En general las etiquetas de bueno o malo, de bonito o feo que ponemos a seres y cosas estan determinadas por nuestros deseos. Llamamos bueno a lo que nos gusta y malo a lo que detestamos. Son invenciones de nuestro espiritu. Si la belleza existiera en el propio objeto, a todos nos atraerian irresistiblemente las mismas personas y las mismas cosas.
...En la pasion amorosa el hombre o la mujer que deseamos nos parecen perfectos de todo punto de vista, dignos de ser amados para siempre. Cada detalle de su persona posee un aura extaordinaria. No nos imaginamos poder vivir sin ellos. Como por naturaleza todo está en continua evolución, desgraciadamente, lo que percibiamos como adorable puede perder su atractivo repentinamente a causa de un gesto o una palabra. Peor aun, si descubrimos que esa persona que considerábamos perfecta ama a otra, puede convertirse, de repente, en detestable para nosotros.
... Distingamos entre el verdadero amor y el encariñamiento. El primero, idealmente, no espera nada a cambio y no depende de las circunstancias. El segundo no puede sino cambiar al hilo de los acontecimientos y las circunstancias.
Encuanto a la relación amorosa que depende de forma mas o menos importante de la atracción sexual, solo puede ser auténtica y duradera si la elección de nuestra pareja no se basa unicamente en la atracción física sino en un conocimiento y un respecto mutuo.
Dalaï-Lama.
Conseils du coeur (consejos del corazón)
perdonar por los fallos que pueda haber en la traducción.