Sabido es que buena parte de las mujeres aman a un hombre de una manera incompleta e interesada (no solo a niveles económicos) y son capaces de odiarlos o de desamarlos debido a esas mismas causas. El amor que una mujer siente frente a un hombre tiene más de simbiótico que de puro.
Pero existe un tipo de amor, también femenino, que es completamente distinto. No tiene nada que ver con ningún otro tipo de amor. Y es el amor de madre, el tema que tocaremos ahora.
Se trata de un amor totalmente irracional, desmedido, subjetivo. No es un amor inteligente.
La madre ya puede tener como hijo a una pequeña y ... bola de sebo incapaz de sumar dos + dos con ocho años de edad, que para ella ese ser es el más bello e inteligente que pueda existir.
En mi barrio, en los tiempos de los yonkis, hace un par de décadas, las madres de los yonkis, rateros, navajeros y demases, cuando el pedazo de ... de su hijo montaba pollos porque tenía el mono de la droga, hacían lo que fuera por dárselo. Eran ellas las únicas personas del planeta que le le daban dinero al individuo en cuestión. Si tenían que quitárselo de comer se lo quitaban, si tenían que venderse una joya se la vendían, incluso si tenían que abrirse de piernas ante el vecino lo hacían. Hacían lo que fuera para que su hijo no acabara mendigando en la calle, o apuñalado mortalmente por una pirula hecha a algún traficante fruto de la desesperación, o esposado por la Policía rumbo a la cárcel. Los padres de ellos, en cambio, lo que hacían básicamente es meterles una patada en el culo y largarlos de casa.
El amor de la madre no atiende a razones. La madre ama sea a lo que sea. Aunque su hijo coma niños, o mate, o viole, o despedace con un hacha a sus compañeros de clase, o destruya el mundo con la bomba atómica, o sea el Joker de Batman. Da igual, no es dialogable.
Lo cierto es que ese amor materno penetra. Ese amor envuelve. Es pegajoso, se adhiere, te estampilla. Uno partió tabiques nasales al oir tan solo mal mencionar a su madre. Pero no yo, que solo soy un grano de arena en este enorme desierto. No en mi ciudad, no en mi país, no ya solo en Europa, no ya solo hoy, sino que miles y miles y miles de tabiques nasales, labios, caras y ojos han sido dañados en todos los lugares del mundo durante toda la Historia de la humanidad al mentar en ofensa a una madre ajena.
Lo cierto es que es un sentimiento extraño este tipo de amor, y solo podría ser un sentimiento femenino. Ayer en la cama estaba pensándolo. Si te paras a pensar, y analizas, te puede dar hasta cosa.