Tenía la edad de mi madre. Era muy buena mujer y eso, siempre que tenía un examen decía que rezaría por mí, y siempre daba recuerdos a todos y preguntaba por toda mi familia, mandaba recuerdos, nos regalaba pasteles o nos traía regalos cuando viajaba.
La mujer era evangelista como son sus hijos, no su marido ni su padre. Su madre murió de Alzheimer hace un año más o menos, y sin atención médica porque era la voluntad del Señor. Se oía a la "vieja" gritar de noche en el edificio a las 4 y media de la mañana, y cantar.
Ahora ella tenía un tumor de mama, pero iba a la Iglesia a rezar y a una curandera. Que fuese lo que Dios quisiese decía ella. Tenía un bulto en el pecho decía a mi madre, pero no iba a ir al médico, se negaba a escuchar a nadie. El bulto creció y creció y al final le reventó hacía fuera, se le infectó el tumor y los vecinos decían cuando se la cruzaban que olía ainfectado, a parte que se le veía un bulto en el pecho, y las adenopatías, los ganglios inflamados en el cuello.
Fue al final al médico y le dijo que no tenía ya nada que hacer. Metástasis en cerebro, pulmones, hígado, huesos... Lo más que podían hacer era cuidados paliativos con radio y quimioterapia suave y morfina para reducir los dolores. Se negó a todo, hasta que no pudo aguantar más y accedió a que viniesen a colocarle una bomba de morfina subcutánea.
Este último sábado cuando llegué a las 3 de la mañana me intenté dormir, pero oía sin parar: Ayyy, ayyy, dios míiiiio, dios míiiiooo. No pueeeeeedo, no pueeeeeeeeeedo. Mamáaaaa, Papáaaaaa. Ayuuuuuuuuda. No por favooooooor. No pueeedo. Ayyyyyyyyy. Ayyyyyy.
No pude dormir porque no dejaba de quejarse, así todos los últimos días. Desde mi casa se oía y apenas he podido dormir. Ahora, que en paz descanse.