Desde la perspectiva masculina
Hola Lisyk, ahí va una respuesta masculina por si te es de alguna utilidad. Lo primero es confirmarte desde mi experiencia que si existe y que no es difícil que una mujer lo sienta o hacérselo sentir. Yo he tenido tres relaciones lo suficientemente intensas como para haber podido explorar rincones profundos del cuerpo y la mente de una mujer, y en los tres casos he visto como las mujeres tenían estas eyaculaciones y las emociones que les generaban. De hecho, yo lo recuerdo como las experiencias con más placer y mas cariño en mi relación con las mujeres. El placer de ver y estar con una mujer en estado de éxtasis durante mas de una hora no es ni remotamente comparable con la forma superficial y rápida en la que la biología ha diseñado (para nuestra desgracia) el placer sexual de los hombres. Al menos, si mi biología no me permitía esto podía ser participe de la experiencia a través de la empatía y el cariño mutuo con la mujer con la que estaba. El proceso por su puesto tiene que partir del cariño y la confianza mutua pues ese estado tiene algo de abandono y ahí no se llega de la mano de alguien con el que no tienes un alto grado de confianza y entrega. El proceso empieza lento y con caricias que llegan a ser vaginales, tienes que estar muy concentrado para intuir si la mujer desea que continúes y el ritmo al que lo desea. En ese momento tu placer no cuenta mas que a través del placer que siente la mujer por lo que te olvidas de tu propio cuerpo para concentrarte en el de la mujer. La propia textura de la vagina, el contacto de los dedos con el cervix, las expresiones de la cara, sus caricias, la forma en la que te abrazan eran indicativos de si el procesos estaba iniciándose de la forma correcta. Estas fases iniciales eran muy delicadas pues si a la chica (por la razón que fuera) no le respondía bien su cuerpo o simplemente no respondía anímicamente era una torpeza seguir. Una vez que la cascada había comenzado, sin embargo, las chicas no se desenganchaban con facilidad y podian estar mucho tiempo en un estado de abandono y placer muy alto. Para mi era una sensación increíble porque además las mujeres, como sois mas cariñosas y menos burras que nosotros, ese placer que estaban sintiendo lo devolvían con abrazos, miradas y caricias de enorme ternura. Aunque alguna vez tuve que tener cuidado de que en mitad de aquello no se les escapara un mordisco excesivo en un golpe de arrebato, te puedo decir que realmente me sentía uno con ella en ese momento y que sentía un profundo agradecimiento a la vida de poder compartir algo tan especial con una mujer y que siempre en aquellos momentos, con la generosidad con la que las mujeres conciben la relación de pareja, ellas volcaban sobre mi con enorme ternura el placer que estaban disfrutando en ese momento; aunque yo no podía sentir el placer físico ellas se volcaban sobre mi y lo podía sentir mentalmente. Era simplemente maravilloso, te lo podría describir como momentos casi místicos. A veces, después de un rato me pedía parar porque decían que no podían más que se estaban deshaciendo. Sin embargo, yo era capaz de intuir donde estaba de verdad el limite y le cogía sus dos manos con ternura con mi mano izquierda y se las llevaba por encima de la cabeza mientras seguía acariciándoles la vagina con mi mano derecha. Esto (creo) les producía una sensación aun mas fuerte de abandono, de que lo que estaba ocurriendo no dependía ya de ellas y que no tenían otra opción que abandonarse al placer. La verdad es que me encantaban porque cuando las mujeres se excitan me parecen especialmente hermosas. Por supuesto, había que intuir también el límite y parar porque realmente para ellas era placentero pero muy fuerte. Después le hacía el amor de forma mas tradicional y ellas te recibían de forma especialmente generosa y haciéndote sentir un ser muy especial para ellas. Luego cuando todo acababa dando una vueltecita por la calle o yendo a cenar fuera me cogían el brazo con mucho cariño y ternura, me hacían sentir un ser muy especial, sólo nosotros sabíamos lo que habíamos hecho y yo me sentía francamente bien y agradecido a la vida.
Por cuestiones del trabajo he estado en alguna ocasión mucho tiempo sin volver a hablar con alguna de estas chicas, a veces hasta una década. Cuando después de este tiempo me he tomado algún café y hemos recordado viejos tiempos, algunas de ellas ya casada y con niños me dicen que ellas también recuerdan aquellas experiencias con mucho cariño y ternura. Alguna me dijo literalmente; si si casi consigues acabar conmigo en esos momentos pero fue muy bonito
Bueno me ha salido algo larga la respuesta pero no la concibo sin explicar también estas emociones tan bonitas de las que fue acompañada. Si la envuelves de ternura, afecto y confianza, la eyaculación femenina vivida en pareja es una más de esa batería de herramientas con la que la naturaleza os ha dotado a las mujeres para haceros mágicas.
Bueno, no se si te sirve de algo pero esto es como un hombre ha vivido la eyaculación femenina.
