LA RENDICIóN FEMENINA
En realidad, a las mujeres les suele gustar entregarse a su pareja, especiahnente en la cama.
En Estados Unidos, el 71 por ciento de los hombres y el 72 por ciento de las mujeres tiene fantasías mientras copulan con su pareja." Pero ambos sexos invocan diferentes imágenes. La conquista y la dominación son centrales en la mayoría de las escenas mentales de los hombres.
La rendición y la entrega son características dominantes en los pensamientos sexuales de las mujeres."
Las mujeres norteamericanas fantasean mucho más que los hombres con imágenes que implican una actitud sexual pasiva, que les hagan, más que hacer." Se ven .a sí mismas como objetos del deseo sexual de su pareja, a diferencia de los hombres, que tienden a ver a los otros como objetos de sus atenciones sexuales." Esta diferencia sexual genérica existe también en Japón o en GranBretaña,"
Los datos indican que las mujeres fantasean más regularmente con la idea de someterse a su pareja.
En una ocasión, una amiga mía, una mujer de unos cuarenta y tantos años, guapa, rebosante de salud e independiente, me contó una de sus fantasías sexuales. Iba conduciendo un día por una carretera no muy transitada y un policía le hizo una seña para que se detuviera. Al verlo de pie al otro lado de la ventanilla pouiéndole una multa por exceso de velocidad no paraba de venírsele a la cabeza la fantasía de que el policía le pedía que fuera a acostarse con él entre los arbustos. No tenía nada que ver con una violación,me dijo; era una cuestión de autoridad y de sumisión.
El extranjero anónimo, el príncipe sin rostro que domina: los psicólogos nos dicen que las mujeres adop-tan estas fantasías de sumisión y desamparo para no sentirse culpables de su deseo sexual o para quitarse de la responsabilidad de iniciar el coito. Pero estas ensoñaciones de rendición y entrega podrían originarse en ciertas partes primitivas del cerebro femenino, porque la rendición sexual femenina es extremadamente común en el reino animal.
Tomemos la iguana, por ejemplo. La iguana macho tiene una forma de cortejar qne consiste en hincharse, para parecer dominante e importante, y luego perseguir agresivamente a la hembra. Si ésta está sexualmente receptiva, responde quedándose con el vientre pegado al suelo, completamente inmóvil, en una posición de total rendición. Su pasividad invita a la cópula. En el caso de las iguanas y en el de muchos otros reptiles, los signos de sumisión en las hembras en conjunción con los gestos de dominio en los machos son esenciales para el coito."
Los científicos llaman a este tipo de cortejo sexualidad agonística.
Los pájaros y los mamíferos han añadido un sinfin de muestras de afecto al patrón reptiliano de domino y sumisión. La mayoría se lamen, se besan, se huelen o se dan pequeños golpes amistosos antes de la cópula, exhibiendo así una sexualidad afiliativa." Sin embargo, las leonas, las ratas y otras hembras de muchas especies de mamíferos también se quedan inmóviles y a disposición del macho antes del coito. Por ello, el zoólogo Irenaus Eibl- Eibesfeldt propone que estos Ieitmotivs de la sexualidad humana---de domino masculino y la rendición femenina- se originan en el centro reptiliano arcaico del cerebro humano.
A algunos hombres también les gusta adoptar un papel pasivo, pero en los dormitorios del mundo muchas más mujeres se representan secretamente la fantasía arcaica de la sumisión a fin de encender la chispa que alumbre su erotismo.
HELEN FISHER