera en que te hace el amor, en cada uno de esos pequeños detalles que tiene contigo. Para qué jurar que estarás siempre a mi lado si ni siquiera sabes que va a pasar mañana. Yo tampoco pienso decirte que te venero, ni que me muero sin ti. Podré decirte mil veces lo bueno que estás o lo tremendamente cachonda que me pones, pero nunca que te amaré siempre, me gusta la sinceridad."................... o ¿no?.