Necesito consejo.

Hola a todos.

Buscando información, experiencias, opiniones y cualquier otra cosa que me ayude en los peores momentos de mi vida por los que estoy pasando ahora mismo, he encontrado este foro. He estado leyendo otros hilos y todavía tengo más dudas sobre qué hacer.

Mi mujer y yo llevamos ya más de tres años casados aunque llevamos ocho años y medio juntos. Tenemos un niño maravilloso de dos años y nuestro núcleo familiar era perfecto hasta hace unos días.

Como toda pareja, nuestra relación ha pasado por momentos muy buenos y menos buenos. Ha habido altibajos que calificamos como normales en toda pareja.

El problema es que hace unos días, tras preguntarle sobre sospechas que tenía, me ha confesado que me era infiel. Había conocido a una persona que le había atraído físicamente y llevaba 3 meses manteniendo una relación fuera de nuestro matrimonio. A mi se me vino el mundo abajo. Hacía dos semanas que habíamos comenzado una vida nueva. Una vida maravillosa por la que brindamos en una noche especial. En estas dos últimas semanas, antes de descubrir toda la mentira, no podía de dejar estar muy pegado a ella. De hecho me sentía triste por no poder estar más tiempo a su lado, mimándola, estando pendiente de ella, besándola y llenándola de las atenciones que se merecía. Yo estaba como un niño con zapatos nuevos. NUNCA dejé de quererla. SIEMPRE he estado enamorado de ella, pero últimamente me encontraba como un adolescente. Pensaba en ella a todas horas, deseaba que llegase a casa para estar todos juntos. Para mi llegar a casa era como comenzar unas vacaciones. Es la persona más importante de mi vida. Es la mujer perfecta, la amante ideal, la madre insuperable...

Ahora he descubierto todo su engaño, y lo he descubierto por casualidad. Cuando le comentaba mi miedo a perderla, que lo era todo para mi, que quería compartir con ella absolutamente todo, me contestaba que ya estaba cansada de todas esas dudas, que esto no podía seguir así, que tenía que confiar en ella porque no había nada de nada .... y yo terminaba agachando las orejas y pidíendole perdón por mis dudas. Ahora pienso, ¿por qué tenía que agachar las orejas? Es mi mujer y creo que estaba en mi derecho de comentarle todo lo que me atormentaba.

Pero todo era mentira. Sí que había motivos para las dudas. Me engañó pidiéndome confianza y molestándose conmigo por mis dudas.

Ahora me encuentro que me quiero morir. No me esperaba en absoluto que me pudiese pasar esto. La quiero con toda mi alma.

Ella me decía que no había nada y sí que lo había. Se quedaba después del trabajo a tomar un café con las amigas y me ha reconocido que, a veces, no era verdad. En un principio me comentó que no era una persona del trabajo. Después me confesó que sí. Me dice que es alguien por el que sólo tuvo atracción física, que ha sido una relación en la que han llegado a estar hasta tres semanas sin tener ningún tipo de contacto, y que no fue tanto la persona la que le llevó a ser infiel, sino el morbo que le daba la situación. Pero también me ha confesado que, aunque en tres meses sólo ha sido infiel 3 veces, también le ha llamado para preguntarle qué tal estaba e incluso le invitó a comer.

Desde mi punto de vista, uno se interesa por las personas por las que siente algo. Uno no llama a los demás para preguntarle qué tal se encuentra sino siente algo más que una atracción física, y mucho menos invitarle a comer.

Así que ahora no sé qué hacer. Ella me dice que sólo me quiere a mi. Que ha cortado definitivamente con la otra persona. Pero contándome la conversación que tuvieron para finalizar la relación me comentó que esta persona le preguntó que si podrían quedar en algún momento para tomar un café, a lo que mi mujer contestó "creo que no". A mi eso me suena a puerta entreabierta, más cuando me confesó también que ya había cortado anteriormente con esta persona por un detalle que no le gustó y después volvió a caer en la tentación. Ella dice que aunque haya dicho esa frase está muy segura de sí misma, de lo que dijo y de lo que quiere en este momento.

Ahora mi mujer quiere estar sólo conmigo. Me ha prometido que JAMAS me volverá a engañar y que a partir de ahora haremos todo entre los dos. Que sabe lo que tiene y que no lo quiere perder por nada del mundo. Me dice que soy el hombre con el que quiere compartir toda su vida y que eso nunca lo dudó, a pesar de ser consciente de haber metido la pata hasta el fondo, de haberse llenado de "mierda" hasta los topes y de que si pudiera echar el tiempo atrás lo haría para borrar todo este ERROR.

Yo la quiero más que nada en este mundo y le he dicho que cuente con otra oportunidad aunque me tendrá que demostrar muchísimas cosas día a día, que necesito que me hable absolutamente de todo lo que esté relacionado con nosotros (sus cosas privadas también me gustaría que me las contase para ayudarla en lo que pudiese, pero si no tienen que ver conmigo ni repercuten en nuestra relación, es muy libre de hacerlo) y que esa será la única manera de volverse a ganar mi confianza. Pero el miedo que tengo es que yo soy una persona que no olvida, que da muchas vueltas a la cabeza, y desde entonces sólo tengo una imagen en la mente: mi mujer en manos de otra persona. Eso hace que cuando me habla con cariño recuerde que así habrá hablado a la otra persona, que cuando me agarra la mano recuerde que así se la habrá cogido a la otra persona, que cuando me besa recuerde que así habrá besado a la otra persona, y si, en algún momento volvemos a tener relaciones íntimas, segurísimo que recordaré que también lo ha hecho con otra persona, además de dudar si al mirarme me mira a mi o a la otra persona. La sensación que me produce todo esto es de una tensión insoportable aumentada por la impotencia en ciertos momentos de poder soltar una lágrima aunque lo quiera y lo necesite, para explotar con lloros incontrolados en cualquier otro momento. Ella me dice que si yo le dejo no me va a fallar y que me sacará de esta si le doy la oportunidad. Por otra parte en pocos días he pasado de 86 a 78 kg. y el médico me ha diagnosticado anorexia y recetado antidepresivos. Para más INRI esta mañana cuando nos despedíamos me ha dicho que para su cumpleaños (es este viernes, es decir, pasado mañana), al haberle dado otra oportunidad que no le regale ya nada, que ese es el regalo de su vida.

En fin, no sé que hacer. Me gustaría que todo volviese a ser como las dos últimas semanas pero tengo esa imagen en el cerebro que no me deja vivir. Tenemos un niño maravilloso que no queremos que sufra, y no sé si será mejor dejar los besos, las palabras cariñosas, las caricias y las relaciones íntimas para más adelante después de que el tiempo ponga las cosas en su sitio o hacer todo lo posible para disfrutar de esas palabras, caricias, besos y demás relaciones de nuevo cuanto antes para saber si así podré superar el problema.

Muchísimas gracias a todos por vuestro tiempo y por vuestros consejos por adelantado. Intentaré contestaros a todos en la medida de lo posible y siempre que haya algo que contestar. Lo que sí os puedo asegurar es que todas vuestros consejos serán leidos muy atentamente.

Un saludo.