Nuestra cultura acostumbrada a los estereotipos y a encasillar a las personas en esquemas rígidos, obliga a optar en todos los temas.
Para lograr esto se presiona a las personas de tal forma, que muchas veces hacen opciones apresuradas, que sin duda resultan en decisiones equivocadas, que luego tienen que corregir, con la consecuente perdida de tiempo y oportunidades.
Esto se da en el campo laboral, de estudio, de estado civil, político y también sexual.
En el tema sexual, quienes viven con mas fuerza esta problemática son los bisexuales, muchas veces incomprendidos por todos. Los heterosexuales los ven como heterosexuales con fallas, los homosexuales los consideran miedosos que se quedaron a mitad de camino en su opción.
Entre estas puntas existe un gran abanico de comportamientos, como lo señala la llamada Escala de Kinsey que va del fundamentalmente, básicamente y preferentemente heterosexual, pasando por el bisexual y de ahí al preferentemente, básicamente y fundamentalmente homosexual.
Al referirnos a estos temas estamos considerando en primer lugar a los adolescentes, que están viviendo esa etapa de la vida, que como uno de sus logros tiene la definición de la orientación sexual, pero también a adultos que al llegar a la crisis de la mediana edad ( alrededor de los cuarenta ) se replantean toda su vida y en ella muchas veces su orientación sexual. No pocos descubren, luego de haber vivido como heterosexuales y haber incluso formado una familia tradicional, que su verdadera orientación sexual es de orden homo o bisexual. De mas está señalar las consecuencias para la persona afectada y todo su círculo de relaciones.
Esta sociedad que todavía soporta la doble moral sexual, que en los casos de violación se desconfía muchas veces de la víctima o se la acusa de motivar, por su forma de vestir o actuar, dicho acto lo mismo en el acoso sexual, marca, segrega ( muchas veces veladamente, no dando posibilidad de responder ) a todo aquel que se anima a vivir en forma diferente a lo que marcan las normas y costumbres.
Las minorías sexuales han sufrido además el prejuicio de ser los primeros sospechosos cuando se producen casos de atentado violento al pudor, cuando según marcan las estadísticas la mayoría son realizados por heterosexuales, que son normalmente familiares o personas allegadas a la familia.
Confiamos en las nuevas generaciones, las vemos mas libres, mas sinceras, mas decididas a vivir de acuerdo a su opción, y lo que es mas importantes, respetuosas de las opciones de los demás, importando lo que la persona es y tiene para compartir y no el estilo de vida que eligió para vivir. Por eso nos dedicamos a la educación sexual, para apoyar con formación e información al desarrollo de la libertad y responsabilidad del presente y futuro de nuestra sociedad.