En respuesta a an0N_613040699z
A mi si
A mí si, personalmente, dar un par de azotes bien fuertes en el culo,me pone a 100, o agarrarlo de ahí bien fuerte o inclusive morderle el trasero o pegarle pequeños bocaditos en los testículos. Me vuelve loca, igual k me gusta k me den también bien fuerte y con pasión en el culete.
Cada día disfruto más
A mi novio empecé dádole unos cachetes en el culo medio en broma. Cuando noté lo duro que se le ponía el paquete, sospeché que le excitaba. Un buen día que llegó 10 minutos tarde a nuestra cita, le regañé y para mi sorpresa se disculpó y me dijo que aceptaría cualquier castigo. Sin pensarlo, le dije: una hora de sumisión por cada minuto que has llegado tarde. "¿seguidas?" -me dijo-. No, yo las administraré como crea conveniente, le contesté. Como no protestó, acepté encantada, sin saber muy bien qué hacer. Total, que nos fuimos a cenar a un restaurante, y para mi sorpresa, cuando le dije a la camarera "mi esclavo tomará lo mismo que yo", no protestó, sólo se puso rojo y bajó la mirada con cierta humillación creo que mezclada con placer. La única que parecia sorprendida era la camarera. cuando salimos, antes de entrar en su coche, le mandé que se apoyara en el capó, y sin mediar palabra le dí la zurra en el culo más grande que le hubiera dado, y él parecia disfrutar más que yo. Cada vez más excitados los dos, le dije que fuéramos a mi casa, y allí me enseñara la parte azotada para ver cómo estaba, a no ser que quisiera desnudarse en mitad del aparcamiento. Accedió encantado, y antes de entrar por la puerta, ya se estaba quitando la ropa. En efecto, el culete lo tenía bien sonrosado. Y yo estaba más húmeda que nunca. Allí le propuse que hiciera lo posible para tenerme contenta, y se le ocurrió lo que esperaba: se arrodilló ante mí, era impresionante verle desnudo y postrado a mis pies, entonces metió la cabeza por mi falda, y me besó en las bragas; me las bajé rápidamente, y tuve el mejor orgasmo doble o triple (ni me acuerdo) que haya tenido nunca, gracias a su lengua juguetona. La verdad es que cuanto más le trato como si fuera de mi propiedad, más le quiero, y más me quiere él.