El sexo inodoro
Partamos de la base de que los genitales (tanto masculinos como femeninos) no son inodoros, y que por más que se perfumen, todo lo más que se consigue es una mezcla entre el olor personal y el artificial que produce un olor nuevo. Por otra parte, supongo que como con tantas cosas en este mundo, la virtud se encontrará en el término medio.
Contaré que la primera vez que practiqué sexo oral con una chica, le olía a bacalao rancio, y ya no volví a practicarlo hasta muchos meses después, y porque insistió. Con el tiempo descubrí, por fortuna, que aquello fue una terrible excepción.
Indudablemente, todos tenemos nuestro olor, y es normal que también tengamos un límite a nuestra tolerancia a los olores de los demás. No sólo huele el aparato genital femenino; el masculino también apesta, y mucho, cuando no se lava, y estaría por asegurar que a muchas mujeres, incluida tu amiga lesbiana (y en el caso de que algún día le apeteciera cambiar de "bando") no les parecería tan "delicioso" practicar el sexo oral con un hombre al que su miembro le oliese a cañería.
El excesivo elogio de lo "natural" refiriéndose al sexo es no comprender del todo que el sexo de las personas es el menos natural de todos. Así que no es de extrañar que, sin necesidad de obsesionarnos (ya digo: el término medio), resulte preferible el olor a perfumería que a pescadería, sobre todo porque la limpieza no tiene que ver sólo con el aroma, sino fundamentalmente con la higiene y la salud.
Así que ya digo, sin obsesiones, y sin complejos, por supuesto, y respetando que cada cual pueda tener sus preferencias, sus manías o sus fetiches, lo de mantener los órganos sexuales limpios es cualquier cosa menos desaconsejable. El "olor delicioso" del sexo femenino es, como todo, cuestión de gustos. A mí me gusta el sexo oral, pero lo practico mucho más gustosamente cuando hay higiene de por medio, y no idealizo ese olor. Digamos que no me molesta (siempre que no sobrepase un cierto límite)y, en todo caso, no es precisamente su olor lo que me proporciona placer.
Un saludo.