Por:Rosario Rios, de la Escuela de Periodismo Jaime Bausante y Mesa.
La explotación sexual infantil es una realidad que duele y se esconde en las oscuras esquinas de las plazas y calles de Lima. A partir de las 11 de la noche, si no es más temprano, por el Centro de Lima muchas mujeres de la "vida facil" pululan esperando un parroquiano a quien vender su cuerpo, sin embargo no sólo se ven mujeres entre 20 a más años de edad, sino que, nos parte el corazón ver que tambien existen niños que entre las edades de 9 a 13 años tal vez obligados por alguien o porque no soportan el hambre, recorren esas calle por la misma razón,cuando deberían jugar, ir al colegio,leer, quizás hacer deporte,etc.
La ONG peruana Acción por los niños, denunció recientemente un aumento sustantivo de niñas en la calle que se prostituyen a vista y paciencia de las autoridades locales. El informe, elaborado por Acción por los niños recoge los testimonios de 45 niñas que ejercen la prostitución en 10 distritos de la capital peruana. Allí se da cuenta de la historia personal de las menores, sus opiniones sobre la realidad a la que han llegado a muy temprana edad, a través de amigas que las convencieron de que era un oficio fácil,o, en otros casos, obligadas. Los profesionales de la ONG Acción por los niños concluyen que el incremento de la prostitución infantil se debe en gran medida a la creencia popular según la cual cuanto más joven sea la persona con la que se tengan relaciones sexuales, menor será la posibilidad de contraer una enfermedad de transmisión sexual. Sin embargo , el 90% de las niñas encuestadas han tenido infecciones de gnorrea, sífilis, herpes y sida.
Nosotros conversamos con Rosita, una niña de 12 años-claro que no los aparenta-ella es robusta y de diferente manera de hablar que las niñas de su edad, tras el recargado maquillaje esconde una sonrisa angelical e inocente, quien nos comenta el tipo de vida que lleva en las oscuras y tenebrosas noches de venta de placer.La encontramos en la Avenida Colonial.Cuando le preguntamso que hacía a esas horas en la calle, dijo que ganándose la vida,pero le daba verguenza contar lo que hacía,señalando que la plata tenía que llevarlo a sus hermanos y tio.
Es triste escuchar este tipo de respuestas de parte de una niña que inocentemente defiende a las personas que a pesar de tener lazos de sangre,la obligan a trabajar vendiendo su propio cuerpo, en las madrugadas y de una manera tan ruin e indignante. No solo son niñas las que se encuentran en las calles,si no también niños de la misma edad de Rosita, lo cual también es condenable "
Otra ONG , Acción por los niños, que podría poner colorada a Raisa en este foro.