Hace un tiempo conocí por Internet a la que iba a ser mi futura esposa. Una preciosa colombiana de Bogotá que se enamoró tan locamente de mi como yo de ella.
Yo sufría por aquel entonces lo que creía (muy equivocado) los últimos coletazos de una depresión provocada por un divorcio por el que había pasado hacía relativamente poco tiempo.
Tomaba por aquel entonces antidepresivos y calmantes que me permitían llevar una vida relativamente normal para mi gusto.
Cuando por fin pude estar junto a la que próximamente sería mi mujer (momento esperado con mucha ansia y resignación) me sentí el hombre más feliz de todos los tiempos. Era como si la vida me estuviera dando una segunda oportunidad para ser feliz todo envuelto en milagrosas circunstancias poco comunes.
La primera noche que estuvimos juntos hicimos el Amor. Fue maravilloso. Pero no fue más de una vez. Algo que yo sin sospecharlo ha ella le había parecido como mínimo escaso. No porque no fuera un acto sexual completo tanto para ella como para mí, sino porque fue solo una vez.
Recuerdo que con mi primera mujer (que a su vez fue la primera persona con la que mantuve relaciones sexuales) hubieron días locos en los que el sexo primaba, y acabábamos haciéndolo 4 ó creo que incluso alguna vez, hasta 5 veces en veinticuatro horas. No creo que nadie piense que exagero, pues he leído en varios libros de sexualidad que es un número elevado de veces pero que no es nada anormal que suceda en algunas ocasiones una pareja joven.
Retomando el tema de mi relación con mi actual mujer, la cifra de relaciones sexuales en su caso, con su primera pareja, había sido mucho más elevada, algo que yo hasta el momento consideraba mítico, o como mínimo un suceso muy extraordinario. Esta cifra se situaba en nada menos que ¡¡8!! veces el mismo día, algo que ella consideraba normal en una pareja de novios, contrastándolo con lo que contaban sus más íntimas amigas sobre el número de relaciones con sus novios. En su caso ella había oído hablar de una amiga con cuyo novio lo había hecho hasta 15 veces en un solo día.
Es muy fácil pretender darle descrédito a estas cifras, y más por parte de los que nos consideramos que estamos en muy buen estado cuando hemos conseguido haber hecho el amor, con toda su plenitud, 4 veces en una sola noche.
El caso es que desde el punto de vista de mi mujer interpreto, mi escasez de aparatito sexual con que prácticamente no la deseaba. Hablé con ella explicándole el efecto que provocaban sobre mi lívido los antidepresivos y los calmantes y le hice saber que por supuesto si que la deseaba y mucho. En fin una explicación, que aunque previamente la hubiera discutido con mi siquiatra, solo en parte conseguía que yo mismo me sintiera justificado, así que me imagino como la tomaría ella con ella. Es normal que unos antidepresivos te hagan disminuir el lívido sexual, pero mirar hacia un listón (que antes de haber conocido pretendía superar) tan alto, me hace sentir, con o sin antidepresivos, un auténtico enfermo al borde de la impotencia total.
Los problemas aumentan cuando lejos de hacerme sentir bien los chistes de mi mujer van continuamente enfocados al número de veces de las que soy capaz de hacerle el Amor, increpándome al decirme que por media necesito una semana para recuperarme y estar preparado de nuevo, ó increpar continuamente al minúsculo tamaño de mi pene (16 ó 17 cm). Solo en una ocasión le pregunté si el de su anterior novio era mayor pero la simpleza de un la verdad no lo recuerdo me hicieron considerar que por descartado que el tamaño de mi pene con respecto al de su ex novio (un mestizo alto y muy fornido) debía de ser tan ridículo como el número de relaciones sexuales que soy capaz de llevar yo a cabo.
La parte alentadora de mi mujer es que parece no parece perder las esperanzas con migo, indicándome que debo apuntarme en un gimnasio y/o hacer algún deporte para sentirme mejor, rendir más, etc; y poniéndome como ejemplo (cuando ve aparecer algún tipo musculoso por la tele) el tipo de cuerpo que a ella le gustaría que tuviera y con el que la excitaría en sobre manera.
Antes de nada tengo que decirte que si no has ido al médico.... YA ESTAS TARDANDO! Mira seguro que es por el cansancio y por la excitación que tienes pero para quitarte las dudas ve a que te miren. Yo fui al especialista y ha sido lo mejor, además de darme un tratamiento me dio unas pautas para que no me entre el bloqueo mental y la inseguridad y todo eso. Me recetaron una crema que va como en un aplicador y usas uno cada vez, es decir, que son monodosis, no es un tubo de crema ya me entiendes. Se llama virirec ¿te suena? lo digo porque ya conozco a algún tio que lo usa. Te digo que funciona y no tarda mucho en reaccionar desde que te lo aplicas. Las relaciones vuelven a su normalidad, al menos en mi caso. Bueno espero que te haya ayudado un poco mi experiencia, suerte y saludos al foro!
