Es la primera vez que escribo en este tipo de foros pero creo que necesito una visión más imparcial de mis problemas, ya que la gente de mi entorno nos conoce demasiado a mí y a mi marido para ser imparcial.
Tengo veintiocho años y llevo once de relación con mi marido, seis de ellos casados. Tengo dos hijos, uno es un bebé de apenas seis meses, y noto que mi matrimonio poco a poco va cayendo en la rutina y monotonía, y aunque muchas veces me siento con mi marido a hablarlo, y prometemos intentar ser más fogosos y centrarnos en nuestra relación, nunca resolvemos nada, si no que cada día nos parecemos más a un par de vejestorios. Y yo estoy cansada.
Desde que nació mi primera hija, quizás antes, pero no lo recuerdo bien, nuestras relaciones sexuales empezaron a irse limitando y a espaciarse en el tiempo, limitándose a hacerlo una vez a la semana, o a lo sumo dos, incluso pasando a veces períodos de quince días en medio. A veces pienso que en un año he hecho el amor con mi marido treinta veces, quizás cuarenta
Yo siempre estoy dispuesta, nunca he alegado dolores de cabeza ni otras chorradas que se nos achacan a las mujeres, pero ante su apatía, muchas veces no me apetece acercarme, me da rabia, y me puede el orgullo, por lo cuál asimilo mi culpa.
Sé que no me pone los cuernos, es demasiado recto para hacer eso, a parte siempre está estresado con su trabajo. Es empresario, y sé que las diez horas que trabaja, el tener que tomar todas las decisiones le genera un estrés enorme, que le produce entre otras cosas bastantes migrañas pero nunca pensé que fuera a estar cansado hasta para practicar sexo.
Siempre que hablamos sobre el tema, él me dice que empiece yo, que el una vez que se pone a la faena, ya no tiene sueño, ni cansancio, ni nada, y reconozco que es verdad pero esa falta de deseo me duele tanto, que no lo busco.
Otro tema es que ante su falta de interés me he vuelto una acomplejada, lo reconozco y eso es culpa mía. Dos embarazos me han producido numerosas estrías, y encima que haya cogido unos kilillos de más.. Él nunca me ha dicho abiertamente que le importe.. pero quizás es otro factor
Resumo diciendo, que aunque lo pasó bien las escasas veces que nos acostamos, siempre me siento mal después, pensando en las pocas veces que lo hacemos, en si le habré gustado, en lo gorda que estoy, o en lo rutinario que es todo. Nunca alcanzo el orgasmo, aunque eso no quita que lo haya disfrutado.
Mi marido es un gran hombre, padre y amigo, y juntos formamos una familia muy feliz, pero en la cama me encuentro tan insatisfecha que no creo que esto pueda durar mucho tiempo de esta manera, ni por mi parte, ni seguramente por la del. Agradezco de antemano vuestra ayuda.
Una mujer desesperada.
