El tren de yolanda. relato

Esto ocurrió hace 4 años.

Me encontraba viajando de nuevo, pues antes viajaba mucho mas a causa de mi trabajo. Y elegia el tren por ser el medio mas económico y seguro. A parte del romanticismo que influye el viajar en este medio.

Era primavera, mas o menos por estas fechas. El sol entraba por la ventana, y el paisaje describía campos verdes, la primavera en sumo esplendor se ponía delante de mis ojos. Me empezaba a adormecerme debido al calorcito y el traqueteo de los raíles, cuando se abrió la puerta del compartimiento. Una mujer, de unos 50 años, bien vestida y con aires de señorío hizo aparición estrepitosamente, seguida de su marido, también bien vestido, y disimulando su enfado con un halo de ira en su mirada que derretiría los polos. Al parecer estaban indignados porque tenían un problema con sus billetes, eran tres y solo tenían 2 en primera. A si que tenían que dejar a su hijita en segunda. Y curiosamente mi compartimiento era el único que tenia un asiento libre.
Yo, que ya estaba a punto de dormirme, no me agradó la visita, en un principio claro; hizo aparición la cosita mas linda que había visto en mucho tiempo. Era esbelta, de complexión media, mas o menos 165 y 57kg. Era morena de pelo y blanca de piel con algunas pequitas. Llevaba puesto un vestidito rojo de lunares pequeñitos blancos, una chaquetilla de hilo y unos calcetines con puntillita, y una cosa que me sorprendió; aunque sus padres denotaban la soberbia en sus vestiduras, ella dejaba ver su rebeldía en sus andares, pues calzaba unas zapatillas deportivas blancas, no muy agrestes pero lo suficiente para no ser elegantes como los calzados de sus progenitores. Y lo mas sensual, un sombrerito de media ala blanco. Debía de tener unos 16 años. Pero, por dios que para mi eso no era impedimento.

-Hola, buenas tardes, perdón por la interrupción dijo la madre con mucha cortesía falsa mirándome de arriba abajo.
-Que tal?- respondí yo sin dejar de mirar a su hijita, la cual no dejaba de mirarme por debajo de ese sombrero y con una sonrisa picara.
-Te vas a quedar aquí con este....señor, y si tienes algún problema vienes a PRIMERA! clase y nos lo dices. Buenas tardes caballero.- Se despidió y cerró con ímpetu.

Yo no dejaba de mirar la belleza que tenia enfrente, eso si, lo intentaba disimular. La sonreí y me acomode para intentar conciliar el sueño interrumpido. Y sobre todo para no pensar mas en ella. Tuve un sueño de lo mas sensual y erótico, como no, con ella, la niña se hizo la suma protagonista de mi sueño. Obviamente, si no podía dejar en ella, mucho menos podía dejar de hacerlo en sueños.
Cuando me empezaba a despertar me di cuenta de que tenia una erección mas que considerable. Y encima me estaba frotando con las manos, inconscientemente claro. Cuando empecé a despejarme me di cuenta de donde estaba y intente disimular mi actuación, vi a a mi compañera de viaje la cual, mirándome fijamente de arriba abajo, mas abajo que arriba y con los ojos, esos ojos oscuros y grandes, y me hizo un gesto que no pude entender muy bien, se llevó el dedo índice a la boquita y dijo:

-Ssssshhhhh!!, no te muevas.

Y se levantó, abrió la puerta, me temía lo peor, pero no, miró fuera a uno y otro lado y cerró de nuevo el compartimiento, pero esta vez con cerrojo. Volvió a sentarse enfrente de mi y mirándome directamente a los ojos de dijo en voz bajita e inclinándose hacia mi:

-Me lo enseñas?
-Comooo?!!!- le dije casi gritando
-Si,si, que si me, lo enseñas, vamos, quiero verlo.
-Pero...no, o sea, .....por que?
-Mira, has visto a mis padres, pues esos señores tan educados y tan distinguidos, son unos cafres. Me llevan a un internado. Dicen que esta edad es muy difícil, que mis hormonas se están revolucionando y que mejor me meten en un internado para alejarme de los peligros de la sociedad hasta que termine los estudios.
-No puedo hacer eso
-Por favor!, hazlo, tómalo como una buena obra.
-Pero niña, cuantos años tienes?.
-16, pero eso no importa. Solo quiero verla, pro favor!- esta vez arrodillándose delante de mi con las manos entrelazadas y gestuando suplicas. Eso fue lo ultimo, accedí.
-Vale, pero solo verlo vale.
-Si,si!,vale!- entusiasmada

Me desabroché le pantalón y bajé la cremallera. Metí mi mano y agarré mi miembro, que ya estaba lo bastante crecido y caliente. Lo saque y le miré a la cara, ella lo miró y con la boca abierta me miró y sonrió, volvió a mirarlo y mordiéndose un labio dijo:

-Mmmmmm!, es como me habían dicho algunas amigas. Pero es mas grande de lo que me había imaginado.
-Si, pues ya no?
-Espera!, no por favor, quiero tocarlo
-Oye eso no!- lo estaba deseando pero no podía, tenia 16 años.
-Déjame por favor.

No pude resistir mas. La dejé tocarlo. Alargó su manita y logró alcanzar mi pene. Tenia la mano fría, seria de los nervios. Yo me estremecí, era una situación ideal. Lo curioso es que ella empezó a acariciarla de una forma que no era lo mas normal, parecía saber lo que hacia.

-Quien te ha enseñado a hacer esto?
-Verás, yo si ha visto pelis pornos con mis amigas, y me he masturbado pero quería ver y tocar una de verdad.

Esto hizo que yo no pudiera desear otra cosa mas que conseguir ... con ella. A si que me lancé, se lo dije muy claro:

-Pues ahora vas a poder saber a que se siente incluso al tenerla en la boca. _Esperé la respuesta de repulsa, pero nada mas lejos de mis pensamientos, ella la cogió con dos manos y abrió la boca, y mientras me miraba la fue rodeando con sus labios y se la metió casi hasta adentro. Empezó a mover la cabeza arriba y abajo acompañando con las manos, tuve que retirarla al minuto pues si seguía iba a correrme, y no quería hacerlo tan pronto.

-Espera. Mas despacio. O mejor, ponte de pie.
Metí las manos debajo del vestido y le bajé las braguitas. Eran de algodón, muy infantiles, se notaban ya húmedas, y las olí. Tenia un olor de mezcla de suavizante y olor a sexo joven que me hizo sentir un calor especial en mi cuerpo. Después la retire su melena negra de los hombros y la desabroché la chaquetita de hilo blanco y emergieron dos senos de tamaño mas que considerable para su edad, se dibujaban dos pequeños pezones, semi erectos que procedí a acariciar

-Jajajaj, me haces cosquillas.
-Pues si esto te hace cosquillas espera.

La senté y le levanté la falda enrollándola y dejé a la luz un sexo. Tenia poco vello, al tocarlo noté que era muy suave, y acaricié sus labios mas silenciosas, estaban húmedos, ella dio un resalto y un gemido suave, entonces fue cuando empecé a besar su muslos y me fui acercando lentamente a su cueva. Cuando por fin saboreé sus jugos creí estar saboreando el néctar de los dioses. Ella se empezó a arquear y a mover, yo metía y sacaba la lengua y daba pequeños mordisquitos en su clítoris, entonces ella se tapó la bota y emitió un grito sordo y empezó a temblar.

-Que me ha pasado, que bueno!!, uuuummmm! Quiero mas

Entonces me baje los pantalones y apoyando mi pene en su pagina fui poco a poco apretando. Ella me pedía que despacito pero, al llegar a su himen no pude seguir, ella estaba ya a punto de caramelo otra vez, a si que, por instinto me rodeó con sus piernas y me cogió de las nalgas y me dijo Vamos, metela, no te pares ahora.- Y tirando hacia ella se auto penetró. Soltó un gemido agónico y susurró- Me duele un poco pero me gusta, no pares por Dios!!

Empecé a moverme poco a poco, despacito, solo con eso ella se corrió de nuevo, mientras mordía su chaqueta de hilo. Le descubrí los pechos y los empecé a acariciar con mi lengua. Mordiendo sus pezones. Entonces era cuando yo no tenia por que ser jaleado, ya la estaba follando como bien se merecía. Y fue entonces cuando ella se corrió de nuevo esta vez con mas ruido. Eso fue lo que me hizo llenarla con mi leche, exploté dentro de ella. No pude contenerme y la inunde con mi leche viscosa y caliente.
Caí hacia atrás con mi pene lleno de una mezcla de semen y un poquito de sangre. Ella me dio las gracias. La limpie con un pañuelo y la vestí. Nos acomodamos los dos mientras yo iba al baño. El tren, mientras yo me limpiaba en el aseo. Al volver al camarote ella no estaba. Vi una nota en el suelo, decía así:

Siento no haberme despedido, te recordaré siempre. Escríbeme al internado, te quiero volver a ver, Yolanda

Aun seguimos en contacto. Pero ella tiene novio y yo estoy casado. Mientras estuvo en el internado, cuya dirección no voy a revelar, mantuvo relaciones lesbicas las cual me contaba en sus cartas. Siempre querré verla y si es posible tener otra experiencia como la del tren.

Saludos a todos/as. Espero que os guste y me escribáis