Te cuento la mía, que ya va para año y medio.
Mi novio y yo nos conocimos a través de un amigo común. Lo que ocurre es que yo entonces estudiaba en el extranjero, nos conocimos una noche de diciembre mientras pasaba las vacaciones en casa. A él le encantó mi nariz y a mí la suya, pero no volvimos a vernos. Yo me marché y cuando volví aquí a la ciudad empecé de cero. De vez en cuando nos encontrábamos por la calle, éramos amables, y seguíamos fijándonos en cuánto nos gustaba la nariz del otro. Y un día, hace casi año y medio, en las fiestas regionales, nos encontramos en un bar. Y, bueno, le vi tan perdido entre tanta gente. No ví más. Y no sé qué me llevó hacia él. Le dije que era un cielo, que me encantaría besarle. Él accedió. Aún hoy me parece increíble. Me sorprendí besándole con todo el cariño que se puede besar... me temblaron las piernas. Unos días después me llamó para tomar cerveza y reusltó que teníamos una conexión increíble. Una noche, poco después, vino a buscarme y me llevó a casa. Yo sabía que quería besarme y, como él es tímido, se me ocurrió que no se iba a atrever, ¡pero yo me moría de ganas! Así que le dije, con ternura, que si estaba pensando darme un beso, aquél era un momento perfecto. Y lo hizo. Le temblaron las piernas cuando me besó. Y yo, después de año y medio, sigo sintiendo un hormigueo en la planta de los pies... es que me enamoro de él todos los días. Tras esa noche, hemos ido conociéndonos poco a poco, queriéndonos, hemos pasado por cosas buenas, cosas malas... Y nos queremos con todo el alma. Yo creo que me enamoré de él ya antes de conocerle, y por eso no he querido a nadie como le quiero a él. Un besito chicas, y, bueno, que sepáis que estoy encantada de compartir esto con vosotras.