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mi charla babelia: un escritor rumano, mircea cartarescu

Última respuesta: 8 de mayo de 2006 a las :59
A
an0N_616193599z
7/5/06 a las 22:26

Su libro "Por qué amamos a las mujeres" fue el éxito tremendo del año pasado en la vida literaria rumana, un libro tierno, culto, honesto, seductor.

Parece que ha llegado a España: Como soléis traducir los títulos como os da la gana, se volvió en castellano "Por qué nos gustan las mujeres"... lo que me parece un poco lejos de la intención del poeta rumano..No es un libro de poesía, Mircea Cartarescu también escirbió prosa y muy buena, "Cegador" se llama la novela que tuvo hace años un éxito importante en Francia.
Voy a mirar si os puedo copiar algunos párrafos del libro comentado en Babelia de ayer.

**************
Fuente:

http://www.elpais.es/articulo/narrativa/nos/gustan-/libros/hablan/mujeres/elpbabnar/20060506elpbabnar_-12/Tes/


Por qué nos gustan los libros que hablan sobre mujeres

El rumano Mircea Cartarescu crea un mosaico de la mujer no como objeto de deseo sino en su propósito de persona total. El libro es un simulacro de autobiografía a través de una serie de relatos escritos en una prosa serena en busca de la mujer maravillosa.
IURY LECH

BABELIA - 06-05-2006
POR QUÉ NOS GUSTAN LAS MUJERES
Mircea Cartarescu


Traducción de Manuel Lobo


Funambulista. Madrid, 2006


310 páginas. 15,95 euros

Para los hombres (escritores) de la Europa del Este la mujer representa todavía algo distinto de la mirada descarnada del varón occidental, siendo percibida como una ranura que separa a la madre nutricia tipo Venus de Willendorf de la desconcertante figura de un icono bizantino adaptada a la pintura abstracta. Tras El sueño (1993), este segundo libro publicado en España del escritor rumano Mircea Cartarescu (Bucarest, 1956) no se escapa del ejercicio mnemotécnico que permite sacar a colación la novela del hoy algo eclipsado escritor húngaro Stephen Vizinczey, En brazos de la mujer madura, gracioso retrato de la iniciación de un joven enamoradizo en su tránsito hacia la madurez, donde la mujer personifica la decantación de las obsesiones adolescentes.

Por qué nos gustan las mujeres es también un tierno retrato bipolar de la feminidad aunque entendida no en su faceta sensual o sexual, ya que "el amor como sentimiento es a veces un inhibidor de la sexualidad", sino en su propósito de persona mortal. Cartarescu observa a las criaturas del sexo opuesto con devoción, extrañeza, incomprensión y le "habla" a ellas con una especie de entrega no se si sabe si fruto de una relación edípica mal elaborada o de la naturaleza de los relatos que componen el libro, nacidos del encargo para una revista de consumo principalmente femenino. No obstante la digresión, su contenido aborda antes los recuerdos del autor que el sugerido objeto de deseo. Es un simulacro de autobiografía donde a base de datos apócrifos narrador y protagonista se convierten en la misma persona y la mujer en sinónimo de pasado, de imagen borrosa, mitad efigie resquebrajada, diosa blanca sin poderes, mitad visión embriagadora de lo exótico, arquetipo que se refleja en la Justine de Lawrence Durrell.

La prosa serena de Cartarescu cumple con el rito narrativo sin excesivos alambicamientos y sus minúsculas anécdotas, donde conviven un cierto candor con el elogio al solipsismo de a dos, de la intimidad como goce intelectual, crean no ya una atmósfera ilusoria sino de dispersión de la melancolía.

Entre otras cosas, el autor se sumerge en los viajes edificantes, en la predestinación como fuente de terror, en el obsequio de existir (aunque no en el de escribir), en búsqueda de la más maravillosa de las mujeres, en la cuestión sobre los escritores con pocas y muchas mujeres, que según el autor se les puede reconocer por sus textos: "Los críticos dividen a los escritores de diferentes maneras, por afinidades, por generaciones, por familias espirituales y según corrientes literarias, pero por lo que a mí respecta, también se les podría dividir en escritores que han tenido pocas mujeres y escritores que han tenido muchas mujeres".

Esta cita algo reduccionista y misógina es no obstante un complemento ideal a la afirmación retórica del título, y se podría acabar respondiendo, sencillamente por amor a la crítica, que es asimismo dama: porque son como en realidad nosotros quisiéramos ser."



Ver también

A
an0N_616193599z
7/5/06 a las 23:42

Lo prometido es deuda...un párrafo del libro (asias, sere...)
En una entrevista, Mircea Cartarescu explicó el porqué de su libro:

"No amo a las mujeres, amo la feminidad, esa parte buena de nuestro ser que se manifiesta fundamentalmente en la forma de ser de las mujeres, pero que tampoco falta a la estructura emocional de los mejores hombres. La delicadeza, la preocupación para los demás, el pudor, la fidelidad, la complejidad interior esos valores que hoy parecen pertenecer a otra época y de que horrorizan a las mujeres artistas (e igualmente a los hombres artistas) merecen sin embargo, creo, sobrevivir, aunque sea de manera nostálgica y en algunos casos aislados. Mi libro de relatos incluye algunos de estos casos anacrónicos , perdidos en un mar de escatología y violencia."

Y ahí os va un trocito del libro (página 167):


"Amamos a las mujeres porque tienen pechos redondos con montañitas que levantan la tela de sus blusas cuando tienen frío, porque tienen el culo grande, hermosote y respingón, porque tienen caras con rasgos dulces como los de los niños, porque tienen labios rellenitos, dientes decentes y lenguas que no dan asco. Porque no huelen a sudor y a tabaco barato y no sudan encima del labio superior.
Porque sonríen a todos los bebés cuando pasan a su lado. Porque pasan por la calle con la cabeza alzada, con los hombros hacia atrás y no contestan a tu mirada cuando te fijas en ellas como un maníaco.

Porque pasan por todo con un valor inesperado por encima de las servidumbres de sus anatomías delicadas. Porque en la cama son atrevidas e inventivas no por perversidad sino para mostrarte lo mucho que te aman. Porque se hacen cargo de todas las tareas pequeñas y aburridas de la casa sin quejarse, sin presumir y sin pedir que se les dé las gracias.Porque no leen revistas porno y tampoco navegan por sitios porno en internet. Porque llevan cada chorradita que hace juego con su ropa según reglas incomprensibles. Porque se dibujan y se pintan las caras con la atención concentrada de un artista inspirado. Porque tienen la obsesión por la delgadez de Giacometti. Porque descienden de las niñas. Porque se pintan las uñas de los pies. Porque juegan al ajedrez, al whist o pin-pon sin interesarles quién gana. Porque conducen con prudencia coches que se parecen a caramelos, esperándo que les admires cuando cruzas por el paso de cebra.

Porque tienen su forma de arreglar las cosas que te saca de quicio. Porque tienen una forma de pensar que te saca de quicio. Porque te dicen te amo cuando menos te aman, como compensación. Porque no se masturban. Porque tienen de vez en cuando alguna pequeña molestia, dolor reumático, estreñimiento, callo, y entonces te das cuenta de que son humanas, igual que tú.
Porque escriben de modo sumamente delicado, coleccionando pequeñas observaciones y esbozando sútiles matices psicológicos, de forma brutal y escatológica para que no se les sospeche de hacer literatura femenina.
Porque son lectoras extraordinarias, para las que se escriben tres cuartos de la poesía del mundo. Porque Angie de los Rolling Stones las vuelve locas. Porque llevan una guerra total e inexplicable contra las cucarachas de cocina. Porque Cohen acaba con ellas. Porque hasta la mas dura businesswoman lleva braguitas con florecitas y borde de encaje. Porque es tan raro tender en el balcón las braguitas de tu chica, unas cositas húmedas, negras, rojas y blancas, en parte satinadas, en parte ásperas, extrañandote por lo pequeñas que son las superficies que tienen que cubrir. Porque en las pelis nunca toman una ducha antes de hacer el amor, pero esto sólo en las pelis. Porque nunca llegas a un acuerdo con ellas con respecto a la belleza de otra mujer o de un hombre. Porque se toman la vida en serio, porque parecen creer de verdad en la realidad. Porque de verdad les interesa quién se ha emparejado con quién de las estrellas de la tele. Porque siempre se acuerdan de los nombres de las actrices y de los actores de pelis, aún de los más oscuros. Porque, si no hay tratamiento hormonal, el embrión se desarolla en el cuerpo de una mujer. Porque nunca piensan cómo tirarse al guaperas que vieron en el autobus. Porque se toman porquerías como Martini Orange, Ginebra con tónica o Vainilla Coke. Porque sólo se tocan su propio culo en las publicidades. Porque la idea de ser violadas sólo las excita en el cerebro de los hombres. Porque son rubias, morenas, pellirojas, dulces, salidillas, calientes, lindas, y porque tienen orgasmo cada vez que. Porque si no tienen orgasmo, lo fingen. Porque el momento más hermoso del día es el café por la mañana cuando durante una hora coméis galletitas y planeáis el día.

Porque son mujeres, porque no son hombres, y tampoco otra cosa. Porque de ellas hemos salido y a ellas regresamos, y nuestra mente da vueltas como un planeta pesado, siempre y siempre, sólo alrededor de ellas."

Mircea Cartarescu

A
aimee_9384482
7/5/06 a las 23:44
En respuesta a an0N_616193599z

Lo prometido es deuda...un párrafo del libro (asias, sere...)
En una entrevista, Mircea Cartarescu explicó el porqué de su libro:

"No amo a las mujeres, amo la feminidad, esa parte buena de nuestro ser que se manifiesta fundamentalmente en la forma de ser de las mujeres, pero que tampoco falta a la estructura emocional de los mejores hombres. La delicadeza, la preocupación para los demás, el pudor, la fidelidad, la complejidad interior esos valores que hoy parecen pertenecer a otra época y de que horrorizan a las mujeres artistas (e igualmente a los hombres artistas) merecen sin embargo, creo, sobrevivir, aunque sea de manera nostálgica y en algunos casos aislados. Mi libro de relatos incluye algunos de estos casos anacrónicos , perdidos en un mar de escatología y violencia."

Y ahí os va un trocito del libro (página 167):


"Amamos a las mujeres porque tienen pechos redondos con montañitas que levantan la tela de sus blusas cuando tienen frío, porque tienen el culo grande, hermosote y respingón, porque tienen caras con rasgos dulces como los de los niños, porque tienen labios rellenitos, dientes decentes y lenguas que no dan asco. Porque no huelen a sudor y a tabaco barato y no sudan encima del labio superior.
Porque sonríen a todos los bebés cuando pasan a su lado. Porque pasan por la calle con la cabeza alzada, con los hombros hacia atrás y no contestan a tu mirada cuando te fijas en ellas como un maníaco.

Porque pasan por todo con un valor inesperado por encima de las servidumbres de sus anatomías delicadas. Porque en la cama son atrevidas e inventivas no por perversidad sino para mostrarte lo mucho que te aman. Porque se hacen cargo de todas las tareas pequeñas y aburridas de la casa sin quejarse, sin presumir y sin pedir que se les dé las gracias.Porque no leen revistas porno y tampoco navegan por sitios porno en internet. Porque llevan cada chorradita que hace juego con su ropa según reglas incomprensibles. Porque se dibujan y se pintan las caras con la atención concentrada de un artista inspirado. Porque tienen la obsesión por la delgadez de Giacometti. Porque descienden de las niñas. Porque se pintan las uñas de los pies. Porque juegan al ajedrez, al whist o pin-pon sin interesarles quién gana. Porque conducen con prudencia coches que se parecen a caramelos, esperándo que les admires cuando cruzas por el paso de cebra.

Porque tienen su forma de arreglar las cosas que te saca de quicio. Porque tienen una forma de pensar que te saca de quicio. Porque te dicen te amo cuando menos te aman, como compensación. Porque no se masturban. Porque tienen de vez en cuando alguna pequeña molestia, dolor reumático, estreñimiento, callo, y entonces te das cuenta de que son humanas, igual que tú.
Porque escriben de modo sumamente delicado, coleccionando pequeñas observaciones y esbozando sútiles matices psicológicos, de forma brutal y escatológica para que no se les sospeche de hacer literatura femenina.
Porque son lectoras extraordinarias, para las que se escriben tres cuartos de la poesía del mundo. Porque Angie de los Rolling Stones las vuelve locas. Porque llevan una guerra total e inexplicable contra las cucarachas de cocina. Porque Cohen acaba con ellas. Porque hasta la mas dura businesswoman lleva braguitas con florecitas y borde de encaje. Porque es tan raro tender en el balcón las braguitas de tu chica, unas cositas húmedas, negras, rojas y blancas, en parte satinadas, en parte ásperas, extrañandote por lo pequeñas que son las superficies que tienen que cubrir. Porque en las pelis nunca toman una ducha antes de hacer el amor, pero esto sólo en las pelis. Porque nunca llegas a un acuerdo con ellas con respecto a la belleza de otra mujer o de un hombre. Porque se toman la vida en serio, porque parecen creer de verdad en la realidad. Porque de verdad les interesa quién se ha emparejado con quién de las estrellas de la tele. Porque siempre se acuerdan de los nombres de las actrices y de los actores de pelis, aún de los más oscuros. Porque, si no hay tratamiento hormonal, el embrión se desarolla en el cuerpo de una mujer. Porque nunca piensan cómo tirarse al guaperas que vieron en el autobus. Porque se toman porquerías como Martini Orange, Ginebra con tónica o Vainilla Coke. Porque sólo se tocan su propio culo en las publicidades. Porque la idea de ser violadas sólo las excita en el cerebro de los hombres. Porque son rubias, morenas, pellirojas, dulces, salidillas, calientes, lindas, y porque tienen orgasmo cada vez que. Porque si no tienen orgasmo, lo fingen. Porque el momento más hermoso del día es el café por la mañana cuando durante una hora coméis galletitas y planeáis el día.

Porque son mujeres, porque no son hombres, y tampoco otra cosa. Porque de ellas hemos salido y a ellas regresamos, y nuestra mente da vueltas como un planeta pesado, siempre y siempre, sólo alrededor de ellas."

Mircea Cartarescu

Yo no he hecho naaaaa
Corregir tres subjuntivos, ya ves truz.....
de ná

A
an0N_616193599z
7/5/06 a las 23:45
En respuesta a aimee_9384482

Yo no he hecho naaaaa
Corregir tres subjuntivos, ya ves truz.....
de ná

O sea mi guerra de siempre
la con los subjuntivos......

Qué crees, alguien leerá esta charla en que no hay bobadas varias? Y que, encima, me la he currado?

A
aimee_9384482
7/5/06 a las 23:46
En respuesta a an0N_616193599z

O sea mi guerra de siempre
la con los subjuntivos......

Qué crees, alguien leerá esta charla en que no hay bobadas varias? Y que, encima, me la he currado?

No lo sé
quizá alguien de los que no escribe...

A
an0N_616193599z
7/5/06 a las 23:58
En respuesta a aimee_9384482

No lo sé
quizá alguien de los que no escribe...

Ajajja, qué buenoooooo...
por una vez que me alegro saludarles...

Haberla dedicado directamente a ellos. Mea culpa

A
an0N_616193599z
8/5/06 a las :26

Soy rumana.
De Rumanía...me extraña que se te haya escapado este detalle.

A
an0N_616193599z
8/5/06 a las :49

Seee...
Pero lo que temo es que los harán venir a ellos....de hecho ejércitos de Cristobales Colonescu, Colonov y Colonovich están colonizando el Occidente.

Esto de la "mirada descarnada" me ha chocado también, no se podía encontrar mejor término

A
an0N_616193599z
8/5/06 a las :59

Gracias, lo he aprendido/mejorado en el foro
Por más que extrañe a algunos. Sigo dando patadas a los subjuntivos cada dos por tres, éso sí.

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