Estoy muy preocupado. ayuda, por favor.
En primer lugar, muy buenas a todas. Estoy aquí para pediros ayuda, para saber si alguien sabe si esto es un proceso normal o no. En fin, os cuento:
Hace cuatro años una compañera de trabajo y yo comenzamos a gustarnos. Ella estaba casada y tenía una hija. Pese a todo, cada vez nos acercamos más. Llegamos a ese momento en el que la cosa no podía ir a más porque ella estaba casada. Poco a poco y a partir de cosas que ella iba diciendo sin darle importancia me di cuenta de que la relación con su marido era cualquier cosa menos normal. Justificaba los gritos de él o sus insultos diciendo que era normal, que tenía una personalidad muy fuerte porque era lo que él había vivido siempre en su casa. Poco a poco me fui enterando de más detalles escabrosos, pero ella decía que nunca le había puesto la mano encima (para ella en ese momento el maltrato sicológico no existía), que cuando lo hiciese le dejaría. El caso es que ese momento llegó. Un día, con su hija dentro del coche (afortunadamente la niña iba dormida) él se enfadó y le agredió mientras ella conducía. Ahí, por suerte (es increíble que un momento así pueda ser considerado como algo positivo), saltó la alarma. Me lo contó y me puse a llamar como loco al Instituto de la Mujer y centros especializados en violencia machista. Le dije que debía denunciarle, pero que si prefería lo podía hacer yo. No quiso, pero al menos la convencí para que fuera al hospital y que le hicieran un parte de lesiones. Al día siguiente, desde mi casa, por teléfono, le contó a una profesional lo ocurrido, le dieron cita y se puso en manos de una sicóloga. Dos meses después de vivir con miedo (yo también pasaba mucho miedo por ella) se decidió, siguiendo unas pautas profesionales (y tras haber comprendido que había vivido con un maltratador sicológico durante ocho años) a comunicarle a su marido que quería separarse. Tras una conversación de muchas horas, él le rogó que por el hecho de tener una hija en común, le diera la última oportunidad. Recuerdo ese momento como uno de los instantes más duros de mi vida. Me llamó por teléfono y me dijo que se la iba a dar, que le había convencido, pero que sabía que no podría durar mucho, que la luna de miel del círculo vicioso pasaría enseguida. Alrededor de dos o tres semanas después, y con el miedo como compañero de viaje permanente (para mí también), abrió los ojos y se dio cuenta de que no hacía falta que pasase nada más, que ya no lo quería y que le iba a decir que se separaba igualmente. Por su puesto, en su entorno familiar y profesional nadie se enteró de lo que había hecho el muy animal, aunque probablemente les hubiera parecido lo... normal. Después de muchas horas de negociaciones se separaron de mutuo acuerdo (qué mala es la hipocresía). Mientras escribo esto me voy acordando de cosas y detalles que son espeluznantes, pero no quiero entreteneros más, que si no no avanzo. Bien, pues todo se desarrolló razonablemente bien, aunque yo tenía que vivir con el hecho de que, por ejemplo, ella siguiera durmiendo con él o no se quitara la alianza porque todavía estaban casados... ¡Qué daño hace la religión, los principios y los "valores" en algunas ocasiones! Sin embargo, dos semanas antes de la separación, me dijo que ya no podía seguir durmiendo con él ni un segundo más, que ló haría en el sofá. Antes ella pensaba que cualquier cambio en la rutina podía ponerle nervioso, pero hizo lo que quería y no pasó nada. En fin, buscamos casa juntos (para ella y su hija), le encontré una casa, la compró, era un mes de julio, la niña se fue de vacaciones con su padre, y nosotros nos escapamos bien lejos para disfrutar de todo a pesar de no estar con la niña. Poco a poco y a la vuelta del verano, empezamos a vivir prácticamente juntos. La niña me quería mucho, estábamos muy unidos. Según mi ya pareja, la niña por fin tenía la figura de un padre como era debido (cariñoso, bromista, serio cuando había que serlo, etc), pero poco a poco empezamos a discutir. Para ella era un agobio que él le devolviera a su hija en el portal de la casa estando yo dentro del domicilio. La verdad es que me preocupaba mucho, y a medida que yo me preocupaba más, ella le empezaba a quitar hierro al hecho de que él fuera un maltratador. Eso y otras circusntancias nos llevaron a discutir más de lo que nunca hubiéramos podido esperar. Al cabo de dos años y tras muy buenos momentos en los que incluso hemos estado de vacaciones con mi familia y en los que la niña se ha convertido en una nieta más por parte de mis padres, ella me ha dejado. Mi familia, todo sea dicho, es lo más distinto posible del ambiente al que ella ha estado acostumbrada a vivir, lo cual a veces le chocaba bastante, aunque le gustaba mucho. Pues bien, a pesar de estar hecho polvo porque estoy muy enamorado de ella y de intentar quererla bien (mejor bien que mucho, como dice el gran libro "Quiéreme bien")lo que realmente me está destrozando es que con esto del verano y por el hecho de que a la niña le toca estar con su padre, han empezado a hacer cosas juntos los tres (comida y piscina en casa de él, cumpleaños de la niña en casa de él (yo nunca estuve invitado, por cierto, porque le daba miedo que fuera yo, que no le diera la mano y creara mal ambiente -¡yo miedo, no él! y porque él tenía derecho a ir porque era su padre, éste último un leitmotiv ante el que nunca he podido hacer nada por mucho que le dijera que el hecho de ser su padre biológico no le daba derecho a todo y que era injusto, que era yo quien, por ejemplo -otro- llevaba al médico a la niña y que merecía también los momentos buenos).
En fin, que además de pedirle muchas veces que volvamos a intentarlo, también le he tenido que preguntar si está o piensa estra con él. Me ha dicho que sería muy extraño, pero que tiene una cosa a su favor, y es que es el padre de su hija y que le gustaría que, en el caso de tener otro hijo, no fueran hermanos de padres distintos... ¿Es que son cosas del siglo XII, de verdad! En todo caso, me ha dicho que no, que no está con él, que no quiere estar con nadie, que quiere estar sola. Me ha llegado a decir también que a pesar de todo siempre ha sentido cariño por él, que el cariño es compatible con el maltrato. Y claro, os podéis imaginar cómo estoy: enamorado, PREOCUPADO y con una sensación de impotencia brutal. No sé qué hacer ni qué pensar. Es elemental, lo sé, pero siento que con el malo se está portando mejor que con el bueno. Le he dicho que, por favor, me diga que ha vuelto con su ex marido en el caso de que alguna vez lo haga, que en ese momento me volveré a poner en contacto con su sicóloga para ver si se puede hacer algo. Me dice que en el caso de que sea así, en el caso de que vuelva, yo sé perfectamente que no podré hacer nada, puesto que sólo una maltratada por una decisión propia puede salir de donde de está independientemente de que el resto de la gente le diga doscientas mil cosas sobre el animal con el que está. Así que en estas estamos... Siento el tostón y a ver si alguien, profesional o no, me puede decir algo. Abrazos y muchos ánimos para todas frente a los machistas.
Ah, y me dejo muuuuuuuuuuchas cosas en el tintero. La verdad es que, tristemente, tengo para un libro. Abrazos.
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Muchas gracias
Sinceramente: la verdad es que alguna vez he pensado en su posible maltrato sicológico hacia mí, pero siempre ha terminado imperando la sensación de que es mi sufrimiento por estar enamorado lo que me hace sentir tan mal, y que esto está por encima del hecho de que está actuando como está actuando. La verdad es que la mayoría de amig@s que me aconsejan, también me dicen que piense en mí. Sin embargo, mi espíritu solidario, de justicia, y mi asco por cualquier tipo de maltrato, hacen que me sienta especialmente preocupado al pensar que si volviera con él volvería a ocurrirle lo mismo, y que por lo tanto tendría que darle toda mi ayuda.
Lo que voy a hacer, creo, es tratar de alejarme (por mi salud), pero sabiendo si a la vuelta de las vacaciones está con él de nuevo o no. Muchas gracias por tu ayuda!
Gracias!
Discúlpame, pero yo no llamaría relación amorosa a una relación en la que hay maltrato por medio. Por otro lado, si yo no hubiera estado ahí para ayudarla en los peores momentos, ella no habría salido de esa separación cuando salió de ella.
Lo de no querer tener un niño con otra persona, te aseguro que no es una excusa... Ojalá lo fuera! el problema es mucho más profundo, más arraigado, más... religioso, educacional, de principios y...
Gracias
Gracias Tapa, muy bien, pero ahora lo realmente importante es que (independientemente de que yo siga enamorado o no de ella cuando esa presunta vuelta se produzca, que todavía está por ver) ella podría estar en peligro. Lo que no pienso hacer es quedarme de brazos cruzados y seguir con mi vida como si nada sabiendo que hay una persona en peligro. Si en su momento despertó y conseguí que fuera a una profesional, esta vez trataría de hace lo mismo... Pero lo que tengo muy claro es que, en el caso de que vuelva con él (repito, confío en ella, y no creo que sea tan boba)en cuanto vuleva a ocurrir algo se volverá a separar instantáneamente. Muchas gracias por tu opinión!
Gracias
Estoy enamorado de esa mujer, sí.
Sinceramente pensé que la el problema de la adrenalina ya lo había superado. La adrenalina es adictiva, y esa es la sustancia que segregáis cuando tenéis miedo, de ahí que sea ytan complicado y paradójico que queráis dejarlos y sea tan difícil. En todo caso, esto se soluciona con terapia, con ayuda profesional. Han pasado dos años desde que se separó y, sinceramente, no sé si ese es el problema.
Por otro lados, sí, claro que estaría dispuesto a tener que convivir con la existencia del cobarde. su presencia sería secundaria, y poco a poco se iría diluyendo con el tiempo (de hecho fue así durante más de un año).
Y no, no estoy dispuesto a hundirme, pero lo que quiero es reflotar el barco y viajar hacia una tierra hermosa (siento la cursilería...)
Finalmente, es cierto, quién vela por mí? Afortunadamente soy fuerte y tengo la cabeza razonablemente bien amueblada, aunque también es cierto que tengo momentos de bajón. De todos modos, sigo pensando que el peligro que ella puede volver a correr es mucho más importante que la pena que yo pueda sentir.
Un abrazo y mil gracias!
Gracias belfer!
Querida Belfer,
Mil gracias por tu mensaje. La verdad es que creo que es el mensaje que me han enviado que más se ajusta a la realidad. Me da la sensación de que la mayoría de las mujeres que sufren maltrato, por falta de información no se dan cuenta de la realidad. No saben nada de la luna de miel, del círculo vicioso que supone, del hecho de que generar adrenalina por miedo os dificulte tanto la separación (puesto que esta sustancia -la adrenalina- es adictiva)... En fin, son muchas cosas que hacen que me sorprenda mucho de lo que leo. Cuando mi ya ex pareja comenzó el proceso de separación y empezó a acudir a la sicóloga, me empapé completamente de todo el asunto, y por lo tanto aprendí mucho. En ocasiones tuve que insistirle y decirle que por favor siguiera yendo a la terapia, que aunque ella pensaba que estaba superado, para llegar al final del túnel quedaba todavía un buen trecho. El caso es que creo que no debería haber dejado de ir a la sicóloga, pero fue ella quien le dio el alta...
Sobre lo de la niña, además es que la madre prefiere que no nos veamos nada, para que ella deje de pensar en mí lo antes posible... Para una persona de su entorno que le podía transmitir el respeto hacia los demás y el amor hacia la diversidad en la vida... va y nos separa.
En fin, que es todo muy complicado, porque además me busco cualquier excusa para que nos veamos, aunque ella pone todas las trabas posibles porque asegura que si no es muy difícil y el proceso de duelo se hace muy duro.
No sé, espero que las cosas se aclaren un poco en septiembre, pero conociendo la poca capacidad que tiene para cambiar de opinión, veo complicado que vayamos a tener una nueva oportunidad en nuestra relación.
Bueno, que mil gracias por tu ayuda, y que si necesitas algo ya sabes dónde encontrarme.
Un abrazo,
Daniel