Hola, este es mi primer relato erotico, espero les guste.
Frecuentemente recogia a mis hijos en el colegio, en ese entonces tendría unos 35 años, siempre atento conversaba con las señoras que pasaban por sus hijos. Charlando sobre cuestiones de terrenos con una de ellas le mensione que conocia unos y me ofreci a verlos e inmediatamente nos pusimos de acuerdo.
Ella llevaba puesto un pantalón deportivo muy ajustado y una playera corta, me di cuenta de ello en otro momento una vez que visitamos un lote el cúal maravillaba en el fondo con una vista sublime.
Era un acantilado, árboles, flores y un bosque en el fondo, ella observaba el paisaje mientras yo permanecia sentado unos metros detras; ahí fue cuando me di cuenta de su figura, moldeada por su ropa deportiva e inmediatamente senti un fuerte deseo, una exitación que hizo que mi pene creciera sin control, quería acercarme por detras de ella y tomarla entre mis brazos, acariciar suavemente ese par de nalgas bien formadas que estaban delante de mi, nunca habia imaginado siquiera pasar por una situación así, me embargo un deseo de hacela mia. Nos despedimos y quedamos de vernos para visitar otro terreno, mi mente jugaba ya con esa idea; nos volvimos a ver, fuimos a un terreno que en lo particular a ella le gustaba, se sentia sensible en ese lugar, me sente junto a ella para observar el nuevo paisaje, nuestros hombros estaban parcticamente unidos, sentia emanar el calor de su cuerpo, supe que no le era indiferente, le mensione que me sentia atraido por ella (debo confesar que no es una belleza, eso no es importante teniendo una verdadera mujer a su lado) a lo cuál ella confeso que sentia lo mismo, pero era una mujer casada al igual que yo. Le pedi vernos en un lugar mas discreto, solo para poder conversar sin inhibiciones, que no pasaria nada que ella no quisiera que pasara. Con cierto nerviosismo aceptó, me ecerque poco a poco y al no sentir rechazo, acaricie su boca con mis labios, fué un beso provocador y sugestivo.
Nos quedamos de ver luego de dejar a los hijos en el colegio, compramos un cafe y me dirigi a un motel no sin antes pregunale si estaba segura de continuar, tímidamente acepto el motel.
Tomamos unos sorbos del exquisito cafe, su aroma llenaba el recinto, invitaba a la intimidad; me acerque lentamente a ella siempre mirandola a los ojos, ella permanecia en silencio, exitada ante una posible infidelidad, mis manos tomaron su rostro el cuál acaricie y la atraje hacia mi, lentamente mis labios se acercaron a los suyo, su respiración entrecortada, probe ese dulce sabor de su boca, bese su labio superior, bese su labio superior, abri su boca con mi lengua que se movia cuál serpiente atrapada; mientras mi mano que ya no era libre, recorria su espalda, su nuca, su cuello, poco a poco fue hasta su cintura, no dejaba de besarla, mi mano atrevida se posó por un momento en el nacimiento de sus nalgas, esas nalgas que me sublmaron; empece a pasar suavemente mi mano sobre ellas, duras, erectas, ella ansiosa bajo su mano directamente hasta mi pene el cuál ya estaba completamente erecto, grueso, lleno de vitalidad, elle lo sentia a travez del pantalon, luchaba por quitar mi cinturón, me despojaba de la ropa, se lo permiti solo hasta quedarme en mi boxer, ahora ella tomaba mi pene en sus manos a travez del boxer, lo sacaba, le estorbaba mi ropa.
Mientras la dejaba tocarme, retire su blusa, deje su bra, tome sus pechos entre mis manos y los acaricie, desabroche su bra, quedo colgando de sus hombros, mis labios en su boca rocorrieron largo camino, baje por su cuello, segui hasta su pecho, dejaba un rastro caliente y húmedo, mi legua aparto una parte del bra, solo un pecho chico como de quinceñera (ella tendria 32 años) la miere a los ojos, su pezón ergido, duro, su mirada ansiosa me indico que lo tomara; complaci su deseo, pase mi lengua por el borde de su areola y sentí como su contorno erupcionaba con el calor y humedad aprisione entre mis labios su pequeño pecho, succione como un bebe hambriento, ritmicamente mame y lami al cmpas de una musica de fondo; mientra tanto mi mano ya acariciaba su monte de venus sobre el pantalon.
Ahora nos encontrabamos los dos semi desnudos, concientemente le deje su pantaleta, era una espera agonica provocada, podia ella sentir mi erección, la abraze y restregue todo mi cuerpo al de ella, era suna caricia de piel a piel, su cuerpo temblaba, ansiosa me pedia tenerlo dentro, toda via no era el momento, la retire unos pasos y le dije: Observa; lentamente me deslice el boxer y mi pene salto ergido, ella lo contemplo por unos instantes y se lanzo a tomarlo entre sus manos, lo acaricio, se sento para poder tenerlo a su altura, parecia como si nunca ubiese visto nada igual, abrio su boca, en un movimiento sublime, entre sus labios yacia mi pene, sus movimientos eran como si estuviera saboreando una nieve de barquillo, su lengua, sus labios, su saliva emanaba por las comisuras de su boca; la detuve, no porque no me gustara, sino que aún faltaba lo mejor.
Acaricie todo su cuerpo, baje suavemente su pantaleta hasta descubrir su parte mas íntima y ahí me detuve, pase mi mano lentamente por todo su monte de venus su vello perfectamete delineado, estaba completamente humeda, pase mis dedos por el contorno de sus labios vaginales, sus jugos lubricarón mis dedos y entre ellos descrubri su clítoris totalmente duro, masajee un poco ese botoncito de placer, una oleada de gemidos salio de su boca y entre murmuros timidos decia: ahhhh así, sigue así, oohhhh, que rico, que haces ahhhh, por favor metelo, damelo todo, ammm, quiero sentirte dentro de mi, haciendo caso omiso, continuaba yo con ese masaje mientras besaba su cuello, su pecho, con la otra mano acariciaba sus nalgas, fuerte, suave, introduje mi dedo dentro de su vagina con el otro acariciaba su clítoris, sentia las contracciones vaginales propias del placer y al rimo de sus gemidos avanzaba más rápido, metia y sacaba, metia, sacaba, acariciaba, apretaba, de pronto su piel se erizo, escuche un gemido largo de placer ahhhhhg, su cuerpo convulsionaba, temblaba, ella tenia en su mano mi falo firmemente apretado, un pequeño dolor sentí cuando sin contemplación en su goze supremo lo apreto, parecia como quererse asir de él, antes de desfallecer de placer.
Quieres que continue este relato con estas descripciones o palabras un poco vulgares, mandame tu comentario.
CONTINUARA.
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