Hace mucho calor. Me despierto enredada entre las sábanas, sudorosa y muerta de sed... miro el reloj, las 3:45 am y tu silueta a mi lado es una fuente que irradia aún más calor. Como si fuera una gata voy saliendo de la cama, sorteando tus brazos y piernas con cuidado de no despertarte... me dirijo a la cocina descalza y una diminuta tanga es todo lo que me cubre... el frío mármol me quema los pies... abro la nevera y su viento polar me acaricia todo el cuerpo... a medida que voy bebiendo noto cómo mi piel se eriza poco a poco con cada trago... no lo puedo evitar y termino llevandome un vaso con hielo, no quisiera tener que volver a levantarme...
Entro en la habitación y veo que has aprovechado mi ausencia para ponerte a tus anchas, apoderandote de la cama... sonrío y te miro en la penumbra mientras dejo el vaso encima de la mesita de noche. Me apoyo en el borde de la cama y continúo observandote, te ves tan hermoso cuando estas así de profundo... indefenso... paso el dorso de mi mano por tu rostro, tus labios, tu pecho... te beso temerosa, no quiero que abras los ojos... Cojo uno de los hielos y me lo llevo a la boca, me siento encima de ti y sus frias gotitas ruedan por mi barbilla, se precipitan por la pendiente de mi cuello y resbalan en el surco de mis senos... me inclino hacia ti y dejo que las gotas caigan también sobre tu pecho. Ahora tu piel está tan erizada como la mía. Froto el hielo por mis labios, me lo llevo a la nuca y siento cómo se derrite con mi calor, el agua rueda por mi espalda... ahora lo froto en mis pechos, primero el izquierdo que no tarda en ponerse duro y erecto, luego el derecho... bajo hasta mi ombligo y lo poco que queda tras el recorrido termina por consumirse en el ardor de mi sexo...
Apoyo mis manos en tu pecho y con mi lengua voy bebiéndome todo el agua derramada sobre tu piel, saboreo tu cuello, tu pecho, tus pezones... me deslizo hacia el final de la cama y me coloco entre tus piernas... lamo tus muslos, voy subiendo y subiendo hasta que mi cara está tan cerca de tu sexo que en cada pálpito me la golpea levemente... la siento crecer cada vez más... umm qué rica está... la tomo por la base con mi mano y mi lengua la recorre de abajo a arriba, lentamente... me dentengo en la puntita, está tan suave... me encanta chuparla, saborearla despacito... ya a éstas alturas empiezas a moverte un poco y a decir cosas incomprensibles, pero yo no paro, no podría parar... la meto en mi boca como en cámara lenta al mismo tiempo que la aprieto con mis labios, cuando por fin la tengo adentro por completo empiezo a sacarla y a volverla a meter cada vez más rápido que la anterior, tu gimes pero continúas con los ojos cerrados, suspiras y te abandonas a mis caricias... chupo tus huevos delicadamente mientras mi mano se agita sobre tu ... .. tus caderas se empiezan a mover, siguen el ritmo que mi boca les impone, la tengo otra vez dentro sobre mi lengua, me la he tragado entera y tus manos se colocan sobre mi cabeza, la sacas y me la empujas una y otra vez, con más y más furia, gimes y gimes y empujas y empujas hasta que te corres llenándome toda la boca con tu semen... yo me relamo golosamente, te limpio la ... con mi lengua, no quiero dejar rastro... tu te acurrucas y vuelves a quedarte dormido... mañana cuando te despiertes te preguntarás si tan sólo ha sido un sueño... pero sólo yo sabré que no.