Hola, soy Carol, profesora de matemáticas de instituto.
Soy madurita y estoy casada pero siempre me había fijado en Luis T, profesor de inglés. Cada vez que me cruzaba con él mi conchita se mojaba y miles de pensamientos impuros pasaban por mi cabeza.
No podía seguir con esta situación incómoda, pues Alberto, mi marido, también trabajaba en el mismo instituto, era profesor de sociales. Un día decidí empezar a mandarle indirectas a Luis T.
De las indirectas pasamos a los roces, las miradas cada vez me ponía más hasta que nos quedamos a solas en la sala de profesores y nos miramos con ojos de lujuria.
Empezamos a cambiar de tema, pues sabíamos de sobra que esta historia iba tener un fin equivocado aunque deseadoHablando de las evaluaciones, Luis T me dijo: Carol, te deseo como nunca he deseado a nadie y quiero que seas mía en ese momento huimos al cuarto de baño y ahí empezó todo.
Me remangué la falda y lo rodeé con mi bufanda de propaganda de Ford, acercándolo a mí con dulce violencia, empezó a desvestirme la parte de arriba acariciándome los pezones suavemente, estaban que cortaban cristales, Dejó mis senos un instante y me desgarró la faja con fuerza, la falda me la dejó para darle más morbillo a la cosa, aunque más no podía tener, su boca entró en acción y empezó a chuparme y lamerme los pezones, yo lo deseaba y por como lo hacía todo, él también a mí. Me lamía mi conchita y yo gemía, sentía que el orgasmo ya llegaba. Yo estaba sudando y necesitaba sentir ya su gran pene muy dentro de mi y él también me lo pedía en silencio. Lo terminé de desnudar muy sensualmente aunque ciega de pasión y vi entonces su gran miembro. ¡Oh dios!, estaba muy bien dotado y con su erección aun más, empecé a chuparlo con ansia, lo agitaba, quería probar su leche tragándola toda.
Entonces escuchamos la puerta del baño abrirse pero nuestras ganas estaban desatadas y ya no podíamos parar y seguimos silenciosamente, más morbo jaja, yo me retorcía de placer y de deseo, deseo de sentirlo muy dentro.
Escuchamos una voz, era César, profesor de educación física, un hombre alto, de pelo blanco canoso pero sexy y cuerpo atleta. Nos oyó nuestra fuerte respiración y preguntó:¿quién es?, en ese momento Luis se corrió en mis pechos y yo tuve un tremendísimo orgasmo.
Luis no aguantó más y me la metió muy dentro, la sacaba y la metía salvajemente pero sin hacerme ningún daño. Cuando sonó la campana del recreo paramos y nos vestimos rápidamente, entonces César, que todavía estaba allí nos vio salir del baño juntos y quiso unirse jaja, nos negamos, pues a Juan no le atraía César pero a mi me excitaba la idea de hacer un trío en el trabajo jeje. Desde entonces Luis y yo nos miramos de otra forma
diganme que les ha parecido, es un relato real