Hace pocos días descubrí hablando con compañeras de trabajo que me gustan los hombres poco comunes. Yo prefiero llamarlos así aunque el resto se empeñen en decir que son feos . Y que! si mi hombre ideal es el que tiene arrugas y no es el típico jovencito que parece que acaba de salir del vientre materno, y que! si esa barriga no es una tabla de planchar sino que tiene una pequeña curbatura la que por cierto adoro, y qué! si sus ojos no son azules como el mar sino marrones, pero que cuando ese marrón me penetra me deja patidifusa . Sí chicas, lo reconozco: me gustan los feos. Y no generalizo, pero he descubierto que en su gran mayoría tienen un corazón que no les cabe en el pecho.