Foro / Pareja

Mi madre es mi fantasía "inalcanzable"

Última respuesta: 11 de septiembre de 2014 a las 9:53
A
adria_6374284
6/9/14 a las 1:00

Veréis, desde hace años tengo a mi madre como mi "meta" sexual. Tengo 18 años y ella 38, es brutal, mucho mejor que muchísimas de 20, tetas en su sitio, culo muy prieto y es guapísima. Con ella empecé a masturbarme a los 14 años, desde aquel primer día que experimente sexualmente pensando en ella, quiero tener sexo con ella.
Mi madre se separó de mi padre cuando yo tenía 3 años, y yo no tengo apenas relación con él, y llevo escuchando gemir a mi madre con diferentes tíos muchísimo tiempo, cosa que me excita y muchas veces me tienta a masturbarme mientras la espío. Muchas veces voy con ella a una playa muy pequeña, pero hace unos días me llevó a un sitio "oculto" de esa playa, con una especie de cuevas recubiertas por piedras, en las cuales daba el sol pero cobijaba del fuerte viento. Ahí, me sorprendió ver a mi madre hacer topless, pero lo mejor fue cuando al echar crema a mi madre, me pidió que se la extendiese por los pechos y yo con la escusa la estuve masajeando un buen rato las tetas, no me podía creer lo que estaba pasando.
Y esta tarde - noche, fue todavía mejor, veníamos sudados de hacer deporte y me propuso que nos diésemos un baño relajante juntos. Y yo obviamente no me negué, y lo que paso fue increible, al contarnos nuestras cosas después se sentó encima de mis piernas abrazándome por el cuello, dónde podía ver sus dulces pechos, y luego fue dándome besos por el cuerpo y el pecho, hasta pararse antes de mi empalmado pene, el que después tocó "accidentalmente", pero no hablamos nada de mi erección. Lo impactante es que luego, cuando estabamos en el sofa ella fue al baño y empecé a escuchar suaves gemidos, como si se estuviese masturbando.
Mañana tenemos pensado cenar juntos, y luego me quiero lanzar a por ella, como lo véis?

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I
igotz_5764233
11/9/14 a las 9:53

Es una experiencia alucinante
Cuando tenía entre 13 y 14 años, mi madre viuda me invitaba a dormir con ella para no sentirse sola. A veces se ponía una especie de babydolls largos con truzo y otras veces con camisa y pantalón, sin truza. Ambos eran fantásticos, porque a la media hora de "estar dormidos", espalda con espalda, yo me volteaba a pegarle mi miembro erecto... le subía el babydoll y le acariciaba sus bellas nalgas. Cuando era pantalón, dado que no portaba truza, podía acariciar la bellosidad de su intimidad... y más.

Un día les contaré detalles de lo que alcanzamos... son recuerdos maravillosos. Así que te deseo mucha suerte.

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