Yo ya llevaba un tiempo de casado cuando mi cuñada menor, vino a la ciudad para estudiar en la universidad, como no tenía donde mas quedarse, se vino al departamento. Verónica, mi cuñada, es una morenita no muy ala, delgada, de bello rostro, de senos pequeños, pero altivos, paraditos, sus caderas son de las que hacen parar el tránsito.
Siempre nos llevamos muy bien, teniamos muchas cosas en comun, gustos parecidos, ñpor lo que no era facil comunicarnos, asi lo haciamos, hablabamos, reiamos y secreteabamos como viejos amigos. Conversabamos en el balcón del departamento, cuando mi esposa ya dormia, siempre alegres, todo tipo de temas, con el pasar de los días nuestras despedidas se hicieron mas largas y personales.
Todo iba muy bien hasta aquella mañana, aquella fatídica y fortuita mañana. Ese día me levante para ir a mi trabajo, que quedaba al otro lado de la ciudad por lo que debia salir temprano, y me encontré con mi cuñada en la cocina, ella iba solo con una camisa de dormir que dejaba ver la desnudes de sus senos y lo exquisito de su figura, yo solo con un pantalón corto, sin nada mas arriba. Cuando ella entró al baño, pude notar que la puerta de este no se encontraba totalmente cerrada, me acerque y pude verla completamente desnuda, quedé maravillado, ese cuerpo de niña mujer frente a mis ojos, sus senos hermosos, su vientre plano, sus caderas bien formadas y sus nalgas redondas y firmes, su vagina marcada por sus bellos negros, un corazón.
Me retiré, para irme a mi trabajo, sin poder dejar de pensar en esa imagen, esa angelical imagen.
Luego de ese episodio intente todo lo posible encontrarme con ella a solas, en las mañanas me levantaba aun mas temprano. Una noche mientras leia en el balcón se me acercó para preguntarme porque ya no hablabamos, si habia algo mal, yo le explique que era porque estaba cansado, nada más, a lo que ella contestó si no era por lo que la había visto desnuda, ella lo sabía y lo usaba en mi contra, no supe que decir, pero ella me dijo que estaba bien, que ella igual me había visto en algunas oportunidades, me levanté y me fui a dormir, lo que no pude hacer, pensando en sus palabras, la deseaba, con todo mi cuerpo la deseaba, transpiraba de deseo, no podia dormir. A la mañana siguiente, mientras me duchaba, sentí la puerta del baño abrir, tenía malo el cerrojo, pensé que era mi esposa que entraba, hasta que sentí correr la cortina de la ducha, y ante mis ojos se encontraba Verónica, completamente desnuda y sonriendo, me quitó la esponja de baño de mis manos y me la pasó por todo el cuerpo, luego me pidió que la enjabonase, asi lo hice, mi pene ya no daba más en deseos de estar entre sus juveniles carnes, cuando terminó de enjuagarse, me tomó el pene, me besó y me dijo que ese sería un hermoso regalo. Se fue. yo no podía creerlo, estaba atónito.
luego en la noche, tarde, mi cuñada aun no regresaba de salir con sus amigos, mi esposa dormía y yo en el balcón leyendo, hasta que me sobresalté, era Verónica que habia llegado y habia ido al balcón, me dijo que lo de la mañana había sido una locura, yo le dije que así era. Se despidió, entro a su cuarto, cuya puerta daba al balcón, puso música, yo seguí leyendo, hasta que me paré para ir a mi cuarto, cuando senti abrir la puerta y la voz de Verónica pidiendome que entrase, que queria decirme algo, le respondí que lo dejasemos para la mañana, que como todos los sabados desayunabamos los tres. Insistió y abrió la puerta, estaba complñetamente desnuda, ilun¡minada por la luz de cinco velas depositadas en el piso de su cuarto, extendió su mano y agarró la mía me hizo entrar, no podía prestar resistencia. Me dijo que me deseaba, que necesitaba ser mía, que nunca habia tenido hombre alguno, dudé en seguir en su cuarto, pero me abrazó y con sus pequeñas manos, me sacó la camisa y soltó mi pantalón, mis manos acariciaban su espalda, sus senos, su cuello, su rostro, su vientre, sus firmes y juveniles nalgas. Cuando me tuvo completamente desnudo, me beso y me pidió que le hiciera el amor. La deposite suavemente en su cama y la bese completamente, no quedó centimetro de piel que quedase sin besar o acariciar, me pidió que la hiciera mía, que no podía más, la acomodé, abrí sus piernas, abrazé su cintrura para elevar sus caderas y coloque mi pene en la entrada de su vagina, con un movimiento suave lo empuje, sentí su rechazo y una mueca de dolor en su cara me indicó qeu me detuviese, la bese y acaricie unos momentos, la volví a acomodar, pero esta vez mi movimiento fue certero, mi pene penetró por primera vez esa hermosa vagina, un gemido de dolor y otro de placer, me indicaron que ya podía continuar, su himen había cedido, sangraba, pero ya no importaba, ella me deseaba y yo a ella, le hice el amor suave y gentilmente, hasta que llegó su primer orgasmo, su primer orgasmo de mujer, fue un estremecimiento de cuerpo, casi unos escalofrios, me pidio que continuase, asi lo hice, pero esta vez era mas fuerte, con mas deseo, me pedia que no parara, asi lo hice, hasta que sentí que ya no podía más, me pidió que no eyaculara edentro de ella, que no tomaba pastillas y tenía miedo, a pesar que habia sacado la cuenta y no habia peligro, pero por seguridad. ASí lo hice,me contrlé hasta que llegó su segundo orgasmo, mas fuerte y violento que el primero, me apretó, mordio mio hombro, gimió, se retorcía de placer, yo no daba más queria eyacular, queria llenarla de mi. Le pedí que me dejara, me dijo que no, entonces se me ocurrió, terminar de desflorarla, le pedí que me dejase, que sería placentero, mepregunto si le doldría le dije que algo, pero que sería un muy lindo regalo para mi, accedió, se acomodó de lado, yo bese su espalda, sus nalgas, en medio de ellas y con sus propios fluidos, fui lubricando su ano, suavemente, para que fuera placentero, hasta que la noté tranquila y me acomodé en su espalda, de lado, mi pene a la entrada de su ano, empuje, suavemente, un saltito, la acomode y tranquila, pero firmemente la penetré un gemido de placer y dolor, comenzé a moverme, le agradaba seguia el ritmo, yo la acariciaba entera, especialmente su clitoris, ella gemía, hasta que ya no pude más, ella me pedía mas fuerza, terminé, eyaculé, llené su ano de mi semen, ella se estremeció en algo parecido a un orgasmo, cayó rendida, yo la abrazé, la besé y la hice dormir en mis brazos, luego la arropé y la deje dormir, me fui, mis pensamientos al acostarme eran su cuerpo, su entrega y la delicadeza en todos sus movimientos.
Al levantarnos a desayunar, nos sonreimos en la mesa, hablamos de todo un poco, ese era nuestro secreto, nuestro placer, con el tiempo lo hicimios algunas veces más, pero decidimos no continuar, no era nuestra intención dañar a nadie, asi debía ser.
Bueno, espero les hay gustado, espero sus comentarios, y la dama que desee mas historias, o contarnme alguna de ella para que yo pueda seguir escribiendo por aca, les dejo mi msn es lelito1169@hotmail.com
