Cuando tenia 18 años ya llevaba dos años en el conservatorio aprendiendo a tocar el oboe. Mi profesora, Elena, cercana a los 40 años, era culta, agradable pero a la vez estricta, siempre nos trataba de corregir los fallos con una suave sonrisa aunque a mi se me quedaban fijos sus ojos y me causaba cierta desazon.
Un dia, al finalizar la clase, me dijo que me quedaba bien conjuntada unas botas negras con ribetes blancos con la falda de color gris claro que llevaba, que la gustaban esas botas, y me conto que hacia diseños de ropa en el ordenador de su casa como hobby.
Me dijo que si queria verlos a lo que yo asenti y me dio su direccion para que fuera, previo aviso, a ver su coleccion.
Ese dia en su pequeño pero coqueto apartamento, me enseño sus diseños que hacia con el apoyo de una aplicacion informatica y tengo que reconocer que algunos eran bonitos, y me dijo que si queria me podia hacer un vestido, a lo que yo, ingenua y extraovertida como era dije que si compulsivamente.
Me pidio mis medidas pero yo no las sabia exactamente asi que me pidio que me quedara en ropa interior a lo que accedi y mientras me las tomaba su mirada hacia mella en mi sin saber por que.
Una vez que las grabo en el ordenador y elegi e tipo de vestido, color, etc, que deseaba me despedi pues habia quedado con la pandilla para ir al cine.
En esos dias a veces pensaba en Elena, en esa mirada que me turbaba. Llegue a pensar que tal vez me deseaba aunque me parecio una tonteria.
Yo hasta entonces me habia fijado en chicos, bueno, como todas, tambien sabemos si una amiga es mona o no, no voy a mentir, y solo habia tenido escarceos con algun noviete sin importancia, y algunas veces que me consolaba yo sola.
Al cabo de tres semanas, despues de una clase, me dijo que ya me tenia preparado el vestido, que fuese cuando quisiese.
Ello me llevo a preguntarme otra vez sobre su mirada, su sonrisa dulce, y para quitarme ese pensamiento de si tal vez la gustase, decidi vestirme con una ropa interior sexy: un tanga de color rojo a juego con un sujetador de lycra mitad rojo mitad negro, y unos vaqueros ceñidos.
Cuando llegue a su casa y me enseño el vestido me quede maravillada, era precioso: fino, elegante, de color verde y mientras me tomaba una coca cola me conto como lo habia creado y cosido.
Cuando acabe la coca cola me dijo que me lo probara para ver como me quedaba, que fuese a una habitacion a desvestirme cosa que hice pero deje la puerta abierta para que me viera en ropa interior y a ver si me decia algo, cosa que hizo pues estaba en la entrada.
El vestido me quedaba muy bien, ella se agacho para hacerme algun arreglo de ultima hora y me ayudo a quitarmelo para no perder esas ultimas correcciones que debia hacer.
En ese momento que estaba en ropa interior, Elena, mi profesora, me atrajo hacia ella y me beso fuertemente mientras que su otra mano me tocaba mis nalgas para terminar suavemente en mi sexo.
Entonces no se que me paso, yo no decia nada, estaba que no sabia que hacer, como aturdida y ella me llevo a la cama cogida de la mano. Me tumbo boda arriba, separo mis muslos, aparto la tanga y empezo a lamerme desesperadamente mientras una de sus manos me cogia de una de las nalgas y me daba algun suave azote; otras veces tocaba mis pezones y me los retorcia suavemente.
En esos momentos pude abstraerme de lo que me hacia, pensando cuantas chicas como yo habrian caido en sus redes y por tanto, apenas sentia nada, pero tambien sabia que no iba a poder aguantar asi mucho tiempo.
Y asi fue. Fue cruzarme su mirada, sus ojos, para descomponerme totalmente. Entonces mi mano presiono su cabeza para sentir mas su lengua sobre mi vagina, y ella intensifico al maximo el toque de mi clitoris con su lengua mientras sus dedos me penetraban.
Sabia perfectamente como hacerlo, donde tocar, como me cogia el clitoris, como me acariciaba entre los muslos...
Enrojecida gemia de placer hasta que notando que me introducia un dedo por mi ano no pude aguantar mas y arqueandome y convulsionandome, emiti un grito ahogado y tuve un fuerte orgasmo, casi brutal, nada comparado a mis masturbaciones.
Elena, mi profesora, entonces, luego, para recuperarme, me beso suavemente, y cuando me vio recuperada me dijo que ahora le tocaba a ella. Yo la dije que no sabia pero ella ya se puso de sobre mi y su vagina estaba al lado de mi boca. Con cierto reparo empece a lamerselo hasta que empezo a restregarse sobre mi cara y tuvo el orgasmo pero como quedo insatisfecha, y a mi me habia gustado lo que me habia hecho, las dos estuvimos masturbandonos mutuamente, recostadas en el lecho una frente a otra hasta que tuvimos otro orgasmo dando la estancia en su casa por finalizada llevandome el vestido y una experiencia sexual satisfactoria.